Un Rayo B estratosférico golea al CF Pozuelo a domicilio (1-5) y depende de sí mismo para asegurar el playoff en la última jornada. Marc (2), Aguirre, Rubén De Tomás y Manu Navarro anotaron los goles del filial.
De estar en los tiempos de los cantares de gesta, los juglares harían canciones de lo vivido en el Valle de las Cañas. El triunfo de un grupo de jóvenes guerreros que no se arrugaban ante ningún enemigo y que darían todo por lograr el objetivo. La victoria del Rayo B en el feudo de un duro CF Pozuelo, como siempre se soñó y como nunca se podría imaginar.
Brillaba el sol en la mañana primaveral que aguardaba lo que era toda una final por entrar en los 3 primeros puestos del subgrupo VII A cuando queda, aparte del partido que se relata aquí, solo una jornada más para acabar la fase regular. En el siempre complicado campo pozueleño se presentó el Filial de la Franja con novedades en la alineación como Rueda agregándose a la defensa con el brazalete de capitán, dando pie a que Íker Recio ejerciera más de extremo-carrilero y que Boigues y Gimeno se quedasen haciendo la famosa línea de 3 con Rueda. En el medio, el peso del juego recaía sobre el tándem Manu Navarro-Iván Sánchez. Y arriba, corriendo Fariña por la derecha, y la terna que forman Aguirre, Marc Echarri y Rubén De Tomás.
En estos partidos hay que salir enchufados desde el inicio, pues cualquier caraja se paga cara. Que se lo pregunten a Alan, portero del Pozuelo, quien antes del minuto 2 vio como, en un exceso de confianza, Marc le arrebataba el balón y no le quedó otra que derribarle en el área grande. Penalti tan tonto como claro, amarilla para el meta que en otro tiempo hubiera sido roja y Echarri que acomodaba el cuero en el punto fatídico. Venía de anotar 2 penas máximas de otras tantas lanzadas, y con esta serían 3. Disparo seco, seguro, al lado izquierdo de Alan, que no podía alcanzar y que besó el fondo de la red. En apenas 3 minutos se le ponía el partido de cara al Rayo B, gracias al penal que le cometieron a Marc Echarri y que el mismo transformó en su 9º tanto del curso.
El tempranero golpe recibido hizo despertar al cuadro local, que se lanzó en tromba al ataque. No obstante, enfrente estaba un conjunto rayista que, un día más, hacía alarde de una seguridad defensiva extraordinaria. Y cuando parecía que el Pozuelo encontraba los espacios, estos inmediatamente se cerraban por la defensa. La más clara fue un centro de Prada que Del Barco no llegó a empujar por centímetros. Precisamente en la contra de esa acción, iniciada por el propio Roberto que interceptó el centro, llegaría el 0-2. Conduciría Manu Navarro la pelota hasta zona de tres cuartos local. Ahí se la cedió a Aguirre, quien se abrió hueco hasta la frontal y ensayó el disparo que, tras un leve toque en un defensor, se colaría junto a la base del poste derecho de Alan. Apenas 20 minutos de juego y el Rayo B gozaba de un pletórico 0-2 a favor, ampliando la renta gracias a un Álvaro Aguirre que está más acostumbrado a asistir en goles que a anotarlos, pero que logra de este modo su 1ª diana del campeonato.
El segundo tanto si enfrió algo más a los locales, que seguían buscando el área contraria pero con bastante menos energía. El Rayo B no solo se estaba llevando la victoria parcial, sino que además se apoderó del dominio, tanto físico como psicológico, del partido. Las llegadas al área de Roberto se sucedían con cuentagotas, los centrales estaban en estado de gracia, y el mariscal de campo Manu Navarro se encargaba de conducir con criterio cada pelota que pasaba por sus fueros para convertirla en una opción de ataque. Y aun quedaba chispa arriba. En el minuto 33, un balón llovido desde campo rayista sirvió a Marc Echarri para ganar la espalda a la defensa y llegar a la línea de fondo, donde metió el pase de la muerte para un Rubén De Tomás que llegaba solo con la meta a su merced y no tuvo más que empujarla con la suela. Con algo más de media hora jugada, el segundo tanto de Rubén De Tomás en liga ponía en el marcador un 0-3 que parecía lapidario, reflejando una victoria del Rayo B por KO antes de siquiera estar cerca de acabar el primer asalto.
Así sucedió, que de ahí al descanso, el partido se afeó. El Pozuelo no terminaba de llegar a campo rival y trató de desactivar al Rayo B con acciones duras que provocaron algún que otro altercado. El final del primer tiempo fue de alta tensión, a la cual no ayudó la actitud algo pasota de un colegiado que dejaba sin pitar faltas evidentes y estaba más pendiente de lo que le dijeran en el banquillo (por ello la amonestación a Dongil en el minuto 38) que de intentar apagar el incendio que había en el verde. Algunas amarillas a jugadores visitantes por hablar de más volaron de camino a vestuarios, pero el electrónico hablaba por si solo. El Filial de la Franja se llevaba la victoria parcial, goleando en su casa a un rival con el que llegaba empatado a puntos al partido cara a cara. Aun así, quedaba la segunda mitad, y todo podía pasar.
