Lejos de polémicas, suspensiones de partidos y fuera de los focos, el Rayo Vallecano tiene una cantera que merece toda nuestra atención.
Tal vez, hoy el día daba para escribir largo y tendido sobre el tema de Zozulya y remontarnos a 2017, pero me da la misma pereza que una rueda de prensa del máximo mandatario franjirrojo.
Prefiero emplear el tiempo en hablar de lo positivo que todavía a día de hoy tiene este club, su cantera. No me canso de aconsejar al rayista que pase una tarde entre semana o un rato de su fin de semana en la Ciudad Deportiva. Es otro ambiente, mucho más sano y apartado de las excentricidades que la mal llamada mejor liga del mundo trae implícita a su magnitud.
En mi primer día de vacaciones navideñas me he acercado a ver cómo arrancan la última semana de competición, antes del parón navideño, los más jóvenes de la Franja. Desde el Benjamín A de Mario Madrid, hasta los invictos Juvenil C de Iván Amaya o Alevín A de Rodrigo García, han entrenado por espacio de hora y media aproximadamente. Es una delicia para cualquiera que aprecie y le guste el fútbol formativo, ver a todos estos equipos entrenar.
El motivo de mi presencia allí se debia, además, a la invitación de Jona y Alberto, entrenadores del Alevín B. Dada mi extrema curiosidad, le comentaba a Jona lo mucho que me gustaría ver cómo entrenan los chicos lo que tan fenomenalmente plasman cada fin de semana en el terreno de juego. El míster recogió el guante y tuve el privilegio de vivir muy cerquita como es una tarde de entrenamiento con estos pequeños futbolistas en potencia.
Caprichos del destino, conoci a este grupo humano en una situación bastante fea y extradeportiva, ahora que está tan de moda en Vallecas. No voy a volver a abrir aquel melon, ya que es agua pasada y solo comentaré que, estoy muy orgulloso de haberme «molestado» en saber quiénes formaban parte de aquel Benjamín A (hoy Alevín B). La calidad que muestran sobre el césped los niños se traslada a la grada y es una de las claves de este equipo, el concepto piña y familia toma sentido cuando les conoces en las distancias cortas.
A estos mimbres hay que unir los cimientos que hacen fuerte y unen este bloque, que nos son otros que un cuerpo técnico cuya calidad humana está por encima de la deportiva (y el listón deportivo está muy alto). Educación, respeto, valores o humildad son conceptos que deberian ir tan unidos al deporte que, a veces, caen en el olvido lamentablemente. Por eso, ver a gente como a Teto, Jona, Verá, Miguel o Furby transmitírselos a los pequeños es para que los rayistas nos sintamos tremendamente orgullosos.
Si me centro solo en lo futbolístico, sobran las palabras viendo la intensidad y la disciplina con la que entrenan chavales tan pequeños (10 años). Creo que hoy me deberían convalidar el nivel 1 en Cenafe con todo lo que he aprendido viéndoles. Mi conclusión de todo lo visto es que el fútbol parece muy sencillo visto como lo prqctican y el propio Jona me apuntaba lo siguiente: «lo más difícil del fútbol es hacer que parezca fácil». Y no le falta razón al míster, de hecho luego me apuntaba también algo que hace una semana comentábamos en la entrevista a Oriana Altuve y es que, el equipo juega tal y como entrena.
Gracias infinitas por dejarme disfrutar de mi pasión junto a vosotros y gracias a los enanos por su cariño y su espontaneidad a la hora de pedirme que les explicara lo de ayer en Vallecas con Zozulya. Yo iba dispuesto a hacer de paparazzi con ellos y han demostrado que fuera del verde también saben meter goles.