El Rayo saca pecho

En una impresionante reacción plena de convencimiento, el Rayo Vallecano consiguió igualar su duelo ante el Sevilla -después de que los andaluces se pusieran dos goles arriba- en un ejercicio de tesón y fe que dio sus frutos, tras unos primeros veinte minutos nefastos en los que casi tira el partido.

Dan por bueno el punto Jémez y los suyos, después de sufrir de lo lindo e ir a remolque durante gran parte del choque, y se confirma que la mejoría que el Rayo viene mostrando en toda la segunda vuelta no es ya flor de un día. Pudieron, incluso, completar la remontada en los últimos compases, aunque no supieron dar la estocada final.

Estaba Paco Jémez contento en la rueda de prensa posterior al partido y, reconoció, a preguntas de los periodistas, que hace dos meses su equipo no hubiera sido capaz de nivelar dos goles ante el todopoderoso Sevilla, campeón de las dos últimas ediciones de la Liga Europa y actualmente en puestos europeos.

Siguen sin conocer la victoria a domicilio los de Unai Emery en lo que va de temporada, y una ocasión como la de Vallecas difícilmente se les va a presentar de nuevo en lo que resta de campeonato.

Pero es que el Rayo estuvo valeroso y atrevido, con el arrojo suficiente para tutear a uno de los grandes del fútbol español, plagado de estrellas y con un banquillo que da vértigo. Además, ratifica la línea ascendente que comenzó en la primera jornada de la segunda vuelta en Mestalla.

Pegó antes el Sevilla, que se aprovechó de un barullo en el área para conseguir el primer gol por mediación de N’Zonzi. Diez minutos después era Iborra el que perforaba de nuevo la meta rayista, al favorecerse de un rechace de Juan Carlos a tiro de Vitolo.

El panorama se ponía muy negro, pero los de la franja no se vinieron abajo, como en anteriores ocasiones esta temporada. Movió rápido el banquillo Paco Jémez, a sabiendas de que ya le daba lo mismo perder por dos que por cuatro, y esta vez la estrategia le salió bien, fiel a su habitual valentía.

Metió a dos puntas –Embarba y Manucho– por un mediocentro -Baena- y un defensa –Nacho-, y los cambios fueron el revulsivo necesario para darle otra cara al partido. Entre los dos de refresco fabricaron el primer gol local: un envío desde la izquierda de Embarba era rematado por Manucho en el área pequeña después de ganarle la espalda a Fazio.

El tanto, logrado cuando el primer tiempo expiraba, dio alas a los de la franja para iniciar el segundo acto con mayor convicción y aplomo. Siguió el Rayo leal a su estilo de creación desde el respeto al balón y la presión alta, aunque cierto es que el Sevilla pudo dar la puntilla en alguna contra bien dirigida por Krohn-Dehli y Gameiro.

Y en esas estaba el duelo cuando apareció de nuevo la figura de Miku –son ya cinco los partidos consecutivos marcando-, providencial, para empujar un centro desde la derecha de Bebé que pasó por delante de Fazio y Rami, que andaban por allí pero parecía que la historia no iba con ellos.

Intentó meterle Emery una marcha más al encuentro con la entrada de Banega y Konoplyanka, pero el Rayo se mantuvo con la guardia alta e hizo incluso méritos para llevarse el gato al agua. Al final consiguió un punto que puede ser vital para la permanencia y que el rayismo da por bueno, tal y como se puso el partido en sus inicios.

FICHA TÉCNICA

Rayo Vallecano: Juan Carlos; Tito, Zé Castro, Llorente, Nacho (Manucho 35′); Baena (Embarba 28′), Trashorras; Bebé (Dorado 78′), Jozabed, Pablo Hernández; Miku.

Sevilla F.C.: Sergio Rico; Coke, Rami, Fazio, Trémoulinas; Cristóforo (Carriço 65′), N’Zonzi; Vitolo (Konoplyanka 80′), Iborra (Banega 65′), Krohn-Dehli; Gameiro.

Goles: 0-1 (10′) N’Zonzi; 0-2 (20′) Iborra; 1-2 (43′) Manucho; 2-2 (62′) Miku.

Árbitro: Estrada Fernández (c. catalán). Mostró cartulina amarilla a Baena, Jozabed, Miku, Embarba, Llorente, Pablo Hernández por parte del Rayo; amonestó a Coke y Banega por parte del Sevilla.

Incidencias: Estadio de Vallecas. 12.375 espectadores.

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