David Rodríguez pone un poco más de luz al famoso ya Real Decreto Ley 5/2015 y sobre todo en lo que puede beneficiar al hincha de cada equipo.
Una inquietante y tensa calma se ha instalado en las más altas instancias del fútbol español, nadie se mueve, al menos públicamente, tras la guerra vivida hace escasas fechas por el Real Decreto Ley 5/2015, sobre la comercialización de los derechos televisivos. Lo que sí es seguro, es que el verano será muy calentito entre LFP, RFEF, AFE y CSD.
Por su parte, las dos principales asociaciones de aficionados que nos representan en España, han querido dejar clara su postura mediante sendos comunicados, aunque con matices importantes entre ambos, tanto FASFE como Aficiones Unidas han apostado públicamente por un fútbol más inclusivo, un fútbol para todos, mediante el control y reducción del precio de las entradas y los abonos.
Es aquí donde se encuentra uno de los caballos de batalla, si queremos ver los campos llenos en nuestro país y superar el decepcionante 71% de asistencia media en la Liga , frente al 95% de la Premier League, o el 92% de la Bundesliga, los clubes deben hacer todos los deberes que no han hecho hasta ahora.
Llenar los estadios no solamente depende de adecuar el precio de las localidades, sino también de involucrar a la afición con el club y al club con el entorno social y económico que le rodea.
El lugar de nacimiento o residencia, el entorno familiar y social, así como la afición desde la infancia determinan en más de un 65% que una persona sea del Córdoba, del Betis o del Real Madrid, como bien explica Ramón Llopis, sociólogo especializado en fútbol. Solamente un 9% se deja llevar por razones de carácter estrictamente deportivo. ¿Qué está haciendo tu club para cuidar y aumentar su base social? ¿Qué está haciendo para atraer a sus aficionados al estadio? ¿Tienen algún plan estratégico para el fomento y desarrollo de su afición?
Uli Hoeneß, ex presidente del Bayern de Munich dijo ”No tratamos a los aficionados como vacas a las que hay que ordeñar, el futbol debe estar al alcance de todos”.
Un ejemplo sería el Eibar, y su exitoso Plan Estratégico 2012-2017, para cuya redacción trabajaron más de 50 personas, entre los que se encontraban abonados, accionistas, instituciones, patrocinadores, medios de comunicación, directivos, ex jugadores y empleados que conjuntamente participaron en el proceso de toma de decisiones del club. Uno de sus objetivos básicos, fue involucrarse con el entorno social y económico de su zona, para la generación de riqueza-valor y la creación de puestos de trabajo.
La repercusión económica y social para la zona donde se ubica un club de fútbol profesional, es muy importante, tal y como reflejó en su libro “El valor de un equipo para una ciudad” el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de A Coruña, José Manuel Sánchez Santos.
En la misma línea, en los últimos años, son numerosas las Cámaras de Comercio que han estimado la repercusión económica que para su ciudad supone su equipo de fútbol (Granada CF. en la temporada 2011/12; Xerez CD. en la temporada 2009/2010 o el Girona FC. de cara a su posible ascenso en la temporada 2013/14, entre otros), obteniéndose estimaciones muy variables y que oscilan desde la más modestas de 5 millones de euros para el caso del ascenso del Real Valladolid o los 10,1 millones de euros para el Real Murcia, frente a los 23 millones de euros estimados ante un previsible ascenso del Girona o los 28,4 millones de euros calculados en el caso del Granada CF.
En coherencia, con lo anteriormente dicho, el Real Decreto, en un avance muy positivo, reconoce que el fútbol ha transcendido el ámbito de lo deportivo, siendo en la actualidad un fenómeno social, con un impacto directo e indirecto en la generación de riqueza y empleo.
De esta forma, concede un 25% de los derechos televisivos a la implantación social de los equipos, medida ésta por la recaudación en abonos y taquilla media de los últimos cinco años (8,33%) y por el número de pinchazos televisivos (16,67%).
A mi juicio, se ha perdido una gran oportunidad, para incentivar a los Clubes a llenar sus estadios y a mejorar su imagen pública, ambos aspectos fundamentales para cumplir el bien social del deporte y para poder “vender” de forma más atractiva la Liga a los operadores televisivos.
Quizás se debería haber medido y distribuido ese 25% destinado a la implantación social de una forma distinta, para cumplir mejor, valga la redundancia, a la implantación social de los equipos en sus barrios y ciudades, término tan importante para el legislador, que le ha llevado a nombrar en el Real Decreto hasta en 12 ocasiones la palabra “social”.
Si lo que se quiere conseguir es llenar los campos, pues incentivemos económicamente el porcentaje de asistencia media de los últimos años, no la recaudación obtenida como plantea el Real Decreto. De esta forma todos los equipos se marcarían estrategias reales de captación y fidelización de aficionados. Si se valorase en un 8,33% de los derechos televisivos, en el escenario optimista en el que se mueve Javier Tebas, estaríamos hablando de 100 millones de euros para repartir entre los 20 equipos de primera. Si los clubes llenasen sus campos al 100%, todos y cada uno de ellos recibirían por dicho concepto 5 millones de euros, lo cual supondría a equipos como el Rayo Vallecano triplicar sus actuales ingresos de 1,7 millones por abonos y entradas.
Si lo que queremos es mejorar la imagen de nuestras entidades, comprometerlos con su entorno social más cercano y generar acciones de responsabilidad social corporativa, de igual forma se podría haber destinado otro 8,33% a esta cuestión. Se podría haber utilizado el Barómetro del CIS, para valorar este parámetro, con preguntas como las se efectuaron en Junio de 2014 y que permiten realizar una radiografía de la afición española a los clubes de fútbol.
El otro 8,33%, lo destinaría en función de los famosos “pinchazos”, que determinan el seguimiento de los partidos por la televisión.
Independientemente de cómo se realice el reparto de los derechos televisivos, resulta muy evidente que el peso de los ingresos provenientes de los aficionados (abonos y entradas) dentro del presupuesto de los equipos de fútbol va a ser residual, y esto es muy inquietante. Solo con fórmulas imaginativas seguirán siendo los aficionados “económicamente” hablando, interesantes para los clubes.
A mi juicio, se ha perdido una gran oportunidad, para incentivar a los Clubes a llenar sus estadios y a mejorar su imagen pública.
Mientras en España, un club como el Granada públicamente afirmó “Es una cuestión de parámetros económicos, nos interesa más 19.000 espectadores a los precios que manejamos, que llenar con 22.000 espectadores a otros más baratos”, en Alemania, Uli Hoeneß, ex presidente del Bayern de Munich dijo ”No tratamos a los aficionados como vacas a las que hay que ordeñar, el fútbol debe estar al alcance de todos”.
Dos visiones distintas de gestionar a los aficionados, ¿Con cuál te quedas tú? Yo lo tengo muy claro.
Si queremos ser la mejor liga del mundo, empecemos por ser la mejor liga del mundo para los aficionados.
David Rodríguez.