Contra los elementos no se puede

Contra los elementos no se puede

En un partido en el que todo se le puso en contra muy pronto, cayó el Rayo B en casa del Santa Ana (4-2).

Si tienes todos los elementos en contra para desplegar tu fútbol, es muy difícil sacar algo positivo. Así le pasó al Rayo B, que cayó derrotado en su visita al Santa Ana (4-2) en un partido increíble en el que salió mal casi todo.

Brillaba el sol en el Martín Temiño, aunque poco hacía frente al frío y fuerte viento que azotaba el campo de tal forma que dejó uno de los postes de esquina inclinado 45 grados sobre el campo. Este fue el primer elemento que se le puso en contra al Filial de la Franja, pues soplaba hacia su portería, algo que el cuadro local supo aprovechar de manera extraordinaria para dejar el partido encarado en la primera mitad.

Pronto llegó el primer mazazo para los vallecanos, con apenas 6 minutos jugados. Casi sin saber como, el balón llegó llovido al punto de penalti del área visitante. Ahí lo controló Christian, capitán del Santa Ana, de espaldas a la portería, con una tenue marca y el meta ligeramente adelantado. Apostó por la «frivolité» Christian, tirándose una chilena sin llegar saltar, tirando la pelota por arriba de tal manera que acabó colándose en la red. Alegría para la necesitada parroquia amarilla, que veía como en el comienzo su equipo estaba ganando.

Buscó el Rayo B la reacción a este tanto encajado, pero no lograba desplegar su juego. No porque la presión local fuese excesivamente fuerte, aunque algo de mérito también tuvieron. Pero principalmente fue el fuerte viento lo que condicionó la manera de jugar de los de Ángel Dongil. Una conducción normal por abajo debía hacerse con el doble de fuerza en el pie y a la mitad de velocidad si no se quería que el balón se quedase continuamente atrás. Y por arriba era peor, pues las pelotas largas quedaban cortadas hasta el punto de botar por detrás del punto en el que se había pateado. Elementos frustrantes para cualquier equipo que guste del juego de toque, y más aun teniendo el tapete natural del Martín Temiño en un gran estado para jugar.

Viendo como estaban las cosas, la consigna del Santa Ana estaba clara: balón al área rival y a lo que surja. Los muchachos de Jesús Lucas buscaban meter de cualquier forma el cuero en los dominios de Luis Martínez, intentando aprovechar uno de los muchos rebotes que se quedaban sueltos precisamente porque por muy fuerte que se intentase despejar la pelota, el viento la cortaba. Y si se buscaba ir a lo que surja, lo que surgió fueron penaltis en contra del Rayo B. 3 en el mismo partido, para ser exactos. El primero un derribo en la zona izquierda del área que aunque tenue, fue y el árbitro no dudó en pitarlo. A la ejecución fue Bustar, pero de lo fuerte que fue su lanzamiento se acabó perdiendo por encima del travesaño.

Tendría revancha desde los 11 metros el equipo amarillo mediada la primera mitad, en uno de los muchos balones que metían en el área chica para sacar rédito del barullo. Uno de los rebotes parecía colarse cerca del palo derecho, junto al cual estaba Meseguer, que la acabó sacando con el brazo en la misma línea. Lo vio muy claro el colegiado, que en el acto señaló el punto fatídico y, como manda el reglamento, expulsó con roja directa al lateral del Filial de la Franja. Esta vez sería Iván Sánchez el encargado de ejecutar la pena máxima, con un tiro raso y certero, ajustado al poste izquierdo de un Luis Martínez que se tiró a su derecha. Apenas había transcurrido una cuarta parte del partido, y con 2-0 en contra y un jugador menos, todo pintaba muy negro para el cuadro vallecano.

Pese a todo, el Rayo B quiso tratar de sobreponerse a los elementos contrarios y buscar el tanto que le metiese en el partido. La mejor oportunidad del primer tiempo fue para Alberto, quien aprovechó un despiste de la zaga local para tener un mano a mano ante un Rivarola que aguantó de maravilla para desviar la definición del 10. Pese a este susto, el Santa Ana siguió fiel a su idea vertical de tirar el balón arriba y ver que sale. Y ahí surgió una de las figuras del partido, Luis Martínez. Pese a salir goleado, el joven portero rayista tuvo varias intervenciones de mérito que ahogaron el grito de gol de la grada local. Postergó el tercer tanto todo lo que pudo, pero nada pudo hacer cuando en el minuto 38, aprovechando un rebote de un saque de banda que los amarillos jugaban como un córner con las manos, llegó con furia Álvaro para fusilar la escuadra de la portería visitante. Así se llegaría al descanso, con 3-0 y en inferioridad numérica. El Rayo B estaba tocado.

Y sí, tocado, pero no hundido. Salieron los de Dongil con ánimos renovados en la segunda mitad y con Carlos Hernández supliendo a Álvaro Juan en la delantera, tratando de lograr la remontada que para muchos se antojaría imposible. Con el cambio de campo, ahora el viento quedaba a favor, y eso había que aprovecharlo. El manual de la remontada exige que se haga un gol pronto, y así fue, en el minuto 4 del segundo tiempo. En una conducción de Arratia junto al pico derecho del área en ataque, levantó la cabeza para hacer como que buscaba el centro alto, pero lo que hizo fue filtrar el balón por abajo al punto de penalti, donde Alberto ensayó el remate de primeras, inapelable e imposible de parar para Riva. La fe poco a poco se apoderaba de la parroquia rayista gracias al tanto del 10, que sigue con su racha goleadora, viendo puerta en 4 partidos seguidos.

Así las cosas, viendo que el partido se podía romper de cualquier forma, el Santa Ana se pertrechó bien atrás y buscó resistir como fuera las acometidas del Filial de la Franja, que buscaba el tanto que le metiera definitivamente en el encuentro. Y lo encontró en el minuto 65, en una mala salida amarilla desde atrás que propició el robo de Sergio Arratia en zona de tres cuartos local. Con la defensa descolocada, la condujo cosida a su pie el 6 rayista hasta la línea de fondo, donde metió un pase de la muerte en toda regla para que Marc la empujase a placer en la frontal del área chica. Si alguien creía en la remontada del Rayo B, ese era Arratia, y así lo demostró con su segunda asistencia del encuentro, sirviéndole en bandeja el tanto al «Pichichi» rayista Marc Echarri, que sumaba su 6ª diana del campeonato.

Con el 3-2, la película se veía de otra manera. Al ver su ventaja reducida al mínimo, el Santa Ana concentró todos sus esfuerzos en la defensa. El Rayo B veía lo imposible más cerca que nunca, y buscó de forma insistente el área local. Fueron muchos los balones que rondaron los dominios amarillos, pero no tantos ni tan certeros los disparos contra el marco de Rivarola. Antes del gol de Marc había entrado Diego por Ángel Algobia, buscando así Dongil más presencia ofensiva. Y apenas 10 minutos después del tanto, agotó los cambios con la entrada de Denís por Ruby Atuse, para facilitar la salida desde atrás y dar refresco a una defensa que sufriría con los huecos creados al volcarse el equipo al ataque, y más aun estando con 10 jugadores.

Se entró en el tramo final. Todavía era posible la remontada para el Rayo B, pero se le acababa el tiempo. El Santa Ana lo fió todo a su verticalidad en las contras para tratar de finiquitar el partido. Así fue que en el minuto 88, un fresco Molina que había entrado en el 80 por Bustar comenzó una internada al sprint por la banda derecha, la izquierda rayista, dominio natural del expulsado Meseguer. La carrera de Molina acabó al entrar en el área, tras ganar línea de fondo, al irse al suelo al notar el contacto de su marcador. En situaciones similares en medio campo, el árbitro las había dejado correr, pero en esta si le pareció lo bastante grave como para señalar el tercer penalti del partido contra el Rayo B. Ante la impotencia rayista, acomodó Juanpe Bonoha el cuero en el punto de penal. Tiró fuerte al medio, Luis Martínez le adivinó la intención y llegó a tocarla, pero no fue suficiente para evitar que se acabase colando en la portería y pusiera fin a la historia. Con el 4-2, lo que quedaba para el 90 y el descuento ya era pura comparsa.

Acabó el encuentro, acabó la pesadilla para un Rayo B que vino a jugar al fútbol contra el Santa Ana, no contra los elementos. Dolorosa derrota que corta la racha positiva de 2 triunfos seguidos y 4 partidos consecutivos sin perder. Queda el Filial de la Franja en 7ª posición con 15 puntos, estando más cerca posicionalmente del playoff, pero por puntos más cerca del descenso, pues está a 5 puntos del 4º por arriba y 4 puntos por encima del 4º por abajo. Toca hacer borrón y cuenta nueva para el siguiente partido, el primer duelo de filiales del curso y una buena oportunidad para acercarse al playoff, pues recibirá el Rayo B en la «City» precisamente al 4º clasificado, el Leganés B.

FICHA TÉCNICA

DAV Santa Ana: Rivarola (p.), Lucas, Héctor, Álvaro, Juanpe Bonoha, Christian (cap., Roi m.89), Bustar (Molina m.80), Nando Morientes (Fabio m.67), Sánchez, Goya y Dani.

No utilizados: Nacho (p.s.), Isla, Pitu y Aitor. Entrenador: Jesús Lucas.

Rayo Vallecano B: Luis Martínez (p.), Luis Aguado, Meseguer, Ruby Atuse (Denís m.74), Jorge Moreno, Arratia, Javi Rubio, Ángel Algobia (cap., Diego m.61), Álvaro Juan (Carlos Hernández m.45), Alberto y Marc.

No utilizados: Álvaro González (p.s.), Nacho Fariña y Aguirre. Entrenador: Ángel Dongil.

Árbitro: Sr. Martínez Madrigal. Expulsó con roja directa a Meseguer en el Rayo B. Amonestó a Sánchez, Goya y Álvaro en el Santa Ana y a Denís y Arratia en el Rayo B.

Goles: 1-0, m.6, Christian. 2-0, m.23, Sánchez de penalti. 3-0, m.38, Álvaro. 3-1, m.49, Alberto. 3-2, m.65, Marc. 4-2, m.88, Juanpe Bonoha de penalti.

Polideportivo Martín Temiño, unos 200 espectadores. Partido correspondiente a la 11ª jornada del Campeonato Nacional de Liga, Tercera División, grupo VII. Mañana soleada, fría y con fuerte viento. Césped natural en buenas condiciones para la práctica del fútbol.

Informó Jorge Morales García. Imagen de Iván Díaz.