El Rayo B no pasó del empate (1-1) ante el Tres Cantos en un partido extraño y trabado. Manu Navarro anotó el gol que adelantaba al Filial de la Franja.
Hay partidos en los que alguno de los equipos sale descaradamente a no ganar, lo cual hace complicadísimo el poder jugar. Eso pasó la tarde del sábado en la «City», donde el Rayo B no pudo encontrarse con su fútbol y no logró derrotar a un Tres Cantos muy seguro de su papeleta.
Caía el sol a la hora del encuentro. Gente abrigada que buscaba disfrutar de una tarde de fútbol en el campo 4. El Filial de la Franja llegaba con la noticia aun muy fresca de que Rodrigo Rodríguez, que había entrado en la disputa con Quintela por la portería, se lesionó de gravedad el día anterior y seguramente se perderá lo que queda de temporada. Así afrontaba un partido en el que la victoria serviría para mirar más al playoff que al descenso. En esa zona baja llegaba el rival, el CDF Tres Cantos, que necesitaba ganar para ver más de cerca la salvación.
En el comienzo se empezó a vislumbrar que no sería el partido al que nos tiene acostumbrados el cuadro vallecano. La presión alta visitante hizo que los pases tuvieran que ser el doble de rápidos de lo habitual, lo cual, unido a varias imprecisiones, hizo que las posesiones no duraran mucho. La incomodidad latente del equipo de Dongil sobre el césped no le impidió llevar la batuta en el inicio, aunque eso sí, con acercamientos que no generaban excesivo peligro. En sus esfuerzos por presionar arriba, de vez en cuando el cuadro tricantino sacaba un robo en zona peligrosa, pero las ocasiones se repartieron con igualdad. Avisaron los visitantes con un disparo al palo y otro desde la frontal que obligó a Quintela a lucirse, ambos obra de Bassim. En el Rayo B, la mejor oportunidad la tuvo Joselu Pérez en un mano a mano que Carlos Paredes desvió con lo justo, y en el córner consecuente, atrapó un disparo de Sergio Sánchez que se envenenó al impactar en un central.
Cuando estaba por morir el primer tiempo, se iba viniendo más arriba el Tres Cantos, ganando en presencia en campo rival y encerrando al Rayo B. Sin embargo, el tratar de hacer un fútbol que no termina de conocer pasaría facctura. Así fue cuando, cumpliéndose el 45, un córner visitante ejecutado en corto fue robado por Aguirre, quien lanzó la contra disponiendo de mucho espacio en el terreno visitante. Tras conducirla hasta medio campo, llegó el pase en profundidad para un Manu Navarro en posición de 9. El mediocampista del Filial de la Franja no había estado todo lo preciso en su juego que puede estar, pero en esta jugada lo bordó. Recibió en franca posición a 20 metros de la portería, llegó al área al sprint con los centrales intentando taponarle, recortó en el punto de penalti para zafarse de sus marcas, y con una definición excelente, la puso lejos del alcance de Carlos Paredes. Cuando peor lo estaba pasando el Rayo B, llegó el tanto que abría la lata, obra de un Manu Navarro que disfruta de la que es de largo su campaña más goleadora en el Filial de la Franja. La dedicatoria no podía ser para otro que no fuera Rodrigo. Los jugadores fueron hasta la valla para abrazarse con su compañero caído en lesión. Al poco del gol, se llegó al descanso, con el resultado como la mejor noticia para los de casa, que no terminaban de encontrar su fútbol pero ganaban.
En la vuelta de vestuarios, el guion se mantuvo, con un redoble de esfuerzos por parte de los visitantes. No era para menos, pues con su míster Chema Hidalgo sancionado y dando órdenes desde la grada al volumen que lo hacía, torpedeando la transmisión de los compañeros de Pasión por el Rayo, cualquiera se atrevería a llevarle la contraria. Si es así estando expulsado, que no será cuando vuelva al banquillo. Viendo que el fútbol del equipo no terminaba de salir, Ángel Dongil movió el banco para cambiar al director de orquesta. El goleador Manu Navarro dejaba su lugar a Quivira al cumplirse la hora de juego. En lo que se asentaba el 10, tendría lugar el gran arreón del Tres Cantos, el cual terminaría con premio.
Avisaron primero los visitantes con un disparo lejano que hacía saltar a Quintela para sacarla con la yema de los dedos. Al poco, tuvo que sacar Aguirre bajo palos un cabezazo picado a la salida de un córner. Minutos en los que el Rayo B no podía salir de su área ante la tenacidad atacante de los de morado. Acabaría por llegar en el 66 el tanto del empate, y lo haría de pelota parada. Córner puesto desde el costado izquierdo, prolongación en el primer palo, y en el segundo, solo y con la portería a su merced estaba Bravo, quien con la frente cumplió la máxima de que dos cabezazos en el área son gol. Llegaba el empate, en ese momento merecido, no ya por los esfuerzos del Tres Cantos, que también, sino por los deméritos de un Rayo B acongojado y que no era capaz de sacar su fútbol.
Ya después de la igualada, la entrada de Ilies y Héctor por Joselu Pérez y Diego Méndez primero, y la de Vere por Sergio Sánchez después, evidenciaban que Dongil buscaba piernas frescas para ir a por el partido. Pero a la espesura de ese día del Rayo B hay que añadir que el empate le servía al Tres Cantos, así que los de fuera jugaron a mantener el marcador, y la forma más fácil de lograrlo es torpedear el juego del rival. Así, manteniendo la presión alta, los tricantinos anulaban los intentos rayistas de sacar la pelota jugada, obligándoles en varias fases a tirar de balones largos para que corrieran los delanteros frescos. La única ocasión que hubo para romper las tablas fue un mano a mano del rayista Héctor, muy similar a la de Pérez de la primera parte, y como esta, la sacó con lo justo el meta visitante. En eso se cuenta todo el ataque que hubo tras el 1-1.
Según corría el reloj, desaparecían los reparos del Tres Cantos en cortar las alas a su rival de la manera que fuera. Entre esto y la inoperancia del señor García-Gil Tallante para lidiar con el partido, este acabó no yéndosele de las manos, sino estallando en las mismas. El colmo fue ya en tiempo de descuento, instantes después de dejar en amarilla un planchazo sobre Vere, cuando mostró segunda amonestación y consecuente roja al visitante Barroso por un agarrón. El caso es que en el Tres Cantos había dos Barrosos, uno era el ex del Filial de la Franja Dani, que sí estaba amonestado. El otro, Nacho, de pronto se vio obligado a enfilar los vestuarios sin haberlo merecido. Esta confusión de identidad hizo estallar a la delegación tricantina, y tras varios minutos con el juego detenido, sin la confusión resuelta, se jugó lo poco que quedaba, ya totalmente desnaturalizado. Lo mejor que podía pasar en esas circunstancias es que sonase el pitido final, y eventualmente llegó.
1 gol y 1 punto para cada uno en un partido en el que lo que hubo sobre el césped no era fútbol. Un Rayo B errático cayó en la trampa de un Tres Cantos que sacó lo que buscaba, rascar algún punto. Partido caótico y caliente finalizado en tablas. Con este, el Filial de la Franja suma 20 puntos que le dejan en 13ª posición, marcando justo la salvación. Tocará redoblar esfuerzos y buscar sacar resultados positivos en otra semana de doble jornada, esta vez ante dos filiales, el miércoles visitando al Getafe B y el fin de semana recibiendo al Fuenlabrada promesas.
Texto e imagen de Jorge Morales García.