Nadar y guardar la ropa

21/01/2019
Nadar y guardar la ropa

Se escapan dos puntos de Vallecas tras ir por delante 2-0 en el marcador. Una segunda parte para olvidar penaliza a los franjirrojos.

Llegaba el Rayo al partido de esta noche en una racha tan increíble que casi daba hasta miedo hablar de ella por si pudiera gafarse. De hecho, soy de los que se acojonaba al leer y oír que si hoy ganábamos salíamos del descenso, parece que estas cosas de tanto repetirse se vuelven en tu contra al final.

El partido comenzaba, además, con los resultados de rivales directos como son Huesca, Athletic y Villarreal ya conocidos, lo cual pareció espolear a los rayistas que en apenas 10 minutos de juego generaron tres situaciones de peligro en el área txuri urdin. Advíncula, en los mejores 10 minutos desde que aterrizó en Vallecas, se comía una y otra vez a Theo Hernández, jugador de la escuela Busquetniana por cierto, lástima que sus compañeros no supieron finalizar lo que el peruano había generado previamente.

La réplica de la Real Sociedad no se iba a hacer esperar y, posiblemente el mejor jugador txuri urdin, Mikel Oyarzabal, regateaba a Dimitrievski pero sin apenas ángulo disparaba demasiado cruzado de la portería franjirroja.

Fue entonces cuando surgió el Rayo Vallecano que es capaz de remontar el partido a todo un Barça o que le da un repaso al Atleti en el Wanda, ese Rayo que hemos visto con cuentagotas esta temporada pero que puede llegar a ser un vendaval ofensivo.

Al mando de las operaciones el capitán Comesaña que manda, templa y dirige al equipo con la firmeza de un veterano de tan solo 22 años. En una acción que nació con un balonazo largo de derecha a izquierda, RDT iba a hacerse con el balón cayendo ligeramente a la izquierda para cedérselo a Trejo que intentó pegarle de primeras golpeando el balón en un rival para quedar manso y franco al borde del área ante la llegada de Santi Comesaña, que precisamente no se caracteriza por su gran golpeo. Cuando uno tiene la confianza, la moral y el nivel de juego que Santi ha alcanzado no necesita ser un especialista para poner el balón tal y como él lo ha hecho hoy. Zapatazo imparable para Rulli que por mucho que se estiró no pudo detener el que ha sido el primer gol del espigado centrocampista de Vigo.

Con la Real aún reponiéndose del gancho de derechas de Comesaña, iba a ver como Trejo se inventaba un pase imposible entre líneas, de esos que solo ven ciertos  jugadores sobrados de clase, al que iba a llegar Embarba para definir como si de un nueve de toda la vida se tratara. Esa asistencia a lo Earvin «Magic» Johnson no merecía ser desaprovechada y el extremo hacía un tanto de muy bella factura.

Con 2-0 en el marcador volvían las cuentas de la lechera a Vallecas y, por tanto, al equipo ya fuera del descenso y con un rival noqueado al que se le podía dejar muy tocado si el Rayo mantenía el nivel de fútbol exhibido en esos 10 minutosde auténtica locura. Por desgracia, con el partido bastante controlado por parte de los franjirrojos y cuando todo parecía indicar que llegaríamos al descanso con esa importante ventaja en el luminoso, surgía el Rayo de las carajas, el que es completamente opuesto al que antes relatábamos, el que concede en defensa y sufre en cada balón aéreo. En una falta lateral iba a rematar completamente solo de marca Héctor Moreno, al que no le hizo falta ni saltar para batir a Dimitrievski. Que hasta Torrebruno nos haría gol de cabeza es un hecho irrefutable este año.

Agonizaba la primera mitad del encuentro cuando Santi Comesaña dispuso de una ocasión para hacer el segundo tanto en su cuenta, pero su cabezazo se iba a marchar desviado.

Con el inicio de la segunda mitad iba a llegar otro decorado totalmente opuesto al de la primera, una Real mucho más dominadora y un Rayo que había dado no un paso, sino dos o tres hacia atrás.

Ante este panorama se antojaba muy complicado mantener este resultado si el equipo no adelantaba líneas ni presionaba la salida de balón realista, con un Illarramendi desaparecido en los primeros 45 minutos, pero por el que pasarían todos los balones en este segundo acto. A esto unimos que también apareció Januzaj en banda derecha para buscar balones al área franjirroja a la espera de que Willian José pudiera cazar alguno.

El Rayo Vallecano pese a estar agazapado tan atrás, dispuso de ocasiones para haber ampliado a renta en remates de Raúl de Tomás y Bebé que había sustituido a Embarba. El portugués se mostró muy activo en la casi media hora que estuvo en el campo e incluso le pedía en numerosas ocasiones a sus compañeros que adelantasen las líneas, pero Santi y Trejo estaban muy justos de gasolina y eso el equipo lo notaba, Ímbula hacía sus habituales arrancadas pero a la hora de levantar la cabeza solo veía zamarras blanquiazules, frustrándose cualquier conato de ataque productivo.

Entre tanto, Imanol Alguacil consciente de que podían sacar algo positivo de Vallecas, decidió dar entrada a Sandro buscando mas mordiente ofensiva.

Avisó primero Zubeldia en un nuevo balón aéreo que remató alto, para instantes más tarde Mikel Oyarzabal aprovechando una pérdida rayista en el centro del campo,  asistir a Willian José que ganó la espalda de la defensa rayista y, a pesar de que Dimitrievski logró tocar el balón en su intento de regate, el esférico le llegó de nuevo al jugador realista que puso el empate en el luminoso.

Con 10 minutos por delante para el final del partido, llegó la locura colectiva a Vallecas y un Rayo espoleado por la hinchada local, a punto estuvo de hacer el tercero en el saque de una falta de RDT que Rulli mandó a córner y en el posterior saque de esquina el guardameta argentino se lució ante el remate de Velázquez.

Tras esta doble ocasióm franjirroja llegó el turno para el ataque donostiarra que dispuso de dos ocasiones de gol con remates de Juanmi y de Sandro.

Reparto de puntos finalmente que viendo lo acontecido en el encuentro se puede considerar justo. Una lástima que tras una buena primera parte, el Rayo Vallecano haya mostrado en la reanudación esa cara «B» de equipo timorato y asustadizo que no es capaz de hacerse fuerte ni tomar las riendas del partido.

Lo que está claro es que en cuatro semanas el equipo ha igualado el registro logrado en las 16 jornadas anteriores, por lo que la dinámica es ascendente y debemos seguir confiando en que el Rayo Vallecano vaya para arriba. La próxima oportunidad será el lunes 28 de enero en Vitoria ante el Alavés.