Perfect

19/06/2017
Perfect

El juvenil B brillante campeón de una Copa Federación perfecta en lo que se refiere a los resultados obtenidos por el equipo.

Casi dos días después de haber finalizado el partido en Cotorruelo, poco o nada pintaría aquí una crónica del mismo. Además es que resultaría bastante aburrida porque fue un monólogo franjirrojo, desde que pitó el colegiado el inicio del partido hasta el pitido final. Fueron dos goles pero pudieron ser más, si entre la madera, el meta azulón y las decisiones arbitrales no lo hubiesen evitado. Curiosamente y tras dos penaltis claros no pitados y un gol mal anulado a Mese, el conjunto azulón era el que juraba en hebreo contra la actuación de los colegiados. 

Supongo que también es una forma de no reconocer que un equipo que juega en una categoría inferior a la tuya, con jugadores un año menor que los tuyos y que cuenta con bajas importantes, te ha pintado la cara. Igual para muchos es una casualidad, para mí es el fruto del gran trabajo que se ha hecho durante toda la temporada. Trabajo que inició Ángel Dongil y que brillantemente ha finalizado Emilio Moreno, al que estaré eternamente agradecido por haberme «obligado» en julio a acercarme a la presentación del equipo en la City o a ir a Moratalaz al debut del equipo este año o a estar presente en su estreno como «primer espada» tras coger Dongil el Juvenil A.

En una temporada te da tiempo a ver como estos chavales crecen como futbolistas, como compiten en cada partido y como he repetido hasta la saciedad, te ofrecen un soplo de aire fresco en cuanto a la franja se refiere y viendo como sus «mayores» la llevan deshonrando desde hace más de un año.

Curiosamente y por motivos laborales, ha sido en esta Copa Federación cuando menos he podido ver al equipo ya que jugaban los jueves por la tarde en casa, pero esto no ha sido obstáculo para que siguiera la racha inmaculada de triunfos que han llevado durante todo el torneo (ocho victorias en ocho partidos). También es cierto que gracias a Iván (merece capítulo aparte lo suyo, haciendo fotos con frío, lluvia o cincuenta grados a la sombra) y a sus galerías de fotos he podido estar más al tanto.

Cuando comenzó esta Copa Federación le dije a Emilio que el fútbol les debía una por su forma de competir y quizás fuera en este torneo donde se obtuviera ese premio. Emilio, que se llama así porque Prudencio se lo quitó el hermano «malo» de los Indurain, me repetía una y otra vez que era muy complicado, que un fallo en un día malo te eliminaba prácticamente. Según pasaban las jornadas le volvía a repetir que la íbamos a liar muy parda y su respuesta, cual piloto automático, era siempre la misma que esto era muy largo y había que esperar. De hecho, hasta que el equipo no estuvo matemáticamente clasificado no quiso hablar de ser finalistas. En el fondo comprendo perfectamente su papel de entrenador sensato y prudente, supongo que él también habrá entendido el mío, el de hooligan de la franja y enamorado de fútbol de estos chavales.

De cara a la final poco o nada cambió, el míster seguía hablándome de mesura y tranquilidad y yo le hablaba de celebrar y vencer. Durante toda la temporada me ha dicho y he comprobado por mí mismo, que los chavales iban a honrar la franja, a morir por esta camiseta y que dejarían el pabellón franjirrojo muy alto. Todo esto está muy bien pero habíamos llegado a la final y, lo anteriormente explicado y como hincha del Rayo Vallecano que soy me llena de orgullo, pero llegados a este momento había que ganar la Copa. Este equipo no se merecía menos y si en el caso del Rayo Femenino para mí el mero hecho de jugar la Copa ya era un triunfo, en el caso del Juvenil B no lo era, quería ver como levantaban esa copa que levantaron el pasado sábado.

Tanto por los chicos, como por el cuerpo técnico, como por los familiares (soy muy fan de algunos padres de estos chavales) y amigos de todos ellos que son sus verdaderos incondicionales, este año no podía cerrarse con un final amargo.

También es cierto que mi exceso de fe en el equipo venía motivada por ver a lo largo de la temporada lo que son capaces de hacer y por el trabajo que hay detrás. Me consta que la Final se ha preparado y trabajado hasta la extenuación por parte del cuerpo técnico y lo que pasó en Cotorruelo no fue fruto de la casualidad, fue fruto del trabajo bien hecho. Si a ese trabajo le unimos que los jugadores (pese a las bajas que tenía el equipo) estuvieron rozando el sobresaliente al 100%, el resultado no podía ser otro que perfecto, como reza el título del artículo. No piensen que me he olvidado de la «o» del final, es un guiño a mi adorado Street Fighter, juego en el que si derrotabas a tu rival sin que te tocara un pelo te salía dicho mensaje de «perfect».

En el caso del juvenil B, bien podría aparecer el cartel de «perfect» cuando se hable de cómo ha ganado esta Copa Federación. Enhorabuena chicos, descansad este mes que tenéis de vacaciones porque quiero ver cómo nos hacéis sentir igual de orgullosos que este año, pero esta vez en División de Honor.

¡¡Gracias por un año de tantas alegrías!!

Texto: Alberto Leva

Imágenes: Iván Diaz