El Rayo B derrota al Santa Ana (0-3) en el complicado césped del Martín Temiño y se afianza en la zona noble. Molina (2) y Kevin anotaron los goles.
Hay veces que el terreno no es el más favorable para jugar el fútbol que acostumbras. Es entonces cuando es vital cambiar y amoldarse para conseguir sacar adelante el resultado. El Rayo B supo adaptarse a un césped en un estado horrible para ser superior al Santa Ana y llevarse la victoria de vuelta a Vallecas.
Una mañana soleada y despejada, totalmente extraña para ser San Valentín, ponía el ambiente para un día perfecto para jugar al fútbol. La grada del Martín Temiño acogía a unos pocos aficionados, con capacidad reducida y siempre guardando las distancias. El Rayo B buscaba su tercera victoria seguida cargado de bajas, por lo que Ángel Dongil plantó un once con novedades, con defensa de 3 con Aguado, Boigues y Rueda, Arratia y Barroso uniéndose a Manu Navarro en la medular y con Nacho Fariña y Aguirre para darle balones a los artilleros Kevin y Molina.
Arrancó el partido. Como se podía suponer por los surcos de barro dejados tras el calentamiento, el estado del césped iba a condicionar el juego sobremanera. Lo lógico sería pensar que eso perjudicaría al equipo visitante, al menos acostumbrado a un terreno así, y más si le gusta salir desde atrás con la pelota jugada. Nada más lejos de la realidad. Desde el inicio el Filial de la Franja supo adaptarse a lo que pedía el partido, jugando balones largos y presionando arriba para provocar el error de un Santa Ana inseguro. Tanto es así que con apenas 7 minutos se abrió la lata. Córner botado desde el costado izquierdo del ataque visitante, puesto bien cerrado al área chica, nadie acierta a impactar e una pelota que queda muerta junto al segundo palo, donde la rebañó Molina para meterla por el único hueco que le dejó el meta Alejandro Medina. Pronto nos daba Luis Molina su gol suyo de cada domingo, sumando con este 4 en la actual campaña. Pronto se ponía por delante el Rayo B.
Con el marcador favorable, los vallecanos siguieron teniendo el mando psicológico del partido. No era un dominio en base al juego, ya que el campo no lo permitía. Pero sí estaba seguro de lo que hacía, peleando cualquier balón dividido que pudiera quedarse en el sitio, mandando a los suyos arriba a pelear en campo rival y provocando que el Santa Ana cayera en precipitaciones, nerviosismo y errores. Y ahí emergían los rayistas para, con poco, imponer su ley y abrir brecha en el electrónico en el minuto 18. Una fabulosa acción por banda izquierda llevó a Nacho Fariña a poner un centro perfecto al punto de penal. Ahí la fue a recibir Molina, quien en semifallo se la deja a Kevin, descolocando a defensas y portero y no teniendo más que empujarla. Segundo de la mañana del Rayo B y segundo de la campaña para Kevin, quien poco a poco va sumando goles a su casillero. El panorama indicaba que se rompería la racha de 4 temporadas sin ganar en la cancha del Santa Ana, pero aun era pronto.
El control del juego por parte de los de franjirrojo no aminoró con el segundo tanto. Todo el equipo arrimaba el hombro para estar encima de aquel de amarillo que se quisiera llevar la pelota, y una vez recuperada, a moverla rápidamente, ya sea al compañero que estaba cerca o a mandarla arriba a que la peleen Kevin y Molina. Tan abrumadora era la superioridad visitante que podemos decir que el portero Roberto estuvo 40 minutos tomando el sol. Intervino, eso sí, para finalizar las primeras y tímidas intentonas ofensivas de los de Paco Luna cuando se acercaba el final del primer tiempo. Y justo antes de que pasase eso, el delantero local Mateos, que había sido amonestado por un empujón sin balón, fue a disputar de chilena un balón con Luis Aguado, pero dando con la bota en el cráneo del capitán rayista en vez de en el balón. La acción acabó con el 2 del filial en el suelo y teniendo que ser vendado y con Mateos viendo la segunda amarilla y consiguiente roja, dejando al Santa Ana con 10 para toda la segunda parte y perdiendo 0-2. Se llegaba al descanso con un panorama más que favorable para el Rayo B, que había sabido adaptarse mejor a lo que pedía el partido. Quedaban 45 minutos en los que podía pasar de todo.
