Corrían cientos de ruedas de prensa en las que los rayistas entonaban al unísono, con la motivación y el orgullo de quien se siente lejos de la cumbre, aquel “¡bendito problema!”. Tiempos de repetido vacío cada final de julio, de incertidumbre, de estrellas que se apagan para brillar en otros universos, de disfrutar mientras pudiésemos…
Vientos de cambio azotan la Avenida de la Albufera, sin embargo, pues la lluvia llegó en forma de millones. Cierto es que, el número de salidas en este presente mercado de fichajes resulta alarmante, con un total de catorce, pero ha de destacarse que, en su mayoría, se trata de futbolistas que no contaban en demasía, siempre y cuando se obvie a Raúl de Tomás, Unai López o el mismo Bebé. Además, las posibles dudas que se pudieran generar han sido erradicadas de raíz, con la firma de dos rubíes de nombre Gaël Kakuta y José Ángel Pozo.
Es aquí cuando ese “bendito problema” toca la aldaba. Con la incorporación de los mencionados, confluyen cuatro jugadores que, en principio, deberían formar parte del equipo titular. El propio Pozo, firmado por David Cobeño para los próximos cinco años y último en llegar, desarrolla su juego como mediapunta, pese a que, en caso de carecer de hueco en dicho lugar, podría caer a banda. Lo mismo ocurre con el mesías de Vallecas en la 17/18, un Óscar Trejo que tan pronto partía como falso nueve, como participaba en banda, como abarcaba la misma posición del flamante último fichaje rayista, pasando antes por el mediocampo. Menos centrados se sitúan Kakuta y Embarba, futbolistas con calidad para jugar en cualquier zona de ataque, pero especializados en el movimiento por el lateral del campo. Todo ello, aún a falta de la posible llegada de un ariete titular puro, debe descolocar la mente de Míchel, pero otorgarle en cambio la tranquilidad de saber que, juegue quien juegue, cumplirá.
Con ello, se abre el abanico de posibilidades para el entrenador vallecano a la hora de estructurar el once. La primera de ellas, en la que el mencionado delantero quedaría al margen, ubica a Trejo como falso “9”, acompañado por Embarba y Kakuta en banda, y con Pozo en una posición más retrasada, de enlace entre el medio y el ataque. No debe descartarse, a pesar de ello, que se mantenga esta idea sin uno de estos jugadores en la segunda línea. A continuación, vislumbrando ya la posibilidad de ese esperado fichaje, se mantendría el esquema, pero con cambio en los protagonistas. Trejo sería quien, al igual que ya ocurrió en el curso anterior, quedaría como integrante del mediocampo, sustentando a Fran Beltrán y al hipotético sustituto de Unai López. Así, formarían el ataque ese oculto delantero y dos de los tres jugadores tratados restantes. Más complicada parece la tercera y última situación, en la que entrarían en el once dos de estos futbolistas por banda apoyando al mencionado fichaje, y dejando, pues, libre el centro del campo. Quedarían de esta manera dos de los cuatro jugadores en el banquillo.
Una vez abiertos los tres frentes, deben tenerse en cuenta otros factores que podrían facilitar la entrada en el esquema, bien de unos, bien de otros. Respetando el orden de galones, damos con la calidad del “8” rayista. El «Chocota» tiene a su favor el haberse consolidado como la gran estrella del conjunto vallecano. Además, cuenta con dos ascensos en su haber defendiendo la elástica franjirroja, siendo esta, pues, su segunda etapa en el club. Adrián Embarba, por su parte, ha entrado en el selecto grupo de los veteranos, desde que llegara a Vallecas procedente del RCD Carabanchel allá por 2013. Indiscutible para Míchel en la temporada de la vuelta a Primera División, resulta complicado imaginarlo en el banquillo. También parece difícil lo propio con un recién llegado, Gaël Kakuta, quien ya en la anterior etapa en la máxima categoría del fútbol español dejó en la memoria de los rayistas un recuerdo imborrable. Por último, Pozo parte como la cara desconocida del club, un atisbo de novedad y esperanza que promete hacer olvidar a quienes han decidido probar suerte lejos del Estadio de Vallecas. Otro dato favorable a la presencia de estos últimos es el dinero invertido en ellos (alrededor de 3 millones y medio).
Como conclusión, por si no fuera suficiente, Míchel deberá lidiar con la inclusión de jugadores que también buscarán su protagonismo, como Lass, la eterna promesa, o el joven canterano Joni Montiel, pudiendo desenvolverse este, eso sí, en una posición más atrasada del campo. En fin, jerarquía y novedad lucharán por hacerse con la confianza del míster a falta de poco más de medio mes para que arranque la competición liguera. Bendito problema y bendita la capacidad de solventarlo de Miguel Ángel Sánchez Muñoz, capitán de este barco pirata.
Jorge Martínez