Tras dos temporadas al frente del Rayo B, Luis Cembranos ha anunciado que deja de ser el entrenador del Filial de la Franja. A modo de despedida, repasamos su trayectoria.
Todo tiene un final. Y hoy ha sido el de la etapa de Luis Cembranos al frente del Rayo B. El que forma parte de los mejores recuerdos de los aficionados rayistas por su etapa como jugador también tendrá su hueco en la memoria de los entusiastas de la cantera tras dos temporadas de éxitos con el Filial de la Franja.
Llegaba Luis a la disciplina franjirroja en el verano de 2017, tras un curso difícil para el club en general y el B en particular, pues el equipo dirigido por Juanvi Peinado había sufrido hasta el final de la temporada para mantenerse en Tercera División. Juanvi, un entrenador de la casa y experto trabajador del fútbol base, dejó uno de los clubes de su vida al acabar la temporada para entrenar a otro: el CD Móstoles URJC.
Para sustituirle, se optó por el técnico leonés, el hombre que como jugador del Rayo ascendió a Primera en la promoción del 99, paseó el nombre de Vallecas por Europa jugando la Copa de la UEFA y fue internacional con la Selección Española vistiendo la Franja, siendo el segundo que lo consigue. Como entrenador, tenía en su haber 4 temporadas y un ascenso a Segunda B con la Cultural Leonesa y haber sido el segundo de Luis Milla en el CD Lugo y el Real Zaragoza antes de volver a la disciplina rayista.
Al llegar se encuentra con la historia de todos los veranos en un filial: la renovación de la plantilla, las salidas y las incorporaciones, ya sea de dentro o de fuera del club. Gran parte de la generación del doblete juvenil tuvo que emigrar, pero quedó una buena base sobre la que edificar. A los Alberto «Chino», Lucho, Dani Ramos, Raúl Espinosa, Manrique, Jean Jules y Raúl Hernández se le une la nueva hornada juvenil con nombres como los de Mario Hernández, Kike Hermoso,Villacañas o Sergio Benito, y de fuera vendrían refuerzos como Villalón, Jesús Mena, Arango y Bolaños.
Con estos efectivos confeccionó Luis Cembranos un equipo que empezó a maravillar con su juego en la pretemporada, con gusto por tener el balón y moverlo rápido. Llegó el comienzo de la temporada 17/18, la tercera del Filial de la Franja en Tercera desde su retorno a la categoría. Los inicios no fueron fáciles, pero no le costó carburar al cuadro rayista, que dejaba muestras de su gran fútbol por todos los rincones de la Comunidad de Madrid, logrando una de las mejores rachas que se recuerdan al estar 10 jornadas seguidas sin perder, dentro de las cuales obtuvieron 9 victorias, 8 de ellas de manera consecutiva, y sumando 8 partidos seguidos sin encajar gol. Esta trayectoria le encaramó rápidamente a la zona noble, culminando con el liderato obtenido en la jornada 13 tras vencer a Los Yébenes-San Bruno por 4-1. Partido en el que, por cierto, el Rayo B fue noticia en todo el país por un gesto de fair-play que vino, precisamente, del entrenador.
En la jornada siguiente se volvería a caer, precisamente ante el CD Móstoles URJC de Juanvi en El Soto, y se llegaría al parón invernal con una pequeña racha irregular. Con la entrada en 2018, se hicieron importantes refuerzos, sobre todo en ataque, con la subida del Juvenil A de un «desconocido» Sergio Moreno y el fichaje de Adrián Carrasco. El desgaste de una primera vuelta fulgurante se notaba en que, aun obteniendo buenos resultados, el Rayo B no volvió a encadenar dos victorias seguidas hasta el tramo final. El momento de la verdad llegaba y el volver a los playoffs era un objetivo cada vez más real y más cercano de alcanzar. Y se festejó por todo lo alto en la jornada 36, en un partido épico en San Fernando de Henares en el que el «Mariazo» en el descuento devolvía al Filial de la Franja a las eliminatorias de ascenso a Segunda B.
