Amigos rayistas, agarrad vuestros vasos de plástico. Quiero proponer un brindis. Hace un año el club de fútbol de barrio con 92 años de historia movió ficha para reinventarse y diversificar su negocio. Si no os acordáis, sirva este extracto del resumen de la junta de accionistas del pasado curso como refresco. Chín-chín.
- Lección 2: Cómo montar un negocio sin dar explicaciones: Inevitablemente, los tiempos cambian y hoy en día un club de fútbol no sólo de marcar goles vive. En algunos momentos, esta frase se pronuncia con cierto optimismo; y es una pena. Por eso es mejor diversificar el negocio, como toda buena empresa que se precie. Lo ideal es empezar por el sector que mejor funciona en nuestro país: el de la hostelería. Si además da la casualidad (bendita casualidad) de que los hermanos Cota deciden deshacerse de pagar el alquiler del restaurante del estadio, mejor que mejor. Lo más inteligente es crear una empresa y llamarla, por ejemplo, Franjirroja de Hostelería, SL., 100% participada por el Rayo Vallecano, para gestionar el arriba mencionado La Franja Sport Café. Un lavado de cara y fútbol a raudales es el comienzo para mantener contenta a la afición. Lo demás, que vaya llegando.
Ahora sí. Franjirroja de Hostelería SL. se constituyó el 24 de noviembre de 2015. Un año ya de éxito. En febrero de este año que está a punto de acabar, consiguió trasformar un bar rayista, el mítico Restaurante Cota, pensado para ser lugar de reunión y encuentro entre peñas y demás aficionados del Rayo Vallecano, en un Sport&Café al más puro american style, en pro de la modernización. Un restaurante que encajara más con la filosofía solidaria del club, centrado en deportes minoritarios en nuestro país, como el hockey sobre patines o el béisbol. Atroces fueron las críticas sobre la falta de elementos que hicieran honor al nombre del sitio: La Franja. Qué barbaridad. La franja -como la procesión- se lleva por dentro, insensatos.
Es evidente que dichas quejas eran totalmente infundadas. La Franja Sport&Café rezuma rayismo por doquier. Dónde si no se va a poder ver la NASL para seguir al Rayo Oklahoma, otro éxito indudable de ingeniería empresarial; dónde si no se pueden seguir la mayoría de los partidos del Rayo en Segunda, si es casi imposible conectar con ese maravilloso canal de la liga; dónde si no va a poder el aficionado rayista miccionar sin jugarse la vida antes o después de un encuentro de su equipo en casa. Sólo con esas tres razones ya bastan para acreditar la buena gestión de esta empresa 100% participada por el Rayo Vallecano de Madrid SAD.
Sin embargo, se hace evidente que la actividad hostelera del Rayo no ha de acabar ahí. Al igual que la marca Rayo puede traspasar fronteras, Franjirroja de Hostelería SL debe descubrir nuevos horizontes para ampliar su repertorio. Por suerte, esta temporada ha encontrado dentro de su empresa matriz, el Rayo Vallecano de Madrid SAD, el mejor de los clientes.
Sí, por suerte, esta temporada el Rayo cuenta con trabajadores a los que les gusta hacer equipo. Desde que Baraja ocupó el lugar de Sandoval en el banquillo, el primer equipo se reúne para desayunar en la sala de prensa -que hace las veces de sala de vídeo para todos los equipos del club. Repito todos, por si acaso-, reconvertida en salón de comidas ocasional.
Ya no es el camarero de turno el que controla la mantequilla, ni se encarga de servir la leche sin lactosa para los más delicados. ¡Que ya son mayorcitos! Ahora de todo ese suministro se encarga el servicio de catering de Franjirroja de Hostelería. Brindemos ante este nuevo éxito. Un pequeño avance que supone un gran paso para esta nueva empresa del sector terciario.
Cada mañana, un empleado se encarga de trasladar los alimentos de un lado a otro; el desayuno y, algunos días, también la comida. Hacer equipo no es algo que se consiga con cuatro palmaditas en la espalda. Las relaciones hay que ir cuidándolas día a día. Y, en algún momento, la confianza vuelve a florecer. Claro está, que en este tipo de asuntos es necesaria cierta reciprocidad. De nada sirven las terapias si no se cede o no se pone empeño suficiente. Eso es de primero de eso que ahora se podría llamar coaching.
Con la intención de poner paz en tiempos convulsos para la franja -algo incesante a lo largo de este dichoso 2016-, ya se está intentando buscar un sitio mejor para que el primer equipo rayista pueda sentarse a la mesa a gusto, alejados de miradas perturbadoras y, al mismo tiempo, sin impedir a otros el uso de la sala y vivir en armonía.
Para 2017 habrá nuevos planes. El proceso de reestructuración de la Ciudad Deportiva comenzó al principio de esta temporada con el traslado de los empleados del estadio a las instalaciones del Ensanche de Vallecas, incluidos Magdalena y Víctor, los trabajadores despedidos poco después del cambio. Una de las nuevas modificaciones podría ser habilitar un nuevo comedor cerca de la zona de vestuarios, pero aún no es una opción real.
Mientras se decide o no, otro hecho tendrá lugar en la City. A final de temporada se termina el contrato del ‘arrendamiento’ de la cafetería, que hasta ahora ha sido gestionada por el restaurante La Cepa. Sí, amigos, id levantando de nuevo las copas. Una vez finiquitada la cesión de explotación pueden darse varias disyuntivas: renovar, sacar un nuevo concurso o, por qué no, que el club, a través de La Franjirroja de Hostelería SL, administre su segundo bar. ‘No dejes que otros hagan por ti lo que puedes hacer por ti mismo’, pensarán algunos. Sin ánimo de quitarles ni pizca de razón, solo puedo preguntarme si la transformación, en el caso de materializarse, será tan esperpéntica como en el primer experimento de Sport&Café. No puede ser tan complicado mantener la esencia. Por este año de éxitos, una última vez, brindemos.
