Hay un barrio en la periferia de Madrid que se rebela contra las injusticias y cuyo símbolo es su club de fútbol. Vallecas y el Rayo Vallecano para bien o para mal, son diferentes.
Que nos da igual la categoría está demostrado, que nos dan igual los jugadores está más que claro, que las derrotas no nos importan… que el Rayo y la afición han permanecido, permanecen y permanecerán unidos está más que claro, porque han pasado directivas, cuerpos técnicos, jugadores… pero hay algo que siempre ha permanecido, una afición fiel y siempre clave; que en los últimos años el número de abonados ha bajado claramente, y Vallecas ha rugido menos está claro, pero las siete mil almas que se agrupan en Vallecas cada dos semanas tienen claro que no van a dejar sólo al Rayo Vallecano en ningún momento, ni con crisis deportivas, de resultados, de juego o cualquiera que fuere.
Claro está que el Rayo ya no practica un fútbol tan bonito y quizá sea eso un motivo de la baja asistencia al Estadio de Vallecas cada sábado, domingo o cuando se tercie, quizá sean los precios de los abonos y entradas, la categoría, los horarios o cualquier otro motivo el que no lleva a un barrio a animar al “Rayito”, un barrio que siempre se ha declarado rayista.
Que secciones del Rayo Vallecano tengan cada vez más seguidores y seguidoras es un orgullo, como es la sección Femenina o cantera, por muchos recortes que se hayan llevado a cabo, mucho menosprecio y mucho olvido por parte de otros agentes. La afición del Rayo siempre ha apoyado a su equipo en todas las secciones y categorías, y no sólo a su equipo, sino que si hay algo más que caracteriza a la afición vallecana es su solidaridad como fue con el caso de Carmen, la lucha contra el racismo y la homofobia, el apoyo a las mujeres que han sufrido violencia de género, a los refugiados, y muchas otras causas.
Pese a un Estadio de Vallecas que quizá no esté en el mejor estado posible (puede ser otro motivo que no invite a los vallecanos a asistir a animar al “equipo del barrio”), pese a todo el menosprecio que ha sufrido la afición rayista en estos años y pese a todas las crisis que hemos sufrido, si hay algo que nos caracteriza, es la lucha y la resistencia: descensos, deudas… Las cosas pasan, dejan huella pero una huella común, el sufrimiento en Vallecas es de serie, pero si hay algo que no ha cambiado es la afición: la animación durante más de 90 minutos, con frío, con lluvia, con calor… y no sólo condiciones climáticas, sino también males propios del Rayo Vallecano como la poca seguridad en un proyecto deportivo, unas vallas que dificultaban la visión del siempre animoso aficionado del Rayo o los descensos.
Podemos presumir de ser del Rayo, porque cuando alguien nos pregunta: ¿Y tú de qué equipo eres? Contestamos que del Rayo, obteniendo un “pero si está en Segunda”. Y yo pienso, a lo mejor no es la categoría a lo mejor es el ambiente, a lo mejor no son los jugadores y es la afición, a lo mejor no son los entrenadores y es un barrio.
Así que si nos preguntan que si del Real Madrid, Barcelona o Atleti, pues contestamos: “Del Rayo”, y además, de Vallecas, tampoco vamos a sacar navajas ni a robar carteras como mucha gente espera cuando les decimos que somos de Vallecas, pero si hay que defender algo a muerte, es a nuestro equipo, porque al fin y al cabo, el Rayo es nuestro… EL FÚTBOL POR Y PARA EL AFICIONADO.
Cerca de 330.000 personas (según datos del Padrón Municipal de 2016) viven en el conjunto de Vallecas, un barrio que no ha abandonado ni abandonará al Rayo Vallecano, y cada uno de nosotros forma a este “pequeño” club…
Texto: Daniel Chaves Velázquez
Imagen destacada: Iván Díaz