Un apagón en Vallecas mantuvo el partido entre Rayo y Osasuna suspendido durante 49 días. Finalmente, el marcador no cambió y el resultado se mantuvo intacto.
En la temporada 1989/90, Rayo y Osasuna mantuvieron vivo un partido durante nada menos que 49 días. El miércoles 31 de enero de 1990, Vallecas se preparaba para acoger el duelo entre un Rayo que era colista y un Osasuna que marchaba en quinto lugar, a tan solo 2 puntos del FC Barcelona, que ocupaba el segundo puesto de la clasificación.
Osasuna buscaba sacar rédito de su visita a un barrio de Vallecas más vulnerable que nunca. El Rayo solo había conseguido 12 puntos, todos en casa, con 3 victorias ante Real Valladolid, RC Celta de Vigo y CD Málaga y 6 empates ante equipos de entidad como eran Real Oviedo, RCD Mallorca, Atlético de Madrid, Valencia CF, Athletic Club y Real Zaragoza.
El Rayo se adelantó en el marcador en el minuto 19. El centrocampista osasunista Ibáñez derribó a José Zapatera y el colegiado, Antonio Jesús López Nieto, señaló la pena máxima. Juanito batió a Roberto Santamaría y colocó, desde los once metros, el 1-0 en el marcador. Con el marcador a favor, el Rayo se replegó y entregó el dominio del balón a su rival. Osasuna cercaba la portería defendida por Villalvilla, pero no conseguía el tanto del empate.
Todo parecía indicar que el conjunto rojillo acabaría empatando. Y así, cuando el Rayo se encontraba con el agua al cuello, de pronto, se fue la luz. Corría el minuto 59 de partido y tanto los jugadores de ambos equipos como los aficionados y periodistas se sorprendían al ver que la poca luz que, de repente, iluminaba el césped de Vallecas llegaba desde las farolas de la Avenida de la Albufera y la calle Payaso Fofó.
Ambos equipos entraron a sus respectivos vestuarios. Tras casi media hora de espera, los franjirrojos volvieron a saltar al terreno de juego, pero solo para acercarse al círculo central y aplaudir a su hinchada en una clara muestra de que el partido se había suspendido. Pedro Mari Zabalza, mítico entrenador de Osasuna –que también dirigiría al Rayo durante un lapso de 7 partidos en la 1995/96–, no daba crédito. Su equipo tenía media hora por delante para intentar dar la vuelta al resultado, algo que, visto lo acontecido en el pasto y la evidente fatiga que acusaban los jugadores franjirrojos, parecía bastante probable. Sin embargo, la suspensión iba a provocar que el tiempo restante se jugase con los jugadores rivales descansados y con las piernas frescas. “El Rayo estaba cansado y en esa media hora que quedaba estoy seguro que hubiéramos marcado. Ahora ellos van a poder descansar y salir a jugar esos minutos totalmente frescos; por esto pienso que no hay equidad y que la media hora que falta no se va a jugar en las mismas condiciones”, manifestó el entrenador visitante.
El presidente osasunista también atendería los micrófonos de los medios. “En los muchos años que llevo como presidente nunca me había pasado algo parecido”, comentaba, amargamente Fermín Ezcurra en los instantes posteriores al apagón. “No comprendo como no hay un grupo electrógeno en el campo para una situación como esta. En El Sadar no hubiera pasado esto, aunque hay que reconocer que no todos los campos están preparados como el nuestro para una situación como la que se ha dado aquí”, concluyó. Pero el partido, efectivamente, no terminó aquella noche.
El guardameta del conjunto navarro fue mucho más allá, poniendo en duda la credibilidad del apagón e insinuando que había sido una artimaña del Rayo. “Esto es para el chiste del Diario. No me puedo creer que el apagón haya sido accidental y ahora, cuando estamos todos ya vestidos, ha vuelto la luz”, declaró tras abandonar el Estadio de Vallecas.
El duelo entre Osasuna y Rayo permanecería en una especie de limbo hasta casi dos meses después. El 21 de marzo de 1990, a las 18 horas y con una grada repleta, se reanudó un encuentro que iba a durar solamente 31 minutos a los que habría que añadir el descuento si fuese preciso. Entonces, Osasuna ocupaba ya la séptima plaza en la tabla, a dos puntos de la Real Sociedad, que permanecía en puestos de competiciones continentales. El Rayo, en cambio, seguía siendo el farolillo rojo. Las alineaciones de aquella tarde presentaban algunos cambios respecto al partido que disputaban los equipos casi cincuenta días antes. En el Rayo aparecían como caras nuevas el guardameta Férez, el delantero Botella y el defensa serbio Milos Drizic, que sustituían a Villalbilla, Soto y a un Sánchez Candil que había relevado a Hugo Maradona en el minuto 53, es decir, solo seis minutos antes de volver a ser “cambiado”. Siete minutos que duraron la friolera de 49 días. Algo similar le ocurrió al jugador de Osasuna Camilo, que había entrado en el minuto 58, el 31 de enero, y fue sustituido en el 59, solo un minuto después, pero ya el 21 de marzo.
Aquella tarde de miércoles, Osasuna pudo empatar cuando a los cinco minutos –es decir, a los 64 de partido–, Oscar Vivanco repelió un remate rojillo sobre la línea de gol. Aquella fue la única ocasión que disfrutó el conjunto visitante, al que la media hora se le hizo excesivamente corta, como manifestaba su entrenador tras el pitido final. “La media hora se ha hecho cortísima. Hemos contado con alguna ocasión a balón parado, pero el tiempo pasa sin darse cuenta y es difícil jugar a contrarreloj. Creo que hemos sacado varios córneres con oportunidad de conseguir algún tanto, aunque el campo estaba muy irregular y apenas se podía jugar por lo que la única solución era bombear el balón”, resumía Zabalza, tras el final del partido.
El marcador no se movió y el Rayo consiguió mantener el 1-0 que había anotado Juanito casi dos meses antes. Sin embargo, los de Emilio Cruz solo conseguirían 19 puntos y terminarían descendiendo como colistas junto a Celta y a un CD Málaga que perdería la categoría, por penaltis (5-6), en una ajustadísima promoción frente al Español (sic) en La Rosaleda. El equipo de Pamplona se quedaría en octavo lugar, a solo tres puntos de un Sevilla que fue el primer conjunto en ocupar puestos de competiciones europeas. Los tres puntos que no pudo conseguir en Vallecas en el partido de los 49 días.