Después de un partido en lunes, sin animación y sin luz, vamos a intentar dar un toque «menos serio» a lo acontecido ayer.
¿Los lurtes o los marnes al sol?
Después de perder en casa 0-1 contra un equipo muy normalito -con el mayor de mis respetos hacia el Córdoba– no es nada bueno intentar juntar mis prometidas lineas semanales. De hecho, fue un infructuoso homenaje a Carlos Sainz, arrancaba y me gripaba a partes iguales. Por eso, lo mejor era dejarlo hasta que amaneciera hoy. Cierto es que ya no sería lunes, pero al menos habría rayos de sol tumbados o no en la arena -jodó, pido perdón, el espíritu reggaetonero de Abdou me ha invadido-.
«Y es que triste es de pedir, pero más triste es de robar», que el poder interestelar del hombre que absorbía helio antes de hablar y mandamás de lo anteriormente conocido como Liga de Fútbol Profesional, ha llegado incluso a mi sección. Esta semana se jodió lo de los lunes y mis amigos los modernitos, esos que llaman al jueves «juernes» -no quiero risas porque todos conocéis a un gilipollas que lo dice, y lo sabéis- cuando hay un puente, me recomiendan renombrarlo como «los lurtes o los marnes». Reconozco que no he hecho caso a estos ex amigos y son «Los lunes al sol», en mi desempleo mando yo. Lo que sí debo de reconocer es que el cambio de día me ha traído quebraderos de cabeza con los que no contaba. El primero y principal es que el banco, «MI» banco, estaba ocupado por el club de petanca de mi barrio, que se junta allí todos los martes y a la misma hora. Intenté negociar con ellos explicándoles que no era culpa mía, que habían sido motivos de fuerza mayor los que me hacían escribir estas letras hoy y no ayer como es habitual, e intenté explicarles que la culpa era de Tebas, a lo que el más salao me contestó que como si se trataba del mismísimo Francisco Franco, que a él le daba lo mismo. El banco siguió ocupado, pero con la comparación el hombre estuvo sembrado y me tuve que quitar el sombrero ante el ingenio de mis «veteranos favoritos».
Pasarela Vallecas
Que el partido de ayer era raro, raro, raro, lo hubiera sabido hasta el mismísimo «Papuchi» que en paz descanse, pero como Vallecas es mágico, lo raro se convirtió en disparate y despropósito, hasta tal punto de transformar el fondo del Estadio en el escenario de una película de cine mudo donde los encargados de velar por nuestra seguridad se dedicaban a ejercer de expertos en moda y recomendar qué tipo de camisetas son o no adecuadas para ir a un campo de fútbol. Todo esto bajo advertencia de llevarse la correspondiente «receta», por supuesto. Empiezo a visualizar lo siguiente y será como la canción de El Canto del Loco: nada de entrar al fútbol con zapatillas, en todo caso mocasines o zapato castellano. Otra de las medidas será la de revisar calcetines y todo el que los lleve blancos o de color y se intuya que sean del mercadillo se quedarán en la calle; sólo estarán permitidos calcetines ejecutivos azules, negros o gris marengo.
Además de la vestimenta, los elementos altamente peligrosos como megáfonos, bombos y banderas no tienen cabida en el fondo a no ser que se cumplan mil requisitos diferentes y en caso de cumplirlos seguro que hay un Comité de Sabios esperando para hacerte un cuestionario más propio del examen de Selectividad que del acceso a un recinto deportivo. Viendo el cariz que están tomando las cosas, tiemblo pensando que los próximos inquilinos del fondo de Vallecas sean los abajo presentes en la foto:
Un Rayo de leyenda
Si hablamos de lo puramente futbolístico, caemos una profunda y jodida depresión, visto lo ofrecido por el equipo ayer y como norma general durante toda la temporada cuando juega en casa. Volvemos a ser el buen padre y esposo que gasta en casa todo lo que gana fuera. Ayer, en lugar de Leo Baptistao, jugó Licá de nueve, y ya algún cachondo auguraba lo que pasaría, diciendo que habíamos fichado al sevillano Jose Mari, más recodado por apellidarse Poyón que por su capacidad goleadora.
