Empate sin término medio

Empate sin término medio

El Rayo B dominó al Trival Valderas en una gran primera parte que culminó con gol de Marc, sucumbió por completo en la segunda y salvó un punto gracias a un penalti en el descuento de Alberto (2-2).

En los extremos se encuentra la locura. Parece una referencia a la posición del 7 y el 11, pero hablamos más bien de tempos de partido. El Rayo B jugó ante el Trival Valderas en Cotorruelo una excelente primera mitad, diametralmente opuesta a lo que fue la segunda, y acabó salvando en el descuento el empate de penalti.

Un sol de justicia calentaba con temperaturas más propias de mayo que de octubre los campos federativos situados en la madrileña Vía Lusitana donde el equipo del barrio alcorconero de San José de Valderas jugará como local en las próximas semanas debido al exilio forzado por las obras en La Canaleja. Chocaban de un lado un equipo que llegaba en un momento de forma excelente, con 5 victorias seguidas que le habían aupado a la cima de la tabla; y del otro, un Filial de la Franja que buscaba reencontrarse con la victoria tras 2 partidos y que presentaba una convocatoria con tan solo 5 suplentes, como antaño, debido a lo corto de la plantilla.

Cuando se inició el juego, sin embargo, era difícil decir a que conjunto correspondía cada contexto previo. Fueron lanzados los franjirrojos (con la equipación negra del curso pasado) a buscar las cosquillas a su rival desde el comienzo. Así tuvieron antes de los 10 minutos una oportunidad de oro para adelantarse en el marcador. Un pase en profundidad hacia el costado izquierdo encontró a Cano con espacio para entrar al área en sprint que fue detenido, ya dentro de la zona de castigo, por el central Matos con una zancadilla sobre la que el colegiado no vio duda alguna. Penalti en el inicio del partido. El propio Cano, que salía algo renqueante del trance, sería el encargado de lanzarlo. Sin embargo su disparo se fue ligeramente alto. Respiraban los que actuaban de locales, se lamentaba la expedición rayista ante la continuación de la maldición de los once metros.

El penal fallado no hizo mella en la moral de los jugadores vallecanos, que siguieron jugando y disputando posiblemente sus mejores minutos en lo que llevamos de temporada. Bajo la acertada batuta del capitán Ángel Algobia y de su lugarteniente en la zaga Arratia, el Filial de la Franja dio en el primer tiempo un recital de movimiento de balón, logrando superioridades, presionando rápido, creando huecos y anulando por completo a su rival. El dominio se traducía también en acercamientos al área. El más peligroso, un mano a mano de Cano con Manu que salvó el meta del Trival sacando una mano de puro reflejo a la definición a media altura del 9 rayista.

Un reflejo de lo que fue la primera mitad se vio en el juego en las áreas. La relativa tranquilidad de la que disfrutó Dani Merino durante el primer periodo contrastaba con el sufrimiento de su homólogo Manu, pues la presión rayista empezaba por el portero del Trival, al que en más de una ocasión se le puso en aprietos para sacar el balón de su área. Sería así como se abriría la lata. Corría el minuto 42, y el respetable asumía irse sin goles al descanso de un partido que estaba para que el Rayo B estuviera goleando. Jugaron los defensas blancos con su portero, y a molestarle fue Marc Echarri con ese instinto de depredador del área que tiene. Fue a jugar el balón el arquero, pero en vez de patearlo lo pisó, acabando él en el suelo, el balón suelto y Marc relamiéndose. Peleó Manu a la desesperada, cual salmón fuera del agua, por que el cuero no se lo llevase el 11 rayista, que lo hizo a trompicones y no podía sino alojarlo en una portería completamente a su merced. Ni los más optimistas hubieran previsto este desarrollo de primera parte, ni mucho menos la manera en la que el Rayo B se ponía por delante frente al líder del grupo VII de Tercera, gracias a un gol de pillo de Marc que le servía para sumar su 4ª diana y pasar a ser el máximo anotador del equipo de Dongil. El 0-1 al descanso y el nivel mostrado por el Filial de la Franja hacían soñar con lograr dar la campanada en Cotorruelo.

Algún sabio cuyos derechos de autor compró Mr. Wonderful dijo en una ocasión que lo difícil no era llegar, sino mantenerse. Esa frase podría servir para describir como fue la segunda mitad del Rayo B. Salió el Trival dispuesto a buscar la reacción y a demostrar porque era el líder de la Tercera Madrileña. Apenas necesitó 15 minutos de asentamiento el cuadro de David Galán para, como un huracán, borrar de un plumazo el medio campo rayista y empezar una campaña de acoso y derribo contra el área visitante. Sin saber como ni por qué, el equipo franjirrojo se vio encerrado atrás, sufriendo para sacar el balón de su área y siendo incapaz de dar 3 pases seguidos. En definitiva, los alcorconeros estaban dando a probar a los vallecanos de su propia medicina. Amenazaron la portería de Dani Merino durante 10 minutos de puro despliegue ofensivo, lo que tardaron en desatar en el área rayista el huracán que ya había pasado por la medular.

