Menudo jaris, staff

21/04/2022
Menudo jaris, staff

La historia del Rayo Vallecano en el fútbol femenino de élite ya es historia y, tal vez, lo sea para siempre. Una temporada que comenzó torcida y finalizó por los suelos.

Después de 19 temporadas en Primera, el Rayo Vallecano Femenino, menos ADN Rayo de su historia, baja a Segunda. Un descenso tan frío como la actitud de sus futbolistas a lo largo de una temporada que se empieza a hacer eterna e insoportable y cuyo desenlace no podía ser otro.

Ruedas de prensa en AFE por la maldita costumbre de no dar de alta el club a sus trabajadores/as, un comunicado equivocado del entrenador bajo el dictado de Presa, una inspección de trabajo, una plantilla poco o nada implicada en el proyecto de esta temporada, divas que se empeñaron en controlar un vestuario hasta el punto de dinamitarlo, comunicados denuncias vía AFE, contratación de un entrenador de nula moralidad y escasa capacidad profesional, jugadoras que pedían su regreso y jugadoras que no le querían pero eran incapaces de levantar la voz en el vestuario, situaciones extradeportivas como amenazas de echarlas de los pisos cuyo alquiler no pagaba el Rayo Vallecano o cortes de suministros en algunos de ellos. Seguro que se me quedan cosas en el tintero, pero a groso modo podría ser el resumen de una temporada que se quedará para siempre en la historia (negra) del Rayo Vallecano.

Cuando se produce un descenso, es hora de sentarse y hacer autocrítica todas las partes implicadas, empezando por la propia afición del Rayo Vallecano. Que Raúl Martín Presa ha conseguido el objetivo que perseguía a lo largo de estos años, es tan cierto como que el equipo femenino estaba totalmente abandonado a su suerte por el 99% de la afición rayista. Seguir al Rayo Femenino no es poner un tuit condescendiente ayer por el descenso o atacar a Presa en redes sociales por su desprecio al equipo y las múltiples perrerías que le ha hecho. El seguimiento implica ir a los partidos, tener palabras de ánimo y aliento en la propia Ciudad Deportiva y conocer las circunstancias del propio equipo. Si, esto último es importante, porque incluso para ser condescendiente, uno tiene que disponer de cierta información que mucha gente ni se ha molestado en tener y ha usado lo de «pobrecitas» por encima de sus posibilidades. No exagero cuando hablo del 99% de la afición y los números están ahí. Con una masa social de unos 10.000 abonados (sin obras ni pandemias y en condiciones normales), a los partidos del Rayo Femenino podían ir 100 aficionados (siendo extremadamente generoso), lo que supone un 1% de esa masa social. Esto demuestra que el fútbol femenino en Vallecas no interesa y no tiene tirón, por mucho que se empeñe la gente en hablar de sección más laureada del club, de las ligas y copas ganadas, etc.

Puestos a seguir con la autocrítica, creo que ese 1% que sí seguía fielmente al Rayo Femenino y que ha tratado de cuidar y mimar siempre al equipo, tal vez, ha llegado a malacostumbrar y crearse ciertas «obligaciones», que a la larga no han sido beneficiosas para ellas y esta sobreprotección jamás se ha visto correspondida está temporada. Ha sido el año en el que equipo y afición han estado más distantes, incluso más que durante la propia pandemia. Por los motivos que sean, las jugadoras han optado por poner distancia con todas aquellas personas que siempre han demostrado estar de su lado, dando la cara ante el propio presidente las veces que hayan hecho falta. Han demostrado tener la misma falta de acierto en la toma de decisiones dentro y fuera del terreno de juego.

Si, habéis podido leer a lo largo de la temporada que el fútbol ha sido injusto y cruel con el Rayo Vallecano en la gran mayoría de los partidos. Esto es tan incierto como la excusa que dábamos en casa en nuestros años mozos al llegar un poco «tocados», y es que nos sentaba fatal la mostaza y el ketchup de los perritos calientes en Argüelles y no los cubatas previos a esos perritos. Aduladores y palmeros no le han faltado a este equipo a lo largo de la temporada, debe ser el primer equipo de la historia del fútbol mundial al que le desciende la mala suerte. El Rayo Femenino es y ha sido el equipo con menos crítica del fútbol femenino nacional, puesto que los malos resultados siempre se han tratado de justificar con lo malo que era y es Martín Presa. Que el presidente ha destrozado la sección es una obviedad, pero no es de hoy ni mucho menos y creo que jamás he sido dudoso a la hora de denunciar en multitud de ocasiones (hecho que me ha costado represalias en el pasado).

La temporada del Rayo Femenino y sus circunstancias darían para varios capítulos de «Los lunes al sol» y horas de debate y charla. La misma que no ha querido tener la plantilla con su afición tras la contratación de Carlos Santiso. Contratación que contó con el beneplácito y petición de ciertas jugadoras, que con su llegada volvía la anarquía al equipo y retomaban las riendas del mismo. Para otras, sin embargo, fue un mazazo y sabían el futuro negro que les aguardaba en el equipo, pero su silencio cómplice y cobarde ha hecho que el final de temporada esté siendo un pequeño suplicio en lo personal. Tal vez, sea una lección de vida para ellas y en el futuro se den cuenta de su error por no dar un golpe en la mesa en su momento.

Para el final he querido dejar al alineador contratado por el presidente. Un tipo que aceptando el cargo demostró que era tan corto, justo y limitado de entendederas, como había dejado patente en su famoso audio (y en todos los que no salieron a la luz). Tampoco sorprendió demasiado conociendo los antecedentes del tipo en cuestión; capaz de suplicar durante todo un verano que le den un equipo tras descender al Infantil A del Rayo o permitir que su director deportivo entrase al vestuario a dar las charlas previas al partido o en los descansos. En definitiva, numerosos jaris a sus espaldas como para volver a ocupar el banquillo del Rayo Vallecano, salvo que el palco lo ocupe alguien como Martín Presa.

El descenso es una realidad ya para el Rayo Vallecano Femenino y quedan aún tres jornadas por delante. Pedir que se acabe la temporada con dignidad a pesar del descenso es totalmente innecesario, pues la dignidad se perdió el día en el que se aceptó que este tipo fuese el entrenador del equipo.

Vallecas y su gente tiene memoria y difícilmente van a olvidar una temporada con tantos jaris y, mucho menos, estas palabras:

«Este staff es increíble, pero nos faltan cosas. Nos falta, sigo diciéndolo, hacer una como los de la Arandina. Nos falta que cojamos a una, pero que sea mayor de edad para no meternos en jaris y cargárnosla todos juntos. Eso es lo que une a un staff y a un equipo. Mira los de la Arandina, que iban directos al ascenso. Buen domingo, chavales».

La hoja de ruta del Rayo Vallecano será la de tener un equipo de circunstancias en Reto Iberdrola y dejarse ir (es decir, a seguir perdiendo categorías). Seguro que ese 1% no fallará y estará al lado de un equipo completamente nuevo que, espero y deseo, pueda capitanear Anita Blanco.