Así no, Rayo

08/03/2019
Así no, Rayo

Hay que guardar las formas siempre y los dirigentes del Rayo Vallecano no son los máximos exponentes en este sentido.

Que el fútbol se mueve por ciclos y que los ciclos se agotan, lo sabe hasta el más pintado. Y para muestra no hay nada más que mirar a los vecinos de Concha Espina y la temporada que están firmando, tras un lustro en el que ha mandado en Europa.

En el caso del Rayo Vallecano y, más concretamente su entrenador, Míchel, creo que todos somos conscientes que su etapa en el banquillo rayista tiene un inicio e iba a tener un final, más o menos largo, pero que en ningún caso iba a ser el Ferguson del Rayo Vallecano. Lo de Sir Alex, por desgracia, es un caso entre un millón en el fútbol actual y, si tu presidente es Raúl Martin Presa, esa probabilidad se reduce aún más.

Explica el maestro Martí Perarnau en su libro «Pep  Guardiola. La metamorfosis» que, el actual técnico del Manchester City cifra en tres años lo máximo que debe durar el ciclo de un entrenador en un club para no llegar a caer en el agotamiento. No debe ir muy desencaminado si volvemos a fijarnos en el Real Madrid y lo inesperado de la renuncia de Zinedine Zidane a continuar en el banquillo blanco tras tres temporadas y estando en la cresta de la ola. También tenemos el ejemplo en las filas franjirrojas con un Paco Jémez comandando la nave rayista brillantemente durante tres temporadas y con una cuarta campaña que finalizó en descenso y con un tremendo desgaste del técnico.

Volviendo al técnico actual, Míchel, del que no voy a entrar a valorar sus aciertos, errores, valía o inexperiencia en un banquillo de Primera División, negar que su situación como entrenador del primer equipo del Rayo Vallecano es crítica, sería totalmente de necios. Ahora mismo, el fútbol es un negocio y, como tal, lo gestionan los propietarios de los clubes. Unos con más acierto, otros con errores y luego está Raúl Martín Presa, que se sitúa farolillo rojo en la particular clasificación de gestores de clubes de fútbol, como mínimo a nivel nacional.

En las últimas horas, no se habla de otra cosa en Vallecas, por encima incluso de la visita al FC Barcelona, que de la posible destitución de Míchel y su más que posible relevo, Julio Velázquez, noticia que adelantaba Rodrigo de Pablo. Que el Rayo Vallecano ha tanteado varias opciones de entrenadores para un posible relevo es tan cierto como que el equipo no enamora ni con su juego ni con su actitud, pero hasta ahora han sido contactos que se han quedado dentro del más puro ámbito de lo privado. Lo que no se puede tolerar es que a dos días del partido más jodidamente complicado de ganar, salga a la luz esta especie de ultimátum al técnico con el nombre del elegido para suplirle y todo. Ojo, que esto no se me entienda como una crítica a Rodrigo de Pablo, al que admiro y aprecio a partes iguales y al que le doy la enhorabuena por dar la noticia, sino a los que invitan a Julio Velázquez al palco frente al Girona y, posteriormente, negocian con él habiendo un técnico con contrato en vigor. Por si fuera poco, el técnico no es un cualquiera, es un tipo que ha sido leyenda como futbolista, que te salvó de irte al pozo de Segunda División B y que te devolvió el equipo a Primera División siendo campeón por primera vez en la historia del Rayo Vallecano.

Si aún quieren más razones para no estar de acuerdo con la forma de actuar de la directiva y dirección deportiva rayista, diré que si de algo presume este club es de sus valores, valores que ni han entendido ni entenderán jamás los propietarios del cortijo actual. No basta con proclamarlos, hay que llevarlos a cabo y, lamentablemente, les quedan muy grandes. Como bien expresaba BukanerosBukaneros en su comunicado emitido sobre el caso Kakuta, es la afición la que vela por el respeto y por que se cumplan los valores de un club y un barrio.

Al hilo de lo que expresaba en el párrafo anterior y los valores de un barrio (mi barrio),  esta mañana podía leer en redes sociales un tuit donde lo ejemplificaba a las mil maravillas en menos de 280 caracteres. El mensaje en cuestión decía: «Michel es la discreción, la humildad, la educación, el trabajo… se nota que es de barrio, de Vallecas y, que tiene esos valores que te dan haber jugado en la calle.»

Desde el club se ha intentado negar lo evidente y mostraban incluso su enfado ante esta noticia, según comentaba Raúl Granado. Conociendo a Raúl Martín Presa, es capaz de negar que el sol sale por el este y se pone por el oeste. Por lo tanto, nada nuevo que no sepamos,  pero no por ello la noticia deja de ser cierta, tan cierta como que Velázquez es el favorito de la dirección deportiva, que Jémez es el favorito del presidente o que durante meses Kakutá no estaba muerto, estaba de parranda.