Y sí, podía, otra cosa es que pasase. El guion del inicio del segundo tiempo era prácticamente calcado al que había durante la primera mitad. Los de Paco Luna, que hizo un triple cambio en el descanso, tuvieron un leve impulso que el Rayo B supo neutralizar con rapidez para llevar el peligro de nuevo al área local. En este punto, tenemos que hablar de Manu Navarro, el cerebro del Filial de la Franja, alcanzando en este partido el sentido más completo de esa definición. Raro era el balón de ataque rayista que no pasaba por los pies del 8. Era él quien repartía juego, ordenaba a los suyos y dejaba atrás con habilidad a los contrarios. Alguna vez se animó a probar el disparo, pero lo suyo era dar pases y asistencias. Precisamente, corriendo el 62 de partido, fue de Manu la asistencia entre líneas que dejó solo a Molina frente a Medina en el pico del área chica. Sabiéndose habilitado el artillero, batió al portero por debajo de las piernas y alojó suavemente la pelota en la red. Con media hora escasa por delante, el doblete de Molina, que suma 5 goles en 5 partidos como titular, valía para poner el 0-3 en el marcador y dejar el partido visto para sentencia.
Ya con este tanteo, que a la postre sería el definitivo, Dongil movió el banquillo, reincorporando a jugadores añorados que regresaban tras tiempo en el dique seco. En el 66 hizo un doble cambio ofensivo, retirando a un exhausto Kevin y a un Aguirre que una vez más había estado genial para dar entrada a Rubén De Tomás y, por primera vez tras su positivo en Covid, al «pichichi» Marc Echarri, quien volvía con ganas y lo demostraría estrellando un balón en el poste. Luego, en el 77, después de estar cerca del hat-trick en dos ocasiones casi seguidas, el bigoleador Molina dejaba su sitio a Cano, otro importante ariete que regresaba de una larga lesión.
Si alabábamos antes el partido de Manu Navarro, no tiene menos mérito el de sus compañeros en media cancha. Tanto Nacho Fariña como Dani Barroso son jugadores que solemos ver salir desde el banquillo para tratar de desequilibrar. Hoy salían de inicio, ambos completando los 90 minutos y firmando una gran actuación en un campo complicado. El juego se desarrollaba sin más alboroto que las mentadas ocasiones de Molina (una de ellas, producida por un buen disparo de De Tomás desde el pico del área) y Marc en un área y un mano a mano en el otra que sirvió para que Roberto se luciera. Faltando 7 para el 90, Dongil agotó sus cambios, supliendo a Rueda por otro que regresaba, Gimeno, y al MVP Manu por uno que debutaba, Aitor Álvarez, el último de los fichajes invernales que quedaba por verse de franjirrojo. La prioridad en los minutos finales estaba clara: mantener la portería a 0 a toda costa. Y a fe que se logró.
Llegó el final del encuentro. Incontestable victoria de un Rayo B que acumula 3 triunfos que le consolidan en la zona alta, sumando 26 puntos que le dejan en 4º lugar empatado con el 3º, el Pozuelo. Los de Ángel Dongil supieron adaptarse a un campo y un rival que les iba a exigir algo diferente a lo habitual, y solventaron la prueba con creces. El Filial de la Franja se confirma como firme candidato a pelear por el ascenso directo. Ahora, el próximo obstáculo se llama RSD Alcalá y visitará el domingo la «City».
FICHA TÉCNICA
Informó Jorge Morales García. Imagen de Miguel Ángel Mena.