El Rayo Vallecano es su gente y entre ellos se encuentra una persona que cuida y mima a la cantera de este santo club como nadie hace. Hablar de Miguelito es hacerlo de las categorías inferiores del Rayo.
Llevaba tiempo con la idea en la cabeza de dedicarle unas líneas y nunca encontraba la oportunidad de hacerlo o finalmente pensaba que no era el momento adecuado. Creo que, con la temporada tocando a su fin es el momento ideal. Si les digo que el protagonista de este artículo es Miguel Ángel Nicolás, supongo que la mayoría no acertaría a saber de quién hablo y pensarán en algún joven jugador de la cantera franjirroja. Sin embargo, si les digo que estoy hablando de Miguelito, no existe la menor duda de a quién puedo referirme.
Miguelito es de esas personas que no deja indiferente a nadie y que despierta simpatías allá por donde pasa, ya sea en la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano o en cualquiera de los campos de la Comunidad de Madrid en los que le podéis encontrar cualquier fin de semana, siguiendo a algún equipo de la Franja. Si alguna vez necesitáis ir a algún campo, hablad con Miguelito y él os dirá ubicación y forma de llegar.
Son muchos años conociendo a Miguelito y alguno menos desde que comenzó a colaborar con Matagigantes. Cuando hacíamos radio en Radio Vallekas, era junto a su inseparable Miguel, un habitual en cada programa. Cada semana gozábamos de su presencia y sus comentarios ingeniosos cuando la luz roja se apagaba (alguno se coló también en directo) y como nadie conoce la cantera rayista mejor que él, entre risas le propuse que cada semana tuviese su propio espacio o rincón. Lejos de acojonarse, aceptó encantadísimo lo que para él iba a ser «El Rinkón de Miguelito» (siempre con K de Vallekas).
En estos años, nos ha regalado multitud de grandes momentos, de risas contagiosas, de salidas que no te esperas y que te dejan un poco en fuera de juego, como sus ya conocidas preguntas trampas a sus invitados. Desde el minuto cero, Miguelito se ha volcado en cada semana seguir haciendo su labor al frente de su Rinkón con una pasión digna de alabar, y aunque haya tenido momentos en los que se ha cabreado o desanimado, lejos de tirar la toalla ha vuelto con más carga si cabe.
En la vida de Matagigantes, a día de hoy, Miguelito es un personaje indispensable, tanto que cuando más jodidos estábamos tras recibir una enorme patada en nuestras santas posaderas, no se arrugó y se dedicó a buscar un sitio que nos acogiera y desde donde pudiéramos seguir haciendo cada semana la radio con franja. Pronto encontró ese lugar en la Asociación de Vecinos de su querido Fontarrón, donde Miguelito es un auténtico mito. No hay vecino del barrio que no te cuente alguna anécdota de Miguelito o sepa de sus andanzas cuando era más jovenzuelo.
Son muchos los motivos para dar las gracias a un tío tan grande, al que admiro principalmente por tener un reloj biológico en le que las manecillas giran en sentido inverso al resto del mundo. Miguelito creo que es la única persona que conozco que trasnocha entre semana y madruga el fin de semana. La puntualidad es otro de esos caballos de batalla que si conoces a Miguelito debes admitir y respetar, es impuntual por naturaleza y es algo que jamás va a cambiar, Puede que quedes con él y te diga que solo le falta ducharse y vestirse, pero jamás llegarás a adivinar en cuantos minutos se traducen esos dos actos.
Finaliza una nueva temporada y no sabemos qué nos deparará el mes de septiembre en cuanto a seguir al pie del cañón se refiere, pero tengo algo claro y es que, si finalmente Matagigantes sigue adelante, será en un alto porcentaje por Miguelito, porque tiene unos cojones (perdonen la expresión) enormes y no se arruga ante las adversidades. Sabedor de sus limitaciones (repite hasta la saciedad que no es periodista -gracias a Dios-) no le importa cubrir un partido de benjamines, acudir a una presentación de cualquier evento o entrevistar a algún protagonista franjirrojo.
Porque como en una ocasión me dijo un señor ciego que corre maratones, se tira en paracaídas y es un aventurero nato «en esta vida hay que echarle a veces algunas pelotas» y Miguelito se las echa. Pase lo que pase, en septiembre estaré encantado de ocupar espacio junto a ti en el palquito de rajadores de la City, sea viendo a un juvenil, al femenino o a cualquier equipo de cantera.
Gracias, Miguel.
Alberto Leva Santalla