Crónica Athletic Club 1 – Rayo Vallecano 0

A estas alturas de la película, nadie va a inventar nada en esto del fútbol. Gana el que más goles mete, punto. Y para eso, lo mejor es tener un especialista. Tenerlo y conservarlo, claro. El Athletic tiene Aduriz, un excelente delantero a pesar de sus limitaciones, identificado al cien por cien con la filosofía del club. Hace un rato, el Athletic ganó al Rayo porque mima y cuida a Aduriz, y Aduriz responde. El Rayo cuenta con Manucho, que es lo que es. También tiene a Leo Baptistao, desaparecido -al igual que hace dos años- después de un comienzo espectacular. Y detrás está Alberto Bueno, un delantero reconvertido a mediapunta que las enchufa de todos los colores. El otro día, el de Moratalaz reconoció en la radio que el Rayo aún no le ha ofrecido renovar, y que tiene pie y medio fuera del club. Esa es la filosofía de la directiva rayista, una mezcla entre dejadez, vagancia y desconocimiento del medio. Antes de empezar el partido en San Mamés, Bueno y Aduriz llevaban los mismos goles. Desgraciadamente para la afición rayista, el madrileño es víctima de su propio club

En un alarde de coherencia y sentido común, algo a lo que no están excesivamente acostumbrados en Vallecas, Paco Jémez dio continuidad al equipo que finiquitó brillantemente al Villarreal. De hecho repitió el once al completo, dejando incluso en la grada a Raúl Baena, quizá el mejor jugador del Rayo en la primera vuelta. Mientras todos los comentaristas de televisión y los expertos analistas de la prensa especializada guardaban luto por la ausencia de Roberto Trashorras, a los que nos tragamos todo lo que juega el Rayo nos tocaba ver si lo de Fatau iba a funcionar o no. Y sí, funcionó. A su habitualmente acertada labor de pitbull, el ghanés añadió cierto talento para distribuir el balón que hasta ahora había quedado en un segundo plano. Rápido y fácil, como debe ser, y más ante un rival intenso y agresivo como es el Athletic.

Los leones son un equipo rápido, directo y poco amigo de las florituras que basa buena parte de sus posibilidades de éxito en los chispazos de talento de sus extremos, Susaeta y Muniain, y en el instinto asesino de Aritz Aduriz. Es decir, es un Athletic de los de toda la vida, con el más puro estilo británico grabado a fuego en el ADN. Así ha sobrevivido en primera desde 1928 y esperemos que así siga, por el bien del fútbol. Su entrenador, Ernesto Valverde, fue cocinero antes que fraile y sabe muy bien de qué va el tema, potenciando sus recursos y dándole a la grada de San Mamés lo que quiere.

La batalla había tenido un ritmo trepidante desde el pitido inicial.  Aduriz y Unai López -sobre todo este último, que penaría sus pecados poniendo rumbo al banquillo a la media hora de empezar- pudieron adelantar al Athletic en el marcador. Del lado rayista, Kakuta, primero con la derecha y luego a balón parado, puso en serios apuros a Gorka. Y no habían pasado ni diez minutos. A partir de ahí, el equipo bilbaíno tomó la batuta del partido y ya no la soltó hasta el final.  El Rayo se dedicó a aguantar el chaparrón, con Amaya -excelente en una semana difícil para él- y Zé Castro dominando el juego aéreo ante las acometidas rojiblancas. Entre medias la tuvo Laporte, pero se encontró con la mano milagrosa de Toño, que se tuvo que quedar en el vestuario en el descanso, lesionado.

El achuchón final del Athletic, espoleado por el prometedor Iñaki Williams, fue demasiado para un Rayo que vuelve a Vallecas con las manos vacías y con la necesidad imperiosa de ganar el próximo sábado al Levante, porque tres milagros en el Camp Nou son demasiados para un sólo año.

Álex Calvo

(Foto: Luis Ángel Gómez – El Correo)

https://www.youtube.com/watch?v=tnM8a2Gwoyw

Alineaciones: Gorka; Iraola, Etxeita, Laporte, Balenziaga; San José, Rico, Susaeta (Ibai 79′), Unai López (De Marcos 33′), Muniain (Williams 64′); y Aduriz.

Rayo Vallecano: Toño (Cristian Álvarez 45′); Tito, Amaya, Zé Castro, Nacho (Morcillo 45′); Jozabed, Fatau; Licá, Bueno, Kakuta; y Leo Baptistao (Manucho 66′).

Goles: 1-0, 85’: Aduriz.

Tarjetas: El colegiado amonestó con tarjeta amarilla a San José (20′), Nacho (23′), Fatau (58′), Aduriz (77′), Rico (82′).

Estadio: San Mamés.

Árbitro: Fernández Borbalán.