Prohibido prohibir

10/05/2019
Prohibido prohibir

Semana de prohibiciones en el seno del Rayo Vallecano, tanto hacia su afición como hacia la afición pucelana.

Si la temporada en el Rayo Vallecano ha sido un despropósito constante, el final de la misma no le podía ir a la zaga.

En la semana que debía cerrar en Vallecas una campaña liguera, en la que hemos visto la Primera División de forma tan fugaz como lo es un caramelo en la puerta de un colegio, no hemos tenido un solo día de normalidad.

El señor Martín Presa comenzó su particular Semana Fantástica con los desorbitados precios marcados para un partido en el que el Rayo Vallecano ya no juega nada de nada. Emulando a la mejor versión de Curro Jiménez, ha querido pagarse las vacaciones en algún resort dominicano a costa de los aficionados vallisoletanos. Se ha ganado por méritos propios ser nombrado persona non grata en tierras pucelanas, sin ser consciente que el futbol da tantas vueltas que nunca sabes dónde, cómo y cuándo vas a necesitar un favor.

Hoy han arrancado los Días del Rayismo, tres días de fiesta en los que la parroquia franjirroja se unen, independientemente de si son de Míchel o de Paco Jémez, de la defensa de cinco o fans del falso nueve. Todas las franjas tienen cabida en estos días festivos. Una de las actividades estrellas y más demandadas por los hinchas franjirrojos  es el Tour por el Estadio de Vallecas. Una visita en la que el sentimiento de pertenencia está muy por encima del glamour o los lujos que cualquier otro estadio de los catalogados como cinco estrellas, podría ofrecer a los que le visitan. Canteranos saliendo por el túnel de vestuarios imaginando que, tal vez, un día sean ellos los que de allí salgan y escuchen el rugido de Vallecas, aficionados viendo los trofeos conseguidos por su equipo o un vestuario angosto y arcaico, pero en el que hace meses sus jugadores celebraban un ascenso.

Todo esto tendrá que esperar como mínimo un año, debido a la negativa de un Raúl Martín Presa que ha hecho del Rayo su cortijo y lejos de acercarlo a los rayistas, ahora que llegan épocas de vacas flacas, lo aleja aún más si cabe. Lo más esperpéntico de la situación es que lo deniega porque ha sido la Plataforma ADRV la que ha hecho la petición, que es quien se está encargando de organizar estas jornadas, como vienen haciéndolo desde la primera edición. Remata esta peculiar explicación para la negativa, manifestando que si la petición parte de otro colectivo, no tiene ningún problema en concederlo. Por lo tanto, no es descartable que los próximos Días del Rayismo los organicen la Asociación de Amigos de la Ornitología de Bollullos Par del Condado, para contentar al presidente.

Del mismo modo,  también prohibió la celebración de un Torneo Amistoso de Prebenjamines en homenaje a Jorge Muñoz, joven aficionado tristemente fallecido esta temporada. Tras dar muchas vueltas y giros inesperados, como si de una trama de novela negra se tratase, el dueño del 13 Rúe del Percebe vallecano ha accedido a que se celebre tal y como estaba previsto en un principio. ¿Para qué haber accedido desde el minuto cero, pudiendo encabronar entre tanto al personal?

Hasta aquí, poco o nada que objetar a estas decisiones. Nos guste o no, como comentaba anteriormente, el Rayo es su cortijo y él manda (es eso de «el gato es mío y me lo f…. cuando quiero»).

El error de bulto es querer ir más allá en esto de las prohibiciones y traspasar ciertas líneas rojas (muy aficionado a marcarlas con su hinchada). Todo esto  viene a  colación por la decisión del Rayo Vallecano de prohibir lucir prendas de su equipo a los hinchas del Real Valladolid que vayan a una zona distinta a la habilitada para la afición visitante.

Después de repasar detenidamente el Reglamento Interno del Rayo Vallecano, no veo por ningún lado fundamento alguno que sostenga esta prohibición. Habiendo consultado esta medida con gente experta en este tipo de temas en espectáculos públicos, nos indican que si a algún aficionado no le permiten el acceso al Estadio de Vallecas por dicho motivo, si se llama a la policia y se levanta acta de lo sucedido, podría llegar a interpretarse como una falta o delito de coacciones por parte del Rayo Vallecano hacia estos aficionados.

Si la razón por la que la directiva rayista impide el acceso de aficionados blanquivioletas a zonas de abonados del Rayo Vallecano, es por seguridad, habría que recordarle que hace apenas dos semanas veíamos camisetas del Real Madrid a lo largo y ancho de todas las gradas del Estadio de Vallecas. ¿Por qué no le preocupó entonces?

Después de una semana viendo a abonados del Rayo Vallecano ofreciendo sus carnets a socios del Real Valladolid, solo la directiva ve esa posible inseguridad.