El Rayo del Diego

El Rayo del Diego

A finales de septiembre de 1996, el Rayo soñó, durante unos días, con la posibilidad de incorporar a su plantilla al astro argentino Diego Armando Maradona. Homenajeamos al genio del fútbol mundial, con esta historia, en el aniversario de su fallecimiento.

© Texto: Jesús Villaverde Sánchez

© Imagen de cabecera: iconicosdofut


¿Quién no ha soñado con ver a Diego Armando Maradona gambetear con la camiseta de su equipo? Quizás el jugador de Villa Fiorito haya sido el más pretendido de la historia del fútbol a lo largo de los años que duró su carrera. Y sí, rayistas, aunque pueda parecer mentira, el Rayo Vallecano, en algún momento, también fue una opción para el genio del fútbol mundial.

El 28 de septiembre de 1996, el periódico El País publicaba un breve en su sección de Deportes. El titular era transparente: El Rayo Vallecano flirtea con Diego Maradona. En el cuerpo de la pieza, sin firma, el diario contaba que el astro argentino había regresado a su país tras pasar diez días en Madrid con el fin de realizar un tratamiento físico intensivo. A su llegada, recogía el medio, su representante, el reconciliado Guillermo Coppola, reconoció los contactos entre el club y el jugador: “La presidenta del Rayo se ha mostrado interesada en contratar a Diego”. Además, añadía, durante la siguiente semana, el jugador y su representante volverían a España para negociar los términos de una posible incorporación a la disciplina franjirroja, para la que ya había jugado su hermano Hugo hacía unas temporadas.

En su reciente libro Los Diegos que no fueron, el periodista uruguayo Sebastián Chittadini hace un recorrido por la vida de Diego Armando Maradona a través de todos los equipos para los que sonó su fichaje en algún momento sin llegar a concretarse. Entre Real Madrid, Atlético, Juventus o River Plate, el escritor se detiene durante unas páginas para relatar esos días en los que el Diego estuvo cerca de seguir los pasos de su hermano Hugo.

El fichaje de Maradona por el Rayo hubiese sido un aditivo a la llegada de grandes astros del balompié a la Liga Española. La entrada en vigor de la denominada Ley Bosman, así como la inyección de dinero que los presidentes daban a sus clubes, había propiciado el aterrizaje en España de grandes nombres. Romario había fichado por el Valencia, Rivaldo se ponía la camiseta del Deportivo, Bebeto llegaba a Nervión, Finidi se ponía el sombrero cordobés en el Villamarín… En ese ámbito de grandes figuras, Maradona hubiese sido la gran apuesta de la familia Ruiz Mateos, representados por la matriarca Teresa Rivero desde la presidencia del club. Recordemos, además, que durante su mandato, los Ruiz Mateos siempre buscaban algún fichaje de renombre para su plantilla: unas temporadas antes había llegado a Vallecas el mexicano Hugo Sánchez.

Pero… ¿cómo hubiese encajado el Diego en Vallecas? Si hablamos desde lo deportivo, Maradona vivía ya sus últimos coletazos como futbolista. Tal vez Vallecas hubiese sido un buen sitio para que el 10 hubiese gambeteado en sus días finales como jugador. En aquellos años, el astro zurdo no tenía ya la explosividad de sus primeras temporadas, pero siempre quedaba el genio. En una plantilla en la que había jugadores del calibre de sus compatriotas Ezequiel Castillo, Diego Klimowicz o Horacio ‘Coco’ Ameli, además de otros nombres como Guilherme, Radchenko, Barla, el croata Andrijasevic o un veinteañero Míchel, Maradona hubiese ayudado, seguramente, con alguno de sus destellos, a que el equipo capitaneado por Jesús Diego Cota alcanzase los tres puntos que le faltaron a final de campaña para lograr la permanencia en Primera. Hubiese sido un lujo para la hinchada franjirroja haber disfrutado al mejor jugador de la historia del fútbol con su camiseta. Aunque hubiese sido, evidentemente, su versión crepuscular.

De lo que no cabe duda es de cómo hubiese encajado Diego con una hinchada abiertamente popular y antifascista. Maradona se hubiese enamorado de una afición en la que, hacía cinco años, había irrumpido con fuerza el colectivo Bukaneros. Para un jugador como él, más cercano al pueblo y al barro que al embrionario fútbol negocio, y de una declarada tendencia política hacia la izquierda, Vallekas hubiese sido un oasis. Un marco ideal para un jugador que, como recuerda Chittadini en su libro, había fundado el Sindicato Mundial de Futbolistas, en 1995, junto al francés Éric Cantona, otro jugador activista y abiertamente antifascista que hubiese caído de pie en el barrio madrileño.

Sea como sea, el relato del Diego como jugador franjirrojo queda relegado a esa disciplina tan fascinante del fútbol-ficción. Uno puede cerrar los ojos e imaginarse al 10 corriendo con el balón pegado a su zurda, lanzando una de sus delicadas roscas de libre directo o incendiando los micrófonos de la Liga con alguna de sus polémicas y aplaudidas declaraciones. Al fin y al cabo, soñar es gratis. Y el Diego es de todos.

© Portada alternativa a la obra de Sebastián Chittadini, realizada por iconicosdofut.
© Portada alternativa a la obra de Sebastián Chittadini, realizada por iconicosdofut.

© Texto: Jesús Villaverde Sánchez

© Imagen de cabecera: iconicosdofut


El libro Los Diegos que no fueron, escrito por el periodista deportivo uruguayo Sebastián Chittadini, hace un recorrido por la vida de Diego Armando Maradona a través de todas las vidas que no vivió y de todos los clubes con los que flirteó sin llegar a ponerse su elástica.

La obra se puede comprar y recibir desde España a través de la Librería argentina Entre Tiempos, especializada en literatura futbolística. También se puede contactar a través de su cuenta de Twitter.