Hasta siempre, guerrera

16/07/2019
Hasta siempre, guerrera

No es sencillo despedir a alguien que ha dejado tanta huella en el rayismo como lo ha hecho Marta Perarnau.

Gracias. No se puede empezar con otra palabra que no sea esa. Gracias. 

Hablamos de una jugadora que, en cierta etapa de su tierna adolescencia, decidió cambiar el tartam por el césped, y las vallas por una pelota de fútbol. Hablamos de una chica que no quiso hacer las pruebas del Atleti porque se había enamorado de una franja roja a primera vista. Y menos mal. Quién sabe qué sería del Rayo Femenino sin ella, sin Marta Perarnau.

Llegó de pequeña, con muchas metas por alcanzar, y se marcha con 24 años, con más de un sueño cumplido. Capitana del filial, campeona de Liga con ese mismo equipo, debut y asentamiento en Primera División… Ella dice que le debe mucho al club, pero creo que es el club quien más le debe a ella. Porque hay muchos motivos para darle las gracias.

Por no perder la sonrisa, pasara lo que pasara.

Por desprender rayismo en todos los campos de fútbol que pisaste con la Franja puesta.

Por defender este escudo desde el primer hasta el último día.

Por no bajar los brazos y dejarse siempre la voz, partido tras partido, ya fuese desde el campo, banquillo o grada.

Por enseñar a las más peques (y a los más pequeños también) de qué va esto de vestir una línea roja que te cruza el pecho.

Por trasmitir como sólo ella sabe hacerlo, la ilusión por este bonito deporte.

En definitiva, por ser el Rayo.

Puede que tardemos en volver a escuchar a alguien gritar desde la línea defensiva aquello de «Vamos, tías, joder, que somos el Rayo», pero no tengo duda de que ese grito volverá a salir de su boca.

Leí hace no mucho a nuestro compañero Alberto Leva decir que como rayista le dolía la marcha de Marta, pero que como amigo, se alegraba. Coincido al 100% con él, queda claro que no todo vale. Hay cosas con las que no se puede jugar. Este club no está a la altura de un jugadora como Marta (ni a la de todas las que conforman esta plantilla). Ojalá algún día pueda volver al Rayo que ella representa.

Mientras tanto,  no tengo duda de que seguirá viviendo el fútbol como nadie, disfrutando de él como sólo ella se merece.