Al final, goleada

Al final, goleada

El Rayo B se estrena en liga derrotando al Villaverde San Andrés (4-1) en un partido ajustado que se definió en el final. Joselu Pérez, Quivira de penalti, Sergio Sánchez y Aguirre hicieron los goles de los de Dongil.

La magia del fútbol es eso que puede hacer que te lleves un partido que tenía pinta de empate. Así pasó en la «City», donde el Rayo B arrancó la campaña con una goleada frente a un Villaverde San Andrés que solo claudicó en el tramo final, cuando llegaron los golpes definitivos.

Plácida tarde de sábado en Vallecas, que invitaba a asistir al plato fuerte de la sesión vespertina de fútbol en la «City», y por primera vez desde marzo de 2020 en un partido del Filial de la Franja, habría público en la grada del campo 4, con su distancia de seguridad y su mesa del patrocinador y su todo. Gran ambiente para ver el partido inaugural del grupo VII de Tercera RFEF, en una temporada que se antoja larga y dura, con el enfrentamiento entre la versión 3.0 del cuadro de Dongil y el conjunto villaverdino, entrenado por Fede Bahón, que no quiere estar entre los candidatos al descenso.

Arrancó el partido el Rayo B con la intención de dominar en todas las facetas del juego, y salvo 5 minutos en los que el Villaverde le acorraló en el área sirviéndose del balón parado, el control de la primera parte fue puramente local. El medio campo, comandado por el capitán Manu Navarro y sus lugartenientes Diego y Aguirre, movía la pelota con mimo y cabeza, tratando de generar el hueco para que pudiesen romper los arietes Joselu Pérez, Héctor y Rubén De Tomás. Del otro lado, la zaga verde se mostraba firme, sin dejar resquicios para la sorpresa, cerrando con cerrojo el área de su meta Carlos hasta que el físico les diera. Ocasiones, pocas: una falta en cada área, sacando Quintela la que lanzó Maqueda para la visita y desviada la de Rubén De Tomás, y un par de disparos mordidos del rayista Diego en la frontal.

La calmaba que reinaba se turbó en el tramo final del primer tiempo. Una falta lateral provocó, casi por combustión espontánea, un pleito entre los dos 9, De Tomás y Hélmer, viendo ambos la primera amarilla del encuentro. Al rato, cuando ya nos encaminábamos al descanso, se abrió la grieta en la muralla visitante. Pusieron un balón al espacio para que corriera Joselu Pérez, ganando la espalda de la zaga, superando la frontal y la salida de Carlos con un ligero toque, levantando el balón lo justo y necesario para alojarlo en la red. El vigente Pichichi del Juvenil C rayista enseñaba su tarjeta de presentación en Tercera con tan solo 17 años, marcando el primer gol del Rayo B 21/22 a los 42 minutos de juego. Hubo poco descuento, más teniendo en cuenta que el villaverdino Ayoub se había retirado lesionado y había entrado en su lugar Timo, pero tampoco había más que decir en el primer tiempo. El postrero tanto de Pérez hacía que, al final, hubiera recompensa al dominio del Filial de la Franja.

Caía el sol en Vallecas para el comienzo de la segunda parte. Entró Sergio Sánchez por De Tomás en el Rayo B. Y en el Villaverde, si dicen que se hubieran cambiado los once, lo hubiéramos creído. Salió el equipo de Boetticher con el cuchillo entre los dientes, acorralando con fiereza al Rayo B en su área y logrando el premio del empate. Fue en el 6 de la segunda, merced a un córner en corto que permitió a Sergio Jerez disparar en posición escorada, Quintela rechazó el tiro, pero recogió el rechace Timo para empujarla. El que ingresó desde el banquillo puso el 1-1, y parecía que los de verde iban a por más.

