El Inquilino Capataz

09/08/2021
El Inquilino Capataz

La Comunidad de Madrid comunicaba a la afición franjirroja que Raúl Martín Presa es el responsable de la paralización y retraso de la segunda fase de las obras de reordenación y adecuación del Estadio de Vallecas.

El pasado viernes la Comunidad de Madrid comunicaba oficialmente a una representación de la Federación  de Peñas, Plataforma ADRV y Accionistas ADRV lo que era un secreto a voces: Raúl Martín Presa es el responsable de la paralización y retraso de la segunda fase de las obras de reordenación y adecuación del Estadio de Vallecas.

Nada nuevo bajo el sol rayista pues ya lo hizo con las de la primera. Recordemos como impuso el cambio de color de los asientos y la desaparición de la franja en las zonas bajas de los dos laterales, por ejemplo. Lo que sorprende, aunque tampoco mucho, es que la Comunidad de Madrid lo haya permitido de nuevo. Avisados estaban los responsables de las competencias de deportes de lo sucedido y de lo que podría suceder. Tanto los de Ciudadanos, hasta el 11 de marzo, como los del PP desde entonces.

Presa no quiere un Estadio accesible.

Raúl Martín Presa nunca ha querido un Estadio de Vallecas accesible a las personas con  movilidad reducida. Solo hay que hacer memoria de la lucha constante de la Peña de Discapacitados para conseguir un espacio adecuado y suficiente, ya no para cumplir la normativa vigente, sino para atender la lista de espera de personas con movilidad reducida que quieren abonarse al Rayo Vallecano y las trabas que han sufrido y sufren para ello. 

En la primera fase de las obras se realizó una importante inversión de dinero público en construir un acceso y una zona para dichas personas en la grada de Arroyo del Olivar. Dicha zona ha sido ninguneada por Presa impidiendo el acceso a nuevos abonados que se sumaran a los de la grada de la Albufera. Sobrarían los dedos de una mano para contar las personas que han podido utilizarla desde su construcción.

Tampoco lo quiere en esta segunda fase boicoteando la construcción de ascensores de acceso a la Lateral Alta de la Albufera. El inquilino capataz quería seguir llenando sus bolsillos presionando a la Comunidad de Madrid para que esta pagara, no la mejora de la accesibilidad al Estadio, sino las nuevas exigencias de Tebas en materia de césped, iluminación y sala de prensa para mejorar el “producto televisivo». Quería que con dinero público se pagara las alfombras y lámparas cool de la casa alquilada para beneficio suyo.

Menos palabras y más  hechos.

Si ya estaba en ello antes del 11 de marzo, ese día le alegró la vida. La expulsión de Ciudadanos del gobierno madrileño, y la convocatoria de elecciones por parte de Isabel Díaz Ayuso, le dieron nuevas alas. Estos meses de interinidad política le han permitido mantener el órdago parando las obras. También la de granjearse amistades políticas que le ayudaran en ello. También le ayudaba a aplazar sine die la campaña de abonos después de la conflictividad surgida en la de la temporada 2019/20. No olvidemos que sus ingresos serán mayores vendiendo entradas a público local que con los abonos, más en Primera División. También las protestas contra su gestión serán menores cuantos menos rayistas pisen el Estadio.

De nuevo, Raúl Martín Presa, ha ganado. Eso no habría sido posible sin la permisividad del gobierno de Isabel Díaz Ayuso aunque ahora quieran vender que van a estar vigilantes en el cumplimiento estricto del Convenio de Cesión de uso del Estadio y en que las obras previstas se realicen. No es disparatado pensar que los ascensores que no quiere Presa tengan el mismo uso que la rampa y zona de movilidad reducida de Arroyo del Olivar. Más dinero público infrautilizado por el inquilino capataz en hacer accesible una instalación deportiva pública. 

¿Seguirá la Comunidad de Madrid consintiendo? Las palabras, y más de los políticos, se las lleva el viento. Como el viento ha ido aplazando la fecha de la reunión de este viernes y como se ha llevado los reiterados compromisos de que las obras estarían finalizadas antes del inicio de la Liga.

La afición rayista y la ciudadanía  madrileña quieren hechos. Hechos como el acuerdo unánime de la Asamblea de Madrid que fue el cimiento del posterior convenio de cesión de uso. Hechos que implican un seguimiento real y efectivo de las obligaciones  de Presa contenidas en el mismo y el punto final de que el inquilino capataz decida qué, cómo, dónde y cuando se realizan las obras en un Estadio que no es suyo. Hechos como decir públicamente, y no a través de otros, quién es el responsable de esta situación. 

Para finalizar, un aviso a navegantes del Santa Inés y a las fuerzas políticas madrileñas. Si sale adelante el acuerdo de Tebas con CVC, no descartemos una nueva ofensiva de Raúl Martín Presa en la compra del Estadio y los terrenos que ocupa. No hay que descartar que Presa harte a nuestros políticos y estos acaben vendiendo para quitárselo de encima. Y Presa puesto a hartar, si se le sigue consintiendo, puede hartar mucho y a muchas.

Texto: Luis Miguel Redondo