En la Irlanda de 1854, aún en reconducción tras un devastador proceso de hambruna que azotó el país en los años cuarenta, nació uno de los grandes literatos de la historia global, Oscar Wilde. Perseguido por su supuesta condición de homosexual, atravesó diversos procesos que lo llevaron a un periodo de encarcelamiento que se alargó en el tiempo, lo que lo convirtió, además de en uno de los más históricos escritores, en un icono de reivindicación social. Sin embargo, si por algo destacó Oscar Wilde, fue por haber dado vida a una de las más estratosféricas joyas de la literatura universal: El retrato de Dorian Gray.
En él, el propio Dorian Gray representa la fugacidad de la vida y el delirio que conlleva su deterioro en ciertos individuos, el dolor padecido al ver cómo el paso del tiempo derriba todo aquello que uno fue… Algo similar a lo que experimentan en este momento los aficionados de Rayo Vallecano y Málaga con sus respectivos equipos.
El orgullo por los orígenes, por lo conseguido años atrás, por el trato a los jóvenes y la masa social, por los valores y por lo que ambos clubes, en especial el Rayo Vallecano, representaban, son ahora un simple recuerdo que mantiene su vivacidad y belleza en el lienzo de la memoria. Vallecas y Málaga lloran por sus clubes o, más bien, por lo que fueron y no son.
Los de la Costa del Sol, decimosextos en la tabla, acumulan cuatro encuentros consecutivos sin lograr la victoria, con dos empates y dos derrotas. Como locales, además, aún no han saboreado el triunfo esta temporada. Para tratar de revertir esta situación, el técnico madrileño Víctor Sánchez del Amo podrá contar con todos sus hombres para el encuentro.
El Rayo Vallecano, por su parte, visitará La Rosaleda en puestos de promoción de ascenso y habiendo vencido en su último choque al Racing de Santander por dos goles a cero. Fue esta, de hecho, su segunda victoria en tres partidos. Como visitante, eso sí, ha conseguido únicamente un punto de los seis disputados. Paco Jémez, además, deberá paliar la baja de Martín Pascual, quien vio su segunda tarjeta roja en este inicio de campaña.
Mañana a las 19:00, pues, se verán las caras dos conjuntos que atraviesan momentos complejos en cuanto a la gestión interna y externa por parte de sus respectivas directivas, algo que, en cierto modo, les une. El síndrome de Dorian Gray asola en el sur y el centro de la Península, sin un filo que, de momento, amenace con romper su maldición.