Generación del 2009

07/10/2019
Generación del 2009

La liga en cantera ha comenzado y el alevín B de Alberto Madrid tiene pinta de equipazo de los buenos.

Son ya muchos los años que llevo viendo jóvenes valores de nuestra cantera y a lo largo de los mismos he visto de todo, desde el proyecto de grandísimo jugador que acaba siendo un juguete roto, hasta el canterano que a fuerza de valentía, coraje y nobleza ha llegado al primero equipo para quedarse (los menos), pasando por todos aquellos que se han quedado en el camino ya sea por falta de condiciones o, simplemente, por la eterna falta de confianza y oportunidades.

Históricamente, en la cantera franjirroja todo aquel jugador que ha destacado mínimamente era susceptible de ser captado por los grandes tiburones de la capital. Actualmente, eso sigue siendo así, pero en esa ecuación de Atleti y Real Madrid hay que añadir también a Getafe y a CD Leganés, clubes que están siendo nuevos destinos de jugadores franjirrojos que prefieren salir rumbo al sur de la Comunidad de Madrid.

Lo anteriormente expuesto es un hecho irrefutable, pero también es cierto que en el polo opuesto existen casos de jugadores que hacen oídos sordos a cualquier canto de sirena que les pueda llegar, por muy galáctico que sea ese canto. En ese selecto grupo de futuras promesas rayistas, están los chicos sobre los que quiero hablaros en ese texto.

La temporada pasada, tal y como he contado en innumerables ocasiones, tuve la suerte de disfrutar del gran fútbol desplegado por el benjamín A del Rayo Vallecano, equipo entrenado por Alberto Madrid. Esta temporada daban el salto al futbol 11 y les ha tocado un grupo en el que salvo el Atlético de Madrid y ellos, todos los demás equipos son de segundo año, con todos los hándicaps que eso puede suponer a priori.

En la mañana del sábado hacían su debut liguero en el que era su cuarto partido en futbol 11, y lo hacían ante el CF Fuenlabrada A, equipo más mayor que ellos, tanto en edad como en físico. En tiempos tan convulsos como los que se viven actualmente en el Rayo Vallecano, ir a ver a este tipo de equipos es como un oasis en pleno desierto, es un remanso de paz en el que te vuelves a reconciliar con este bendito deporte y solo piensas en fueras de juego, coberturas, presión alta, driblings. Por eso y porque le prometí a un amigo que no me perdería el debut de nuestros campeones en su nueva categoría, el sábado quise ser testigo directo de esa fase de acoplamiento que los chicos tendrían que ir paulatinamente superando partido a partido. Impresionaba ver la ilusión y el hambre por competir que tenían estos pequeños de nueve y 10 años. Tal era el ímpetu por empezar el partido, que Jona (segundo entrenador) tuvo que hacerles que dieran media vuelta cuando ya saltaban al terreno de juego para que esperasen tanto al colegiado como al rival para salir todos juntos. En esos prolegómenos la voz cantante la llevaban los dos guardametas, Hugo y Paulo que al grito de «vamos, Rayo» o «vamos chicos eh» arengaban a los suyos mientras el capi Raúl se colocaba con mimo el brazalete del Santa Inés.

Efectivamente, creo que va a ser muy necesaria esa fase de adaptación, pero no de nuestros chicos sino de los rivales a este auténtico equipazo. Nada de lo visto me sorprende en absoluto, ni siquiera ver como el pequeño Rober ganaba todos los balones divididos y los duelos individuales que en la medular surgían ante niños que le sacaban una cabeza y a los que desesperó de tal manera que intentaban sacarle del partido diciendo que medía medio metro. Grave error por su parte porque eso solo consiguió motivarle aún más y junto a Fer se hicieron amos y señores del centro del campo, combinando con Nacho y con Dante que en banda fueron dos auténticas pesadillas para sus defensas. En punta jugaron Iker que lo intentó todo para hacer su primer gol liguero, pero no llegó (no tardará en llegar) y Adrián Blanco, máximo goleador el año pasado del equipo y de la cantera del Rayo Vallecano, que no faltó a su cita con el gol. Os invito a que vayáis algún día a ver a un pequeño gran hombre de tan solo 10 años que tiene unas hechuras de futbolista y delantero centro impropias de su corta edad.

En defensa Raúl y Miguel se convirtieron en una muralla inexpugnable, bien secundados por Agudo y Dani que, además de ayudar en tareas ofensivas a los extremos, estuvieron muy serios atrás anulando a sus marcas. Miguel no solo se empleó con firmeza en defensa, sino que en su primera incursión ofensiva abrió el marcador logrando el primer tanto del equipo en la categoría. Nacho hizo el segundo tanto definiendo en el uno contra uno ante el portero con una tranquilidad pasmosa, superando totalmente al guardameta fuenlabreño al cruzar el balón en su salida.

Con el partido bastante encarrilado, el cuerpo técnico franjirrojo decidió dar entrada a jugadores de refresco que dieran descanso a los once valientes que habían salido de inicio. Cuando esto sucede, uno suele tender a pensar que los que salen bajan considerablemente el nivel con respecto a los teóricos titulares. Pues bien, no solo no se notó esa hipotética bajada de nivel, sino que físicamente al equipo le aportaron frescura en una mañana un tanto calurosa que en este inicio de temporada los chicos acusan aún más. Bien el «ratón» Diego que intentó una chilena que de haberle salido hubiese sido el gol del partido, en esa misma línea estuvieron Rubén y Víctor desbordando una y otra vez por ambos costados y también muy bien nuestros rubios, tanto Diego Gómez en el centro de la defensa como Serrano en el mediocentro. Por último y no por ello menos importantes, nuestros guardametas Hugo y Paulo que estuvieron muy serios y concentrados cuando les tocó intervenir. El gol del Fuenlabrada fue un lanzamiento de falta imparable para Paulo que llegó a tocar el balón incluso.

Resumiendo, muchísimos motivos por los que ilusionarnos, una temporada más, con este equipo que estrena categoría, renueva la ilusión contagiosa del año pasado y practican un fútbol de muchos quilates con el que disfrutaremos y darán mucho que hablar. El próximo fin de semana tienen su primera gran piedra de toque en la visita al CD Móstoles, primer líder de la competición.

Como con los buenos vinos, apunten en rojo en su agenda esta cosecha franjirroja del 2009.