Luis Advíncula llega a Vallecas en calidad de cedido hasta final de temporada, momento en el que el Rayo podría ejecutar una opción de compra por el lateral diestro peruano.
Perú siempre ha latido en franjirrojo, pero desde ayer lo hace un poquito más fuerte, más sentido. Luis Advíncula, el futbolista más veloz del mundo, no se quitará la franja roja durante la próxima temporada. Procedente de Tigres, aunque la última temporada permaneció cedido en Lobos BUAP, donde se convirtió en referencia, el lateral derecho peruano cerró su fichaje por el conjunto de Míchel en el mediodía de ayer.
La llegada del blanquirrojo completa el carril derecho tras el regreso de Tito, anunciado de forma oficial unos minutos antes. La teoría dibuja un lateral diestro en el que Advíncula parte como titular y Tito garantiza la profesionalidad y el trabajo en los partidos en los que el de Chincha no pueda comparecer, ya sea por compromisos internacionales, sanción o, esperemos que no, lesión.
Con el aterrizaje de Luis Advíncula, el Rayo incorpora a un futbolista de 28 años que aún guarda proyección. Con ganas de triunfar en Europa, el Bolt peruano viene para suplir la ausencia de Baiano, aunque también puede operar como extremo y, en situación de emergencia, podría llegar a desempeñarse como lateral zurdo.
Advíncula es un jugador potente, con un tren inferior fortísimo y una arrancada espectacular. Jugador explosivo, el carrilero asegura una de las mejores cabalgadas de la competición, así como precisión en el centro, una vez llegado a línea de fondo, o dureza en el disparo lejano. En el aspecto defensivo, Luis Advíncula destaca por su corpulencia y el buen uso que hace de su cuerpo. El lateral franjirrojo es un jugador muy difícil de derribar, expeditivo en el corte y muy efectivo en la recuperación gracias a su velocidad para recuperar espacios. En otras de sus virtudes destaca el buen desplazamiento largo hacia los costados, lo que puede ayudar a desahogar la salida de balón en los momentos delicados.
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Con su fichaje por el Rayo Vallecano, a sus 28 años, Advíncula vestirá su décima camiseta. Tras debutar en Juan Aurich, conjunto de su país, el lateral fue profeta en su tierra en el Sporting Cristal, donde permaneció hasta 2012. A partir de entonces, comenzó un peregrinar de préstamos en Europa que le llevó a Ucrania (SD Tavriya), Alemania (TSG Hoffenheim), Portugal (Vitoria Setubal), Turquía (Bursaspor), y también a las ligas sudamericanas, donde cabalgó las bandas derechas de Newell’s Old Boys (Argentina), el Ponte Preta brasileiro o los Tigres y Lobos de Méjico.
Tras una cesión exitosa en este último club y un Mundial en el que brilló con luz propia y fue destacado como una de las sorpresas por prestigiosos medios como L’Equipe («brillante en la Copa del Mundo») o periodistas deportivos como Sam Tighe, del Bleacher Report, que le incluyó como una de las cinco sorpresas del campeonato. Por otra parte, el lateral derecho fue seleccionado en el once ideal de la fase de grupos de Rusia 2018 por el portal sobre estadística deportiva Opta. Con el combinado peruano, el de Chincha ha disputado 69 partidos, en los que ha llegado a lucir el brazalete junto al también ex rayista Cristian Cueva o el delantero Paolo Guerrero. En los últimos años, con Ricardo Gareca en el banco, ha sido indiscutible y una pieza clave para el regreso mundialista de Perú tras treinta y seis años sin comparecer en un campeonato mundial.
Más allá de lo deportivo, el perfil de Advíncula parece encajar en Vallecas también por su lucha antirracista. Como curiosidad, tras concluir el Mundial de Rusia, el futbolista aprovechó la repercusión de su cuenta de Instagram para denunciar el racismo latente que percibe en su país. No hay duda de que el incombustible carrilero lo tiene todo para levantar a la grada vallecana, dentro y fuera del campo.