La desconexión del Pozuelo en la primera acción del encuentro la tuvo el Rayo B en la reanudación, pues del saque inicial, los de verde abrieron a la derecha para Sergi, a quien le dejaron llegar al área grande y disparar una pelota que, rebote en Íker mediante, se coló por la escuadra de Roberto. Todo ello, apenas pasados 24 segundos de la segunda parte. Con un mundo por delante aun, el Pozuelo de repente se metía en un partido que tenía más que perdido. Y ahí que fue después, a tratar de recortar aun más la diferencia, con los medios que fuese. Con esto me refiero a una nueva ración de dureza y alguna que otra tangana, y por medio, oportunidades de gol que obligaron a actuar a Roberto, que se lució en más de una ocasión para mantener la renta de 2 goles de los de Vallecas.
El fuerte vendaval verde que provocó el 1-3 fue amainando a medida que el Rayo B supo recolocarse, sentirse seguro y saber qué tenía que hacer para sacar una victoria que. para cualquiera que no sepa de fútbol de Tercera, parecía más que segura. Metía refuerzos Dongil para la parte ofensiva, entrando Kevin por Rubén de Tomás en el 59 y Sergio Sánchez por Aguirre en el 69. Su función era sencilla, esperar en medio campo a que el resto del equipo achicase las acometidas locales y correr los balones que les mandasen. Los rayistas parecían recuperar el resuello, y en gran parte fue porque Iván Sánchez se vació por completo, peleando cada pelota dividida y aérea como si fuera la última, sacando de quicio a los mediocampistas locales y comenzando las primeras contras que a la postre acabarían dando al marcador su forma final.
Ya en los 20 minutos finales, eran más las oportunidades a la contra del Rayo B que las intentonas de ataque del Pozuelo, estas últimas siendo cortadas en el aire por un estratosférico y seguro Roberto. En lo que a las contras rayistas se refiere, estas casi siempre buscaban a un Marc al que la adelantada defensa local dejaba a menudo en fuera de juego. Pero en el minuto 77 no lo hicieron, recibiendo el 9 habilitado en zona de tres cuartos. Le encimaron 3 defensores, y al sentirse sin fuelle, se la dejó a Kevin para que la aguantase unos segundos y poder desmarcarse. La acción salió a la perfección, el 22 asistió en la frontal a Echarri y este, como más le gusta hacer, batió por bajo a Alan. El grito resonó hasta en El Escorial, pues ahora sí que parecía que no se le podía escapar la victoria al Filial de la Franja, merced a una gran jugada de Marc que culminó con su particular doblete y su 10º tanto de la campaña, siendo de largo el goleador del equipo.
Aun quedaba un rato largo, lo justo para que entrase Barroso por un Sánchez que dio todo y se fue dolorido, y si bien el Pozuelo asumía como imposible la remontada, aun le quedaba por pelear la batalla del golaveraje, que con el 1-4 caía también del lado franjirrojo. Así, el tramo final nos permitió ver buenas acciones en ambas áreas, teniendo en la visitante un disparo al palo de Palacios luego de un posible penalti, y en la contra de ese, un intento de vaselina de Kevin que Alan manoteó. Llegados al 90, el cartelón mostró 6 minutos de añadido, los cuales no se terminaron de cumplir porque acabaría llegando el 5º del Rayo B. Tras un disparo al palo de Sergio Sánchez, llegó el momento de gloria para un Manu Navarro que había hecho lo que había querido en el medio campo como director de operaciones del equipo. En un balón que él mismo robó en el círculo central, Manu arrancó la carrera, dejándole paso un Marc que venía del fuera de juego. Llegó hasta la frontal el 8, y ahí se detuvo, apuntó, disparó y la mandó a guardar. No hay mejor forma de culminar un partidazo a nivel individual que con un gol que rubrica un triunfo histórico. Y como antes hiciera Rueda, Manu Navarro también inauguraba en Pozuelo su casillero personal como goleador del Filial de la Franja.
Aun quedando un minuto para el 96, el árbitro acabó el partido sin dejar que el Pozuelo sacase de centro. Festejaba en el Valle de las Cañas el Rayo B una victoria espectacular, un aplastante 1-5 ante su rival más directo por el playoff, que implicaba también ganarle el golaveraje particular. El triunfo de todos los tiempos para este Filial de la Franja que está haciendo soñar despierta a esa parte de la afición rayista que se preocupa de la cantera. Con esta enorme victoria, el Rayo B se coloca, a falta de 1 jornada, en 3ª posición con 38 puntos, aventajando en 3 al propio Pozuelo y al Flat Earth, los únicos que tienen una mínima posibilidad de arrebatarle su plaza de playoff. Con un empate bastaría, pero en la última jornada, el próximo domingo en casa ante el Complutense, el equipo de Ángel Dongil saldrá a no dejar lugar a especulaciones y a dar el último paso para lograr el objetivo.
FICHA TÉCNICA
Informó Jorge Morales García. Imagen de Miguel Ángel Mena.