Mínima diferencia

Mínima diferencia

El Rayo B cae derrotado en su visita al Alcorcón B en un partido igualado que se definió en el tramo final.

En los encuentros en los que los equipos son tan similares y tienen las fuerzas tan igualadas, cualquier detalle puede hacer desequilibrar la balanza. Fue por la mínima, por un golazo sobre la hora, pero esa diferencia hizo que el Rayo B cayese derrotado en casa del Alcorcón B.

Mañana típica de abril, con la amenaza constante de lluvia que no se consumaba, para acompañar al duelo de filiales en el Anexo de Santo Domingo. Se presentaba el equipo de Ángel Dongil con dos novedades respecto al once que 7 días antes hizo hincar la rodilla al Leganés B. Juan Carlos entraba en el lateral izquierdo Boigues, que cumplía sanción por acumulación de amarillas, y Kevin se incorporaba al ataque en lugar de Aguirre. Del otro lado, los de Josep Alcácer, que venían a demostrar por qué su feudo era de los más complicados de Tercera.

Como es de esperar cuando se enfrentan dos filiales, la intensidad es extrema desde el inicio. Se buscaban las cosquillas ambos equipos con movimientos rápidos de balón, en tanto y en cuanto lo permitía el viejo tapete artificial, que no cambió desde que el Rayo Juvenil A salió allí campeón de liga, añadido a la velocidad que le dio al terreno la lluvia caída durante la semana. La competencia era por ver quién marcaba la diferencia en la medular. La primera gran ocasión la tuvieron los locales, en un rebote en la espalda de Íker Recio que le cayó a César Gómez con Roberto adelantado, ideal para tirar la vaselina que de haber ido entre palos era gol sin remisión. Casi al instante de esa llegó la réplica rayista, en una carrera tras robo de Manu Navarro que le permitió habilitar en el pico derecho del área a Rubén De Tomás para ensayar el disparo y exigir al meta local Carlos Mena para que la detenga en dos tiempos. Todo esto, antes de cumplirse el minuto 10.

Después de estos primeros avisos, las condiciones del campo empezaban a afectar al juego de ambos conjuntos, acostumbrados a un fútbol de toque dinámico y movimiento de balón raso. Luego de unos minutos de calma tensa, se empezó a ver como opción el disparo lejano para tratar de romper la diferencia en el marcador. Así lo probó Álex Gil, a unos metros de la frontal, obligando a Roberto a lanzarse para rechazarla, dejándola muerta pero sin que pudiese empujarla César Gómez tras resbalarse. Después de esta buena ocasión del filial alfarero, la tuvo muy clara el de la Franja. Se llevó Rubén De Tomás puesto a la defensa local en el costado del área y se la sirvió a Marc Echarri, que llegaba solo a la frontal. Salió bien a achicar Mena y rechazar el disparo raso del 9 rayista, que perdió ahí la mejor oportunidad para hacer gol que tuvo.

Según se acercaba el tramo final del primer tiempo, ya se tiraba de balón largo, ya fuese jugado o parado, pero ni así parecía romperse el empate. Otra vez la tuvo César Gómez, que recibió el pase a la espalda y llegó solo a la frontal visitante. Roberto aguantó de gran manera el tipo y le sacó con la rodilla la definición al 11 amarillo. Parecía estar un puntito mejor el «Alcor» B, conocedor de su terreno y acostumbrado a sus vicisitudes. 10 minutos después de este mano a mano, lo intentó Rubén De Tomás en un libre directo que se fue ligeramente alto. Poca historia más hasta el descanso. Empate sin goles en un partido sin que se viera prácticamente alguna diferencia entre dos filiales que necesitaban la victoria de forma imperiosa.

