Una victoria para calmar los ánimos

14/09/2016
Una victoria para calmar los ánimos

Algo más que tres puntos sumó el Rayo Vallecano ante el RDC Mallorca

Sandoval veía que, tal y como estaba jugando su equipo hasta la semana pasada, no iba a llegar a ningún lado. Por no hablar ya ni de ascenso, objetivo primordial este verano pero que con el paso de las semanas se ha convertido en un tema tabú. Y usando como punto de inflexión el partido de Copa el Rey en Almería, en el que los menos habituales a base de actitud y carácter -cosas echadas de menos hasta el momento- disiparon a medias la tormenta que semana a semana desde que empezase la competición iba rodeando a club y equipo.

Polémicas internas a parte, como se suele decir, el partido de este domingo ante el Real Mallorca estaba marcado en rojo en el calendario Rayo Vallecano. De haber perdido esta jornada, no había ninguna duda de que los peores presagios posibles sobre entrenador y jugadores, se hubiesen confirmado. Para evitar eso, Sandoval, como antes comentamos, tuvo en cuenta el partido de Copa ante el Almería. Se quedó sobretodo con la actitud de los jugadores y con dos nombres: Aguirre y Clavería (los mejores del partido de Copa). Su plan no era otro que intentar ganar costase lo que costase, sacar los 3 puntos para dejar atrás la peor semana en lo que va de temporada en la que el Rayo estuvo, para mal, en boca de todos.

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La principal novedad del técnico de Humanes en la alineación fue la de colocar a Trashorras como mediapunta, fortificando el centro del campo con la entrega de Pablo Clavería y el músculo de Zuculini. De esta manera, el Rayo buscó explotar con el gallego y Ebert la espalda de Juan Domínguez. Presumiblemente, la zona más débil del equipo insular. En parte, le salió bien al jugada a Sandoval. No al completo porque el experimento de Ebert fracasó. Apenas tocó la pelota en la hora que jugó y el alemán al ser sustituido no pasó por el banquillo y se fue directamente al vestuario visiblemente enfadado.

Tras un inicio de partido franjirrojo, el empuje del equipo de Vallecas se fue apagando con el paso de los minutos, lo que hizo que el Mallorca fuese ganando terreno a través de la pelota. Dominio alterno hasta llegar al intermedio, en el que como ya hiciese en Almería, Sandoval se puso serio y tras una reprimenda a los suyos, hizo que de nuevo el Rayo saltase al verde igual que en al primera parte, dominando, recuperando arriba y conectando fácil con un Trashorras que en una posición mucho más ofensiva que de costumbre, cada pelota que tocaba era peligro de gol. Pero como sucediese en la primera mitad, el Mallorca supo esperar y aguantar el achuchón de los locales para ir buscando su sitio en el partido.

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En esa fase en la que el Mallorca comenzaba a estirarse, Trashorras encontró el espacio que le había destinado Sandoval, ese a la espalda de Juan Domínguez desde el que el capitán vio el desmarque de Álex Moreno y dibujó un pase formidable para que el extremo, que había entrado al campo en la segunda mitad, subiese el primer gol al marcador. A partir de ahí, sufrimiento rayista para mantener ese tanto a favor en los restantes 20 minutos de partido. Pese a las llegadas que iba acumulando el Mallorca en el tramo final de partido, resistió el Rayo y resistió Vallecas para así, sumar de tres por primera vez en este curso. La victoria del pasado domingo, sumada a la de Almería en Copa, hacen que el rayismo vuelva a creer de nuevo en su equipo y se ilusione con estos triunfos, porque ha quedado claro que por muy mal que te encuentres, una victoria te lo cambia todo… Al menos de momento.