Tratando de que el equipo recuperase su ser, Ángel Dongil decidió introducir a Nacho Fariña por Aguirre en el minuto 67, en pleno vendaval atacante trivalero. Apenas 5 minutos después de la permuta acabaría por romperse el cántaro que llevaba ya un rato yendo a la fuente. Jugada de ataque elaborada por el Trival en la zona céntrica, introduciéndose a machete en el área. La pelota entró en el caos, rebotando en todas partes, y según la hinchada que ejercía de local en la mano de un defensa rayista, para acabar suelta en el área chica tras un rebote que descolocó a Dani Merino y quedando a placer para que la empujase Maqueda, que festejó con rabia el tanto que daba a los de San José de Valderas un empate que estaban mereciendo. Como respuesta inmediata al tanto encajado entró Diego por Marc para tratar de levantar a un Rayo B que se encontraba completamente grogui, tanto que apenas 2 minutos después se vieron perdiendo el partido en una internada que nos supo frenar la defensa y que acabó con Del Pozo controlando el cuero en el pico izquierdo del área chica de Merino para acabar alojándolo en las mallas junto al segundo palo. Golpe de autoridad, de líder, de un Trival Valderas que dio la vuelta al partido con 2 goles en un lapso de 3 minutos. En un combate de boxeo, el juez hubiera declarado el KO técnico del Rayo B, pero esto es fútbol.

Tras un breve lapso de tiempo en el que el cuadro blanco buscó la sentencia, trató el Filial de la Franja de recomponerse y salir a buscar la igualada. Sin embargo, el golpe psicológico parecía haber hecho mella en unos jugadores rayistas que peleaban consigo mismos y con unos rivales a los que les atormentaban los cadáveres. En el accidentado tramo final surgió la figura de Alberto Bernardo. Parecía que el 10 vallecano era el único que se creía que aun se podía sacar algo en los 5 minutos que hubo de añadido, y vaya si así fue. Necesitó solo un balón limpio junto al pico derecho del área local para conectar con su mejor socio histórico, Ángel Algobia, y buscar la pared, Sin embargo, apenas cedió el balón al 8 se vio en el suelo en su intento de desmarque dentro del área, pues se encontró con la pierna de Diego, el 11 del Trival que había salido en el descanso por Miguel Ángel y estaba ayudando a defender el triunfo momentáneo de su equipo.

Con Alberto en el suelo, habiendo señalado ya un penalti para los visitantes y teniendo en cuenta lo que había dejado sin sancionar en otras zonas del campo, el árbitro sorprendió a propios y extraños al decretar un penalti, que lo era, tan inesperado por los visitantes como inoportuno y protestado para los locales. Pasando 2 minutos del 90 y cayendo por la mínima, era un regalo envenenado. Como en el patio del colegio y en el penalti del primer tiempo, lo fue a ejecutar el que lo había provocado. Disparó el penal Alberto fuerte y picado hacia su izquierda, botando el cuero delante de un Manu que adivinó el lado y parecía que llegaba a tocar la pelota, pero no evitó que esta acabase besando la red. Llovido del cielo cayó el empate para un Rayo B que parecía desaparecido en la segunda parte, y aun tuvo que aguantar una última acometida del Trival en lo que quedaba de tiempo de descuento. Con el triple pitido final llegó el alivio.

Una primera mitad excelente y una segunda para olvidar. No tuvo término medio el Rayo B en un partido que bien pudo golear al Trival Valderas, bien pudo salir goleado y acabó llevándose un punto no exento de polémica. Con este se sitúa el Filial de la Franja en 13ª posición con 9 puntos, a 4 del playoff y 2 por encima del descenso. Buscarán reencontrarse con la victoria los de Ángel Dongil la próxima semana nuevamente a domicilio, en el siempre difícil El Soto, feudo del CD Móstoles URJC.

FICHA TÉCNICA

CF Trival Valderas: Manu (p.), Dani Sánchez, Matos (Santi m.33), Jime, Miguel Ángel (Diego m.45), Del Pozo (Mario Duque m.87), Sergi, Mario (cap.), Maqueda, Esparza e Iván Lean.

No utilizados: Raúl (p.s.), Macho, Roberto y Odera. Entrenador: David Galán.

Rayo Vallecano B: Dani Merino (p.), Javi Rubio, Xian, Ruby Atuse, Jorge Moreno, Arratia, Aguirre (Nacho Fariña m.67), Ángel Algobia (cap.), Cano, Alberto y Marc (Diego m.73).

No utilizados: Mario De Luis (p.s.), Samu y Luis Aguado. Entrenador: Ángel Dongil.

Árbitro: Sr. Velasco Arribas. Amonestó a Mario en el Trival y a Ruby Atuse en el Rayo B.

Goles: 0-1, m.42, Marc. 1-1, m.72, Maqueda. 2-1, m.75, Del Pozo. 2-2, m.90+2, Alberto de penalti.

Campos federativos Ernesto Cotorruelo, unos 200 espectadores. Partido correspondiente a la 8ª jornada del Campeonato Nacional de Liga, Tercera División, grupo VII. Mañana soleada y cálida. Césped artificial en condiciones óptimas para la práctica del fútbol.

Informó Jorge Morales García. Imagen de Iván Díaz.