El Rayo B no puede doblegar al rocoso Villaviciosa de Odón y empata sin goles en la «City», en un partido que acabó con 10 y marcado por las decisiones arbitrales.
A veces, el intentarlo y ponerle empeño no basta. El Rayo B no pasó del empate sin goles ante un duro Villaviciosa de Odón, oficialmente 0-0, pero cada equipo tuvo un tanto anulado con cierta polémica. Y no fueron los únicos momentos de tensión por la actuación del colegiado.
Caía la tarde de miércoles en la «City» para la primera jornada intersemanal del grupo VII de Tercera RFEF. Ángel Dongil presentaba novedades en la alineación que se estrenó en liga 11 días antes, como el debut de Bolo en el centro de la zaga por el lesionado Jaime, Arratia y Quivira en la medular, Baladía para correr la banda y Asier arriba junto a Joselu Pérez. Enfrente, un Villaviciosa de Odón que contaba sus dos partidos como derrotas y buscaba sus primeros puntos del campeonato.
En el comienzo del partido, salieron muy fuertes los visitantes, acorralando atrás al cuadro rayista. 10 minutos duró este arreón inicial. A partir de ahí, el Filial de la Franja tomó el control del juego y empezó a buscar huecos en la defensa rival a base de posesiones largas y fútbol de toque. Sin embargo, un férreo muro azul se interponía entre los muchachos vallecanos y el área rival, haciendo que cada intento de ataque resultase anulado. Hasta mediado el primer tiempo, no hubo mucho que contar.
Bordeando la media hora, llegó el único disparo del «Villa» al marco local, y fue para dentro. Un balón rebotado de un córner le quedó franco a Crespo para el derechazo en la frontal que puso el balón raso y ajustado a la base del poste derecho, lejos del alcance de la estirada de Quintela. Festejaron los visitantes que, como en los partidos anteriores, se adelantaban en el marcador, pero duró la celebración apenas un segundo, lo que tardó el árbitro en ver el banderín del linier arriba. Es de justicia decir que fue un golazo, pero quedó anulado porque, a juicio del auxiliar, había un atacante en posición ilegal que interfería en la vista del portero. Ya la polémica estaba servida para el tramo final del primer periodo.
Tras el gol anulado visitante, llegaron los mejores minutos locales. El Rayo B se lanzó al ataque y disfrutó de buenas oportunidades para abrir la lata. La mejor, una volea de Aguirre que se marchó apenas centímetros arriba de la escuadra de Aragoneses. El mentado muro azul se vio obligado a retroceder a su área para mantener su fortaleza, lo cual obligó a los atacantes rayistas a disparar desde la frontal, y cuando lo hicieron, se fue desviado el cuero. Así se llegó el descanso, con un Rayo B que quería y no podía y un Villaviciosa de Odón que, salvo el gol anulado, se limitó a defenderse. Todo pendiente para la segunda parte.
En la reanudación, era el Filial de la Franja el que trataba de jugar, pero la presión asfixiante del «Villa» se extendió por toda la cancha, haciendo que el cuadro local no se sintiese del todo cómodo. Viendo que el equipo llegaba a zona de tres cuartos pero le costaba horrores progresar a partir de ahí, no tardó mucho Ángel Dongil en mover el banquillo. Doble cambio en el 52, entraron Héctor e Ilies por Pérez y Asier. Savia nueva para la punta de ataque que no tardó en hacer efecto. Tuvo Ilies al instante de entrar un tiro a la media vuelta en el punto de penalti que taponó la defensa. En el rechace del córner resultante sería amonestado el ariete procedente de la cantera del Sevilla por obstruir al portero rival.
10 minutos después, otra modificación de corte ofensivo, la entrada de Diego Lorenzo por Quivira. Y otro que casi llega y besa el santo, con un cabezazo junto al palo que se marchó fuera, aunque igualmente el lance sería anulado por fuera de juego. Tras esto, llegaría el desquiciamiento gradual de todo el campo con el señor De la Mata Martínez. El árbitro del encuentro ya estaba en el disparadero por el gol anulado al Villaviciosa de la primera mitad, y las cosas no le iban a ser fáciles en la media hora final. Muchos lances de balones divididos, muchas acciones que podían caer de un lado a otro pero casi siempre se decantaban en contra del Rayo B, desconcierto general porque se tardaba mucho en pitar acciones que parecían claras, y a veces resultaba que decidía al contrario de lo que era… El resultado visible fue que, de las 11 amarillas que se mostraron en el campo, 9 fueron a partir del minuto 60. Y esto dejando aparte las 2 amonestaciones que vieron los cuerpos técnicos, una para cada banquillo, prueba fehaciente de que no dejó conforme a nadie la actuación arbitral. Y aun no es momento de hablar de su culmen.
A 15 para el 90, Dongil quemaba las naves quitando a Arratia y Baladía, este último habiendo completado un partido más que decente para ser su primera titularidad en Tercera, para ingresar a Diego Méndez y Sergio Sánchez. Más control en medio campo y velocidad por las bandas, lo que buscaba el conjunto rayista en el tramo final de un encuentro en que su ataque era anulado, si no por la defensa, por el árbitro. En los minutos finales, cuando todo parecía abocado al «cerocerismo», la insistencia del Rayo B pareció tener premio. Una falta cerca de la esquina izquierda del ataque se puso con mimo al punto de penalti, donde subieron los defensas Bolo e Íker Recio a rematar. Salto, cabezazo y balón a la red en el 88. Si dije que parecía, fue porque, como pasó en ese mismo marco en el primer tiempo, la alegría se cortó al anular el árbitro el gol. Esta vez, por una supuesta falta en ataque en el salto que nadie que haya visto y arbitrado fútbol durante años señalaría. De una a la otra, los contendientes también estaban empatados a goles no concedidos.
Y en el descuento, más madera. En un salto en medio campo, interpretó el juez que Ilies fue con el codo alto, lo que supuso la segunda amarilla y la consiguiente roja. Con 10 jugaría el Rayo B un tiempo de prolongación loco, en el que ambos equipos se lanzaban a la desesperada a por los puntos, pero no se pasó de ahí. Mientras, la calentura que provocó el desconcierto arbitral no se disminuía, llegando un momento en el que lo mejor que podía hacer el árbitro era terminar el encuentro. Acabó llegando ese pitido final, y con él, la deportividad. Ambos equipos y terna arbitral se dieron la mano después de haberse hecho y dicho de todo, porque al fin y al cabo es fútbol, ni más ni menos.
Finalmente, fue empate sin goles de forma oficial, y también igualaron 1-1 en tantos que no subieron al marcador. El Rayo B lo probó de muchas maneras, pero acabó anulado por el serio planteamiento del Villaviciosa de Odón y por la desconcertante actuación arbitral. Aun con esto, el equipo tiene margen de mejora y de asentamiento de las muchas piezas nuevas. Suma el Filial de la Franja 4 puntos de 6 posibles que le colocan en la 8ª posición. Los de Dongil no tienen tiempo para el reposos, pues este domingo hay partido nuevamente. Se trata de la primera salida como visitantes, y además a un campo duro, el Urbis, la guarida del ED Moratalaz.
FICHA TÉCNICA
Informó Jorge Morales García. Imagen: twitter oficial Rayo Vallecano.