Penúltima fecha en el calendario liguero del Rayo Vallecano y, como no podía ser menos, asistimos a un partido con un final rocambolesco.
Si una carambola digna del mejor jugador de billar francés no lo impide, ayer asistimos (desde la tele) al último partido del Rayo Vallecano en el Estadio de Vallecas en la presente temporada. También fue el último para algún jugador con contrato en vigor, pero de eso ya habrá noticias más adelante.
Lo que antes era un post partido de barra de bar, ahora toca hacerlo en redes sociales y en uno de mis tuits dije que este final de partido era digno de un guionista de serie de Netflix. Hoy quiero pedir disculpas a todos esos guionistas que, en mayor o menor medida, proporcionan contenidos de calidad en Netflix.
El guion de los últimos 10 minutos de partido ayer en Vallecas fue escrito por los guionistas de las películas basura con las que Antena 3 nos ameniza las tardes del fin de semana. Es muy complicado encontrar tantos despropósitos en menos tiempo. Solo cabe dar las gracias al guionista por no querer ahondar en el drama y hacer sangre con el último control de Dimi que le llega a Rubén Castro y se le va largo. Aunque no sé qué es más drama, haber encajado el 2-3 y dejarnos sin opciones matemáticas de playoff o dejarnos así y que todavía sigamos pensando que aquello de “mucho ojo, poca bola, aprieta el culo y carambola” puede ser posible y acabar jugando un playoff bastante poco merecido.
En uno de mis tuits ponía ayer la necesidad de hacer el tercer gol y cerrar el partido, porque conociendo la debilidad defensiva del equipo, podía llegar el empate de Las Palmas, tal y como pudo llegar en ocasiones de Rubén Castro y Cristian de cabeza. Lo que jamás pude pensar es que, de un despeje cómodo Advíncula hiciese una asistencia a un rival y que, posteriormente, se fuera a por él como el Coyote cuando ve al Correcaminos.
Lo del lanzamiento de penalti, la parada de Dimi y el hacerlo repetir es un deja vu franjirrojo que se ha repetido varias veces esta temporada. Por lo tanto, esta no pienso ponerla en el debe del señor guionista y sí en los señores encorbatados que decidieron implantar esta basura de norma, lo cual demuestra que es gente que jamás han jugado al fútbol en su vida. Si quieren espectáculo, que directamente en los penaltis pongan una de esas atracciones de feria en las que el portero es un muñeco que gira a izquierda y a derecha. Así nos reímos y nos divertimos todos.
Sobre esto y el absurdo (también por la mierda de norma) penalti de Tito se expresaba al final del partido Paco Jémez y definía como bazofia, una vergüenza y un circo en lo que han convertido el fútbol. No seré yo el que lleve la contraria al míster pero, ¿no cree que parar y suspender un partido por condenar el fascismo no es también una bazofia? ¿No cree que firmar un comunicado en la que vas en contra de tu propia afición no es una vergüenza y un circo? A veces, en la vida se trata de hacer un ejercicio de coherencia y no esperar a la jornada 41 para sacar el látigo. Desde el momento que se ponen estas normas o se le da este uso tan peculiar al VAR, sabemos que todo esto va a suceder. Esto es muy de capitán a posteriori, que tan de moda se ha puesto ahora. Vergüenza es la que siente el hincha cuando ve que su papel se ha quedado relegado a la mínima expresión y ya no pinta nada, siendo absolutamente prescindible, en este circo que Javier Tebas quiere llamar fútbol y realmente es la misma bazofia como tratar de sustituir al aficionado por sonido ambiente del FIFA o rellenar las gradas con hologramas del tres al cuarto.
Si comenzaba hablando del maldito guionista que nos regaló ayer un telefilme de serie B, finalizó hablando del realizador de la retransmisión del partido de ayer y su constante ansia por mostrarnos al Pablito Terrores de Vallecas en sus enésimas funciones de pompas fúnebres franjirrojas. Toda España pudo comprobar como este señor no es capaz de sujetar un ramo y colocar otro con la otra mano en un asiento. Mujeres del mundo, no os vengáis arriba sobre las teorías que dicen que los hombres no podemos hacer dos cosas a la vez, ya que este señor no es un ejemplo válido.
Pero lo primero que vieron mis ojos al abrir la transmisión del partido fue al ínclito saludando a nuestro capitán Alberto. Curioso saludo a alguien al que has vetado en las reuniones del ERTE con los capitanes. Tiene suerte de que el capitán es un señor y no le dio la respuesta que, tal vez, un tipo como este hubiese merecido. Un tipo que se hace acompañar de dos trabajadoras con caras de circunstancias (ay, si no hubiese mascarilla por medio) que tienen que grabarle y fotografiarle en su pantomima quincenal.
Este señor no es que esté incapacitado para dirigir un club de fútbol (no lo digo yo, lo dijo en una emisora nacional su médico), es que no le confiaría la llave de mi buzón para que me recogiese el correo diario. Aunque, realmente, su falta de capacidad viene de serie como los extras de los coches y, no es precisamente de ahora.
P.D. Como se suele decir: “virgencita, virgencita que me quede como esté”. Señor guionista, el lunes tómese el día libre, haga el favor.