El partido

31/03/2018
El partido

El próximo domingo en Vallecas se decide gran parte del título liguero en el grupo cinco de División de Honor juvenil. Rayo Vallecano y Real Madrid jugarán un auténtico partidazo en la City

Cuando uno prepara la previa de un partido es importante tener buena memoria, documentarse sobre el otro equipo, conocer cómo llegan los nuestros y sobre todo tratar de ser imparcial. Creo que a la hora de escribir la del partido de División de Honor del próximo domingo en la City, voy a saltarme todas estas reglas no escritas. La memoria la tengo justa para pasar el rato, sobre el partido está todo o casi todo dicho y, evidentemente, no voy a ser para nada imparcial.

El del domingo es el partido con el que todo aquel que ha sido futbolista, incluso un servidor que alguna vez se enfundó una zamarra de fútbol y pateó un balón, ha soñado con jugar. Uno de tantos sueños que este grupo ha ido alcanzando con el paso de los años. Primero fue con Galapero, luego llegó el turno de Emilio y ahora es con Ángel Dongil. No siempre partieron desde el número uno de la parrilla de salida en cuanto a favoritismo, pero siempre supieron alcanzar la meta antes que sus perseguidores inmediatos. En el camino se ha ido quedando gente, compañeros que a día de hoy son los fans más incondicionales de estos jugadores que defienden la franja cada semana. Ellos también son parte importante de lo que es este equipo a día de hoy.

Tal vez los máximos responsables de este éxito, porque llegar a estas alturas de Liga ya lo es, sean esos padres que les compraron su primer balón, su primer par de botas (no sin poco sacrificio muchos de ellos), los que han hecho infinidad de kilómetros madrugando cada fin de semana desde hace años, los que han pasado frío o se han calado hasta los huesos sufriendo con sus derrotas y gozando con sus triunfos. Alguna madre hoy recordará con una sonrisa como el jodío niño le rompió ese jarrón tan feo, que no se atrevían a tirar porque era una reliquia, pero que con un derechazo, desde la otra punta del pasillo, había hecho añicos un chavalín que lo celebraba con el mismo énfasis con el que lo haría si el domingo logra batir al portero rival.

Lejos queda ya ese 27 de julio en el que arrancaba la pretemporada y con ella las primeras agujetas, las primeras charlas de vestuario o las voces de un vehemente Ángel Dongil, que a lo largo de la temporada nos ha regalado imágenes para el recuerdo con sus aspavientos, sus juramentos en arameo y su ya famoso molinete que se hizo viral gracias a las cámaras de Gol en el partido ante el Atleti. Quizás ese fue uno de los puntos de inflexión de la temporada, ganar al Atlético de Madrid y hacerlo con la autoridad que se hizo, demostrando que este equipo iba muy en serio y que el objetivo real era ganar la Liga. La humildad no está para nada reñida con la ambición y este equipo ha sabido ir dando pasos cortos sin hacer ruido, pero con las miras en el lugar de privilegio que a día de hoy ocupan.

Sería injusto olvidarme de los Mese, Jordi, Alberto, Sergio, Carlos o el gran José María (no, no son la columna vertebral del equipo de Dongil, o tal vez sí), porque forman un cuerpo técnico increíble en el que cada uno tiene su rol y hace de forma impecable su labor. De jugadores también podríamos hablar largo y tendido, y daría para varios artículos, pero hoy me quiero acordar de todos esos que no han tenido tantos minutos y han sabido estar a la altura de las circunstancias. Partiendo de la base de que a ningún jugador le gusta quedarse fuera, siendo lógico y normal que se enfaden si no entran en la convocatoria o en el once inicial, creo que a grandes rasgos estos jugadores menos habituales del equipo han sabido desempeñar su papel dentro de este grupo que forma el juvenil A. No tengo la suerte de estar en el día a día con ellos y seguro que me perderé circunstancias y situaciones de la convivencia diaria, pero a los Alonso, Chris, Cid, Miga, Solano,… los quiero siempre en mi equipo.

Alberto, Jordi, Dongil, Mese y Jose María.
Foto: Rayo Vallecano

A principio de temporada me atreví a vaticinar que este equipo haría algo grande (incluso tras la cagada ante el Getafe nada más comenzar la Liga) y creo que el tiempo me va a dar la razón . Tal vez, al inicio del artículo les mentí sobre lo de mi memoria o al menos debo decir que es bastante selectiva, porque guardo en mis recuerdos prácticamente todos los goles, victorias (algunas in extremis y a lo Alexanco) e incluso empates agónicos como el del Leganés. No sabéis el privilegio que para mí ha sido el poder vivir todo esto en el particular palquito de rajadores, junto a Emilio, Alfon o el último partido junto a uno de mis ídolos franjirrojos, Luis Cembranos (aún me dura la erección).

Gracias por hacernos soñar, disfrutar y creer que se puede hacer sombra a los todopoderosos Real Madrid y Atlético de Madrid. Pase lo que pase el domingo, la parroquia franjirroja solo puede tener palabras de agradecimiento hacia este equipazo que se dejará el alma durante los 90 minutos (o más) que dure el que sin duda será el partido del año.

No quiero dejar de felicitar a Miguelito o a Iván Díaz (el primo), porque ellos han estado al pie del cañón durante todo el año con este equipo y aunque me gusta reconocer su trabajo cada semana en privado, creo que no podía cerrar estas líneas sin decir lo grandes que son ambos.

Texto: Alberto Leva

Imagen: Iván Díaz