Otro recambio para jugar en la delantera hubiera sido Manucho, pero al final los guasones de Getafe del otro día tenían razón y Abdoulaye Ba tiene más gol que Manucho. En concreto ya lleva dos y ambos en propia meta. Por favor, si van a comprar un reloj despertador al bueno de AbdoulaJet Lag, que traiga brújula incorporada porque anda tan jodido de orientación como de puntualidad.
Lo cierto es que vivimos un partido realmente de leyenda, y es que cuenta el mito que «Frijolito» Aquino una vez le ganó un uno contra uno a un defensa contrario, del mismo modo dice la leyenda que Trashorras una vez dio más pases a los de su misma camiseta que a los de la zamarra contraria. Incluso que ese día, al dárselo al bando contrario, reaccionó y corrió a pelear ese balón perdido. Pero bueno, ya sabéis qe las leyendas tienen un poco de real y un mucho de fábula, y quizá esa segunda parte no fuera del todo así.
La mejor noticia de la noche es que entre tanto casting de porteros en Vallecas por fin apareció uno bueno de verdad, joven y con futuro, un tal Juan Carlos, guardameta del Córdoba y criado en la cantera franjirroja hasta que algún visionario de la ONCE decidió que no era un portero válido para el Rayo Vallecano y tuvo que salir al Hércules de Alicante, primero, y después al Córdoba, del que es portero titularísimo.
Por último, quiero lanzar un reto. Soy capaz de pagar de mi bolsillo una de las famosas cenas que regalamos en Pizza Jardín al que me diga exactamente de qué juega «Pochuelo» como le llamaba un cachondo mental ayer.
No podía dejar pasar la ocasión de hablar del apagón que hubo en buena parte del Estadio, en concreto en la zona de la Avenida de la Albufera, lo que contribuyó a hacer aún más lúgubre el ambiente si cabe. La situación tenía tintes cómicos y dramáticos por momentos. Cómicos viendo a los chavales con su peto móvil en mano tratando de iluminar unas escaleras en las que por primera vez en mucho tiempo no se veían las cagadas de las palomas -ni cagadas ni el propio escalón la verdad sea dicha-; y dramáticos porque hubo un señor mayor que se cayó al no ver prácticamente nada y otros muchos tropezaron librándose del costalazo milagrosamente.
Al final, todo esto me hace pensar si no será una argucia de nuestro presidente, que sabiendo que el estadio jamás llevará su nombre -crucemos los dedos-, al menos se asegura de crear una atmósfera lo más parecido a él: tenue y escasa de luces.
Los «otros»
Esta semana me quedo sin tiempo y espacio para extenderme con mis «cachorros» del Rayo B, con las ‘guerreras franjirrojas’ y con el Juvenil «A». Daré unas pinceladas muy breves y diré que el filial, como en las notas de los más párvulos, «progresa adecuadamente». El Juvenil «A», por su parte, «Destaca», y además lo hace goleando a un rival que si esto ocurre hace unos añitos, Ruizma y Doña Rogelia les hubieran excomulgado, porque estos jugones se cargaron nada más y nada menos que al Diocesano. Si lo llegan a hacer con la Opus Family presente, la «banda del bate» no lo cuenta y al pobre Jony nos lo ponen a reponer en el Lidl más cercano. Nuestras guerreras franjirrojas sumaron y eso es lo más importante, jugando a una hora más propia de estar viendo en casita el telefilme «truño» de Antena 3 y con un banquillo que podría pasar por cualquier club de fans de los Auryn o One Direction, con una media de edad bajísima debido a las bajas en el primer equipo.
Alberto Leva