En el inicio del segundo tiempo vimos los mejores minutos del Rayo B en cuanto a dominio se refiere. Salieron los vallecanos a buscar a su rival en su campo, presionando fuerte desde la salida en el área y llevándose en varias veces el balón robado en zonas peligrosas. Sin embargo, el ímpetu franjirrojo llevaba implícito el repliegue atrás amarillo, y aquí es donde hacía tope el juego rayista, pues se llegaba con peligro al área, pero no se terminaba de generar miedo. Faltaba meter ese último pase, atreverse a generar el hueco y disparar desde lejos. Así, aun encerrados en su área, se sentían cómodos los locales, no así los atacantes visitantes.

Superada la barrera del minuto 60, y pese a la entrada de Molina por Kevin para dar frescura a la delantera, se fue volcando poco a poco el juego hacia el campo rayista. Después de aguantar un intenso asedio, el Alcorcón B se lanzó al ataque y pasó a llevar la iniciativa del juego. Ahora el cuero orbitaba con peligro el área visitante, llegando los zagueros a sudar tinta para despejar el peligro. El esfuerzo de Rueda y Gimeno en el encuentro fue titánico. La principal diferencia de este dominio alfarero es que, de vez en cuando, amenazaba con auténtico peligro el marco visitante, ya fuese con un cabezazo al lateral de la red de César Gómez u otra intervención salvadora de Roberto a remate a bocajarro de Llario. Para más inri, Juan Carlos volvía a romperse al lanzar un sprint, y de nuevo se retiraba lesionado en el minuto 73. Entró en su lugar Luis Aguado, en lo que eran sus primeros minutos tras su cirugía de pómulo.

En el tramo final, parecían igualarse las tornas y volver a tener presencia arriba el Rayo B. De hecho, tras la mentada intervención de Roberto, tiró Molina una gran carrera por la izquierda hasta comerse la valla para dejarle el balón en el área a Marc para que la reventase. Tuvo que poner el cuerpo el central para taponar el disparo de Echarri. Tras esto, según se acercaba el 90, las imprecisiones reinaban en ambos bandos. Todo se abocaba al empate sin goles, y los técnicos buscaban en sus banquillos un último cambio de cromos para tratar de marcar la diferencia. Con esa intención ingresó el míster local Josep Martínez a Gabri López en lugar de César Gómez, el jugador que las había tenido de todos los colores pero no logró ver puerta. Tendría que ser el que entrase en su lugar en el minuto 87 el que frotase la lámpara en el primer balón que tocó.

No debía llevar ni 30 segundos en el campo cuando Gabri López recibió en la frontal, cerca de la media luna, un balón que llegó conducido por el costado derecho del ataque amarillo. Tenía algo de espacio Gabri, lo suficiente para armar el disparo con pierna derecha. El balón salió fuerte hacia arriba, dirección directa hacia la escuadra derecha. Por mucho que voló Roberto, era imposible llegar a atajarla. La pelota limpió las telarañas en el minuto 88. Golazo que se gritaba en el exterior de las vallas del Anexo de Santo Domingo. Euforia alfarera y jarro de agua fría para los franjirrojos, a los que apenas les quedaba tiempo para la reacción.

La entrada de Barroso, preparada desde la acción del gol, por Rubén De Tomás, apenas pudo tener incidencia. Los 4 minutos de descuento fueron, como en el tramo inicial del segundo tiempo, un «quiero y no puedo» visitante en ataque. Aguantó bien su ventaja el cuadro amarillo, que volvió a rugir con el pitido final. Encuentro en general igualado, en el que la diferencia la marcó el derechazo de Gabri en el primer y casi único balón que pudo jugar. La mínima acción para lograr el máximo premio. Como la mañana, partido de nubes y claros del Rayo B, que cayó derrotado por primera vez en la 2ª fase del campeonato. Queda el Filial de la Franja con 41 puntos en en 24 partidos que le dejan con un coeficiente de 1’71 para mantener la 5ª posición del grupo por el ascenso directo, superando solo en 3 décimas al propio Alcorcón B y quedando lejos el 2’14 del segundo clasificado y próximo rival de los de Dongil, el CD Móstoles URJC; que visitará la City el próximo domingo.

FICHA TÉCNICA

Informó Jorge Morales García. Imagen de Miguel Ángel Mena.