El Rayo sale invicto de sus dos partidos a domicilio en liga
Son las 23:30 horas, el partido del Rayo ya ha terminado y llega el momento de plantearte escribir una crónica de lo que acabas de ver. Y llega el momento de la tormenta de dudas: ¿La va a leer alguien cuando quieras publicarla? ¿Qué le cuentas diferente a la persona que ha palmado dos horas de su vida viendo semejante tedio? ¿Qué aliciente puede tener en leer eso la persona que no ha visto el partido, pero sabe lo que pasado (realmente lo que no ha pasado)? ¿Renta mas echarle una hora a esto o echarse otra fresca antes de acostarse?
Analizando las respuestas a todas esas preguntas, eran todas en negativo salvo la última, aunque tengo que reconocer que, antes de irte a la piltra no siempre es bueno tomarse una cerveza muy fría, porque al final sudas más. En cualquier caso, me borré de una crónica que podía haber hecho en dos párrafos, uno por cada parte del partido, metiéndole algo de ironía, cabronismo o poesía para rellenar líneas, pero es que un partido como el de ayer no daba pie ni a eso.
Creo que la mejor noticia tras estas dos primeras jornadas es tener cuatro puntos de los seis posibles y estar invictos tras dos partidos jugados lejos de Vallecas. Tal y como sucedió la temporada pasada, tengo la sensación de que el equipo tiene más puntos que juego. En San Sebastián el equipo estuvo tremendamente efectivo en ataque y consiguió plasmar en goles dos errores groseros del rival. Ayer, sin fallos de bulto en la zaga del Getafe, no hubo opción siquiera de inquietar a David Soria, que fue un espectador de lujo en el partido. Es cierto que el equipo defensivamente está dando una imagen de fortaleza y seguridad, llevando dos partidos casi perfectos en ese aspecto. Pero el talón de Aquiles parece ser la parcela ofensiva, con los atacantes sin llegar a crear peligro y con Nteka, muy peleón, pero poco resolutivo en lo que a remates a puerta se refiere. Que Íñigo haya apostado por el francés en los dos partidos, por delante de un Camello en racha y de un RDT que ayer no calentó, resulta cuanto menos inquietante.
Aún es pronto y lo normal es que hasta después del parón por selecciones no podamos hacernos una idea, más o menos, clara de lo que pueda ser el once tipo que el técnico navarro vaya a utilizar a lo largo de la temporada. Ahora se van a jugar cuatro partidos en apenas 15 días, por lo que se verán numerosas rotaciones en el equipo para dosificar esfuerzos y salvo ciertas posiciones (los centrales parecen intocables), es fácil que varíe el once a partir de la quinta jornada de liga. Además, hay que tener en cuenta que el mercado de fichajes sigue abierto y llegarán futbolistas, con lo que la competencia aumentará y, tal vez, el que ha sido titular en estas dos semanas vea como otro compañero le arrebata el puesto.
En cualquier caso, seamos positivos y creamos en el trabajo de Íñigo Pérez y esta plantilla. Esto es muy largo, no ha hecho más que empezar y siempre es mejor empezar sumando puntos (independientemente del juego), que llegar a la tercera o cuarta jornada liguera con el casillero a cero.