La no respuesta del Rayo al Tarazona

16/12/2019
La no respuesta del Rayo al Tarazona

La historia de como el club aragonés trató de contactar con el consejo de administración rayista para organizarse de cara a la eliminatoria de Copa del Rey.

El fútbol es único por muchos aspectos, aunque muchos no sepan comprenderlo. Tratar de reducir el fútbol a un mero deporte, además de un error, es ignorar el poder que un balón y dos porterías tienen simplemente existiendo. Es obviar la herramienta social que supone en barrios conflictivos, el grito más fuerte contra la verdadera xenofobia y desigualdad, el camino práctico y necesario en la compleja fase que supone la infancia, el soporte emocional en que se convierte en las fases más oscuras de nuestras vidas y, cómo no, el momento en que los adultos, por unas pocas horas, vuelven a gozar de la libertad de sentirse niños.

El fútbol en España, gracias al nuevo formato de Copa del Rey impulsado por la RFEF, se alejaba por un momento – y por fin – del mercado, de la comercialización del deporte, de la monetización del arte o, en otras palabras, del fútbol moderno. El fútbol en España, gracias al nuevo formato de Copa del Rey impulsado por la RFEF, volvía a ser fútbol.

La competición del K.O. permitía, tras muchos años de lucha e insistencia, la participación de clubes pertenecientes a las categorías inferiores de ámbito nacional, en este caso, Tercera División y Regional. Con ello, se fomentaba el desarrollo del fútbol más humilde y se prestaba a estos equipos la oportunidad de sentirse profesionales por un día, de participar en un juego del que, hasta este momento, habían quedado excluidos. Así, la SD Tarazona, titán de la Tercera División aragonesa, sonreía como un zagal a cinco de enero al ver que la Navidad llegaba a su casa de la mano de un histórico de este deporte, el Rayo Vallecano. La SD Tarazona, manteniendo esa sonrisa, no sabía lo que de verdad iba a atravesar sus fronteras.

El conjunto zaragozano, motivado por la ilusión de sentirse partícipes de algo tan grande como una participación en la Copa del Rey y a vistas de que su flamante rival no mostraba interés en contactar con ellos, trataron de establecer contacto con los representantes de La Franja. Locos por agradar y facilitar la labor a sus contendientes, solicitaron ayuda al club vallecano para coordinar – y garantizar – su seguridad y la de sus aficionados, así como también transmitieron el orgullo que les generaba enfrentarse a ellos, informaron de la fiesta que su visita iba a suponer en la localidad y preguntaron por el número de entradas que el propio Rayo Vallecano iba a requerir de cara al
encuentro de mañana. La respuesta, en definitiva, brilló por su ausencia.

Debido a ello y a la falta de información relativa al desplazamiento por parte del Rayo Vallecano, la afición rayista buscó vías alternativas para acceder a las entradas, y las encontró en el propio club aragonés, quien, de forma absolutamente hospitalaria, se puso a disposición de la afición vallecana para resolver cualquier duda al respecto.

Pese a ello, la SD Tarazona no busca culpables ni responsabilidades, sino disfrutar de que el fútbol, ese que tanto echamos de menos, les ha brindado la oportunidad de batallar frente a un histórico de los terrenos de juego, a quien, por desgracia, la categoría deportiva queda sumamente grande. Así afrontan en Aragón el partido más importante de su historia, sin ayudas, ni felicitaciones, ni respuesta, ni información, pero con la ilusión de demostrar al mundo por qué esta competición, la de todos los clubes de España, ha de guardar espacio a quienes, desde abajo, mantienen la esencia del fútbol de antes.

Imagen de Chico Ramos (SD Tarazona)