Rayo Vallecano Femenino Juvenil A 0-1 C.D. Masriver. Lamento en la City.

Rayo Vallecano Femenino Juvenil A 0-1 C.D. Masriver. Lamento en la City.

Un solitario gol en el minuto 60 dio la victoria al C.D. Masriver.

El equipo recibió al CD Masriver con numerosas bajas, lo que hizo que el técnico contara tan sólo con 15 jugadoras, dos de ellas porteras. A las lesionadas de larga duración como María, «Calle» y recientemente Laura Clemente, se unieron la pasada semana Irene y Alba (aunque de menor grado de gravedad y tiempo de recuperación). Además, durante el partido, se sumó, para al menos tres semanas de duración, Alejandra Navas.

Con todos estos condicionantes el míster propuso de inicio un once formado por: Paula, Mar, Teresa, Clemente, Robledo, Marina, Amor, Elena, Lauri, Navas y Carol.

Si lo tuvo complicado esta jornada, más aún lo tendrá el míster para armar un equipo para la próxima semana.
El inicio de partido fue el habitual por nuestra parte. Dejamos la iniciativa al rival, y cuando ya sabíamos de qué pie cojeaba el rival, y comenzábamos a coger los mandos, llegaría la lesión de Navas (un mal apoyo, un mal giro… ) y entonces las chicas, impactadas por el tema, no supieron reponerse. El lógico cambio de Navas, recolocó alguna posición en el terreno. El Masriver jugaba a pelotazo, pero no ganábamos ningún rechace, y nosotras no nos atrevíamos a jugar. Al final, nos contagiamos de ese pelotazo también. Alguna vez a alguien se le ocurría jugar el balón y cuando esto sucedía, llegaban las ocasiones de gol. Pero no lográbamos rematar. El partido era tal que Paula no tuvo trabajo, llegando con empate a cero en el marcador al descanso.
La consigna del míster era tocar balón, buscar líneas de pase, tranquilizar el juego, hacerlo fácil, y cuando esto sucedía llegábamos a puerta, pero la tendencia era pelotazo y juego estático, no disputábamos los duelos y cedíamos el balón al contrario. Además, entramos en una fase oscura, con muchísimas faltas y parones en el juego.

El gol del Masriver, en su único ataque franco, fue un robo de balón en el centro del campo, contragolpe a cámara lenta por nuestra derecha, un centro chut hacia portería, que rechazaba Paula, golpeando el balón en el larguero y quedando muerto en la frontal del área chica y sin oposición, la delantera controlaba, pensaba y tiró a gol (todo esto en cámara lenta).
A partir de ahí, más juego caótico con demasiadas faltas, calentones y, en definitiva, se acabó el poco fútbol que hubo.
Lo mejor, el pitido final. Toca reponerse del palo recibido y reflexionar.

Próximo partido y clasificación: