El Rayo B cae en la «City» ante el Torrejón (1-2) en una segunda parte marcada por los errores y tras perdonar en la primera.
Hay una máxima clara en el fútbol: los goles que se fallan en una portería se marcan en la otra. Si a eso unimos que, cuando no hay gran juego, gana el que menos errores comete, nos da este partido. Tras tener varias claras en la primera parte, el Rayo B se encontró con que el Torrejón se adelantó en el comienzo de la segunda, le dio el empate de regalo y lo remató en el tramo final.
El octubre futbolístico se estrenaba en la «City» con un día nada otoñal, cálido y de cielo despejado, ideal para jugar un partido en la mañana. Para este duelo de franjas, el cuadro de Iván Amaya presentaba varias bajas entre lesiones y sanciones. Miguel regresaba al centro de la defensa luego de la expulsión de hace dos jornadas y Losada y Chamón ocupaban los lugares de Diego Méndez e Iván Ramos, con este último acudiendo en muletas a la grada. Otro cambio respecto a Móstoles fue la titularidad de Héctor, haciendo que Marco fuese suplente de inicio. Del otro lado llegaba el Torrejón de Emilio López, un grupo compacto de jugadores consolidados en la categoría.
El primer tiempo no tuvo fútbol vistoso, pero sí se puede decir que fue de color rayista. En cuanto El Filial de la Franja lograba encadenar 3 pases seguidos, la jugada acababa en el área rival y casi siempre implicando peligro. Fueron varias las ocasiones locales para adelantarse en el electrónico (que sigue funcionando), pero hubo 3 clarísimas. Una de Miguel, que corrió la banda izquierda para buscar la gloria. Otra de Ilies, la más clara, recibiendo casi en línea de gol el pase de la muerte que le dio Viega tras bajarla con la mano. Y por último, Héctor tuvo la suya luego de una internada al área por la parte derecha tras superar en velocidad en su marcador. Las 3 tuvieron el mismo final: la pelota fue rechazada por Aarón, el portero del Torrejón, que bien con el pie o bien con el cuerpo evitó el tanto y se convirtió en héroe visitante sin necesidad de moverse mucho. De los visitantes en ataque, poco salvo algún disparo tímido que no entrañó problemas a Pantoja para pararlo y algún remate desviado. Los de Torrejón parecían estar más preocupados de protestar cualquier nimiedad que de jugar al fútbol. Se llegó al descanso con el mismo marcador que al inicio. El Rayo B le hizo a su rival el regalo de no culminar sus ocasiones. Un regalo que a la postre le saldría caro.
Buscando más contundencia en la finalización, Amaya metió en el descanso a Diego Lorenzo por Ilies. Sin embargo, no se verían ocasiones rayistas en el arranque del segundo tiempo. Lo que se vio fue un cuadro visitante con el chip cambiado, con ganas de atacar. Llegando al minuto 10, en un momento de impasse, el Torrejón encontró oro en una llegada a las inmediaciones del área vallecana que la defensa no supo gestionar. A la vista está este hecho cuando un tímido rechace deja la pelota muerta en la frontal del área para que llegue Yerpes y la ponga, con poca fuerza y mucha precisión, en la base del poste izquierdo de Pantoja, cuya estirada no pudo hacer nada por evitar el tanto. El Torrejón golpeaba primero, poniendo sal a un partido soso. Empezaba a pagar el Filial de la Franja el regalo de dejar a su rival intacto en el primer periodo.
Hubo reacción del cuadro vallecano, si bien no fue lo contundente que cabía esperar. Y como el gol inicial, el tanto del empate llegó en un momento que nadie esperaba, ni mucho menos las personas responsables. Cumplido el 62, un balón en profundidad en banda izquierda que parecía irse por línea de fondo lo salvó Vere con un sprint a la desesperada. El extremo, que recibe su apodo por el campo del Torrejón (Las Veredillas), la alcanzó en la línea y mandó el balón al corazón del área, donde no había nadie de franjirrojo para buscar el remate. Si estaba el central visitante Rubén, que ignoraba esta circunstancia, y pensando que la amenaza le venía por la espalda, trató de despejar el cuero, con la mala suerte que le salió al lado que no es, metiendo el balón por encima de Aarón y en la escuadra de su propia meta. Volvía a entrar en el partido el Rayo B, merced a un empate que llegó sin que lo anotasen ellos. Un regalo en toda regla. Pero en su momento acabaría por cobrarse.
En el festejo del gol, Amaya metió a Manzano por Pablo Muñoz, y 9 minutos después a Asier y Marco por Héctor y Vere. La intención era dar sabia nueva arriba e irse al ataque, y en parte parecía que el Rayo B tenía la iniciativa, pero ya no era con el peligro de la primera mitad. Viéndole las orejas al lobo, Emilio López movió el banquillo visitante, dando entrada al llegar el último cuarto de hora, en su primera ventana, a Álex Fernández, delantero veterano de mil batallas en Tercera y ex del Filial de la Franja. Esa entrada acabaría siendo la clave para desequilibrar la balanza. Cumplido el 85, en ese tramo en que una acción puede determinar el partido, el Torrejón lo logró en un balón largo que buscaba la espalda de la defensa local. Corría «Ferdy» marcado por Veiga, claramente superior el delantero y poco contundente el defensa. Se zafó el 9 para quedarse mano a mano con Pantoja, y en esas lo que suele pasar es lo que sucedió, definición de manual y balón a guardar. Se cumplía la ley del ex, como se barruntaba en los mentideros que sucedería si Álex gozaba de minutos. Golpe definitivo que redimía el empate y dejaba al Rayo B tendido sobre la lona.
Como último recurso, metió Amaya a Kevin por Bolo para los 5 minutos que quedaban de reglamentario y los 4 que se jugaron de descuento. Ya a la desesperada a tratar de rascar un punto, volvió a tener el Rayo B una oportunidad clara en un disparo de Asier que impactó en el pecho de un defensor debajo del larguero y acabó en manos de Aarón. La imagen de la desesperación es la de Pantoja subiendo a rematar el córner de la última jugada del partido, y no acertando a cabecear el cancerbero por milímetros. El pitido final selló la primera derrota del Filial de la Franja en casa. Una vez más los errores condenan a los de Iván Amaya, quien los definió como «el peaje que están pagando por tener un equipo tan joven en esa categoría». Gesto de circunstancias de los jugadores rayistas que contrastaban con la alegría del plantel visitante, manifestada en un corro que entonaba un cántico de victoria en el campo 4 de la ya solitaria «City». 4 son los puntos con los que se queda el Rayo B, que cae a la 11ª posición de una tabla de 16, quedando ya solo 1 punto por encima del descenso. No hay lugar a la resignación, pues si no ha llegado la segunda victoria en casa, ya hay que trabajar por lograr el primer triunfo fuera. Lo próximo para los franjirrojos será visitar, en el majariego campo de La Oliva, al otro filial rayista, el Paracuellos Antamira-Majadahonda, en horario atípico, el próximo sábado por la tarde.
Informó Jorge Morales García. Imagen de Carlos Villar (@photograph_figu).