Jazz

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El Estadi de la Nova Creu Alta lucirá sus mejores galas para albergar, a partir de las 18:00, el duelo que enfrentará a Sabadell (20º) y Rayo Vallecano (7º).

Cuando son las dos de la madrugada y la voz de Billie Holiday le canta su Blue Moon a mis párpados somnolientos, reflexiono sobre el poder de la música en general, y del jazz en concreto. Me es difícil recordar palabras, abrazos o compañías que hayan depurado tanto mi mente como su intro de piano, como esa voz, como ese saxo…

Cuando la reflexión impera, pocos bienes inmateriales acompañan las conclusiones con tanta delicadeza como el These Foolish Things, de Lester Young. El Rayo es una de las excepciones que haría a Benny Golson pasar a un despiadado «mute», por mucho que jornada a jornada se esfuerce en conseguir lo contrario. La Franja es ese bálsamo que todo lo cura, el punto diferencial que hace de un lunes cualquiera un día especial.

El conjunto local disputará un nuevo encuentro en su estadio, una semana después de dar la campanada ante el Mallorca en ese mismo recinto, con el 1-0 de Jaime Sánchez. Antes de ello, los de Antonio Hidalgo habían logrado una única victoria en los últimos once choques disputados.

El cuadro local, de hecho, únicamente ha sido capaz de sumar tres victorias en su feudo esta temporada, frente al CD Leganés, la UD Las Palmas y el Mallorca. Este dato convierte al conjunto catalán en el peor local de la categoría, pues únicamente ha sumado 18 puntos de los 54 disputados en su estadio.

El Rayo, por su parte, atraviesa un momento crítico, pues la victoria del Girona, sumada a los tres tropiezos consecutivos en las últimas jornadas, provocan que los hombres de Andoni Iraola encaren este partido desde la séptima posición, fuera de los puestos de playoff. El empate entre Leganés y Sporting en Butarque, eso sí, hace que, de ganar, la Franja se catapulte hasta la quinta posición, superando a catalanes y asturianos por dos puntos.

Una de los aspectos más bonitos y definitorios del jazz, especialmente de su versión en directo, es la tradición de improvisación, de bailar con independencia sobre una melodía preestablecida. El músico siente tanto lo que representa, que se deja llevar por sus emociones, pero siempre respetando la armonía con el resto de la banda y dejando volar su talento entre los límites de las escalas, los ritmos y las tonalidades.

El Rayo de las últimas semanas ha optado por tocar a su libre albedrío, pero en el camino se ha olvidado de mantener la coherencia de la partitura. Sin embargo, como dirían Miles Davis y su trompeta, «It could happen to you»; a ti, a la Franja y a cualquier otro contendiente al ascenso. Improvisemos, vivamos y triunfemos, es hora de dejarse llevar por la música.