Fue en esos momentos, los de más dudas para los vallecanos, cuando la firmeza de los defensores se puso a prueba, y logró salir muy airosa. Los veteranos Gimeno e Íker Recio y el novel Jaime se emplearon a fondo para frenar las acometidas villaverdinas, en una batalla de desgaste que se acabarían llevando los rayistas por perseverancia. En el resto del campo, la cosa no era ni mucho menos el dominio de la primera parte. Ángel Dongil lo vio desde el banquillo (no como en la pretemporada, que lo vio desde la grada) y empezó a jugar sus cartas en los 20 minutos finales. Por Héctor entró Quivira, lo que era un redebut para el 10 rayista después de que el cruzado le dejase el curso pasado en el dique seco. Con esta incorporación, poco a poco iba recuperando el Filial de la Franja el control del juego y alejando al Villaverde del área local, pero aun faltaba algo.

Entrando en el tramo final, a 12 para el 90, otro cambio de corte ofensivo. El joven goleador Joselu Pérez dejaba su sitio a Diego Lorenzo, cuyas piernas frescas iban a ser claves en la traca final franjirroja. Los focos se habían prendido, la noche se cerraba y parecía que el partido también, encaminado a un 1-1. Pero en el 85, 2 minutos después de la entrada de Arratia por Gimeno, en ese tramo en el que no queda casi tiempo material para la reacción si pasa algo, pasó algo.

Pasó que se puso un balón largo a la frontal visitante y corrió a por él Diego Lorenzo, haciendo gala de su frescura. Quedó solo ante el meta Carlos, y a este no le quedó otra opción que lanzarse a los pies del 18 rayista a tratar de interceptar la pelota, pero lo que hizo fue derribar al atacante. Penalti claro, y en otros tiempos incluso sería roja, pero aquí no hubo más castigo para el arquero. Mientras unos y otros reclamaban a la colegiada, agarró el balón Quivira y lo acomodó en el punto fatídico con firmeza. Casi tanta como la que tuvo su lanzamiento, fuerte, a media altura y ajustado al palo derecho. Carlos adivinó el lado, pero no llegaría jamás. Desde el punto de penal, en un momento especial para él y para el equipo, Quivira adelantaba al Rayo B cuando el final se cernía sobre la «City».

Y tras el desempate, la locura. El penalti fue una puñalada mortal para el Villaverde, que quedó completamente grogui aun faltando minutos para el 90. El Rayo B sacó de esta situación todo el provecho que dio tiempo a sacar, cerrando y sellando la victoria con dos tantos más. El primero, una falta lateral sacada en corto que derivó en una serie de toques en la frontal que generaron el hueco justo para que Sergio Sánchez se quedara solo ante Carlos en la frontal del área chica. El lateral definió como un 9, batiendo por bajo al meta y provocando la locura general de todos sus compañeros, que le abrazaron ipso-facto tras hacer el tanto de la sentencia en el 87. Y aun quedaba más. Cuando se cumplía el 90, le llegó el balón en zona de tres cuartos a un esforzado Aguirre, que levantó la cabeza y al verse con hueco probó el disparo. Lo que salió de su bota fue un misil tierra-aire que sacó las telarañas de la escuadra derecha de la portería de la valla de la «City», provocando en esta y en la grada el delirio total. Se jugaron 4 minutos de descuento, uno por cada gol rayista, pero ya estaba todo dicho. Alegría franjirroja y desesperación verde acompañando al pitido final.

Cualquiera que viera el resultado y se encuentre con alguien que haya visto el partido no se creería lo que este último le contaría de él. En el 80% de las veces, un partido así acaba en empate, pero hay que jugar hasta el final, y así lo hizo el Rayo B. Como premio a su perseverancia, el Filial de la Franja suma una goleada para arrancar de mejor forma una temporada en Tercera que va a ser larga y dura. Suman los 3 primeros puntos los chicos de Ángel Dongil, que no volverán al verde hasta dentro de 10 días, pues en la segunda jornada les toca descanso y la tercera es el miércoles 15 de septiembre, de nuevo en la «City», esta vez ante el Villaviciosa de Odón.

FICHA TÉCNICA

Informó Jorge Morales García. Imagen: @Ksphotoss_