Llegaron los de Cembranos a la última jornada con posibilidad de salir campeones del grupo VII, pero por delante estaba otro de los que disputarían el playoff, el Getafe B, que les derrotó con claridad en el partido final de la liga regular. Con ese sabor agridulce acabaría un curso de sobresaliente que el Rayo B terminó en 3ª posición sumando 74 puntos tras 22 victorias, 8 empates y 8 derrotas. Llegaba la hora de ver si el sueño de volver a Segunda B se podría realizar, pero en el camino del cuadro vallecano se cruzó la SD Ejea, que había quedado 3º en el grupo aragonés. El club albiazul demostró en un bravo partido de ida porque nadie había sido capaz de ganar en su feudo. obteniendo una valiosa ventaja de 2-0 que defenderían en su visita a la «City». Se engalanó el campo 5 como en las grandes ocasiones, y un penalti que propició la expulsión del meta visitante y que transformó Sergio Moreno al filo del descanso dio esperanza, pero finalmente no se pasó de ahí y el Rayo B quedaba apeado del playoff en la primera ronda. Lágrimas de los jugadores en el campo y ovación cerrada en la grada para despedir una gran temporada, la del estreno en el banquillo de Luis Cembranos.
Se puso a trabajar el leonés en la temporada que venía. El problema fue que a nadie le pasó desapercibida la calidad del plantel que tan bien lo había hecho en el curso recién acabado. La inmensa mayoría de aquel plantel dejó Vallecas ese verano, la gran mayoría recalando en clubes de Segunda B, quedándose solo 7 jugadores que habían sido al menos una vez titulares durante la campaña para formar el Filial de la Franja 2018/2019. Ante tal panorama, decidió recurrirse al caladero natural, el Juvenil A. Venía una generación con gran calidad que, al mando de Ángel Dongil, le había peleado la liga al Atlético de Madrid hasta la última jornada y que luchó hasta la extenuación en la Copa del Rey. Ahora era el momento de tomar la alternativa para los Dani Merino, Martín, Meseguer, Manu Navarro, Alberto, Ángel Algobia, Migallón, Javi Rubio y «Killer».
Así, en julio y agosto se conformó un equipo lampiño pero talentoso, con ganas de dar el gran salto de jugar con chavales de su edad de canteras de Primera a vérselas con señores que podrían ser sus padres en los campos de Tercera. Como aperitivo, en verano se jugó la Copa RFFM, un torneo oficial de nuevo cuño para premiar a los mejores del grupo VII en la temporada anterior y preparar de mejor manera la que estaba por comenzar. El Rayo B arrasó con los rivales de su grupo y se clasificó para jugar la gran final en el García de la Mata contra el Alcorcón B, en la cual se acabó cayendo por penaltis. Tras esto, venía ya el plato fuerte, el comienzo de la liga.
La primera vuelta fue principalmente de aclimatación. Luis Cembranos lo sabía, y por eso fue probando y distribuyendo los minutos de forma repartida y tratando de ver qué distribución era la más adecuada para mantener el juego que caracteriza a este equipo. Quizás la juventud pudo llegar a pesar por momentos, esos en los que el Filial de la Franja miraba más de cerca al descenso que al playoff. Al llegar el parón invernal estaba el equipo en tierra de nadie, pero con posibilidad de pelear por todo.
Comenzó 2019 algo torcido, sin poder ganar en todo el mes de enero. Pero febrero fue otra cosa, pues el día 17, con la victoria en la «City» ante el Pozuelo por 2-1, comenzaría la gran racha de este juvenil equipo, que no conocería la derrota durante 11 jornadas, dentro de las cuales estaría 6 partidos seguidos obteniendo victorias y otros 6 dejando la portería a 0 de manera consecutiva. Una racha fulgurante, a la que contribuyeron refuerzos del Juvenil A como Igor y Cano, y que dio esperanzas de luchar por volver a ser parte de los equipos madrileños en las eliminatorias de ascenso.
El sueño se desvanecería en la antepenúltima jornada, y última de la racha de imbatibilidad, en la cual se empataría a 2 goles en la «City» ante el Parla de José Manuel Jimeno, quedando el 4º puesto a 7 puntos a falta de dos jornadas, en las cuales se caerían ante dos equipos de playoff. Lo que para cualquiera podría parecer un fracaso tiene mucho valor para el que conoce la cantera rayista y el equipo de Cembranos, pues en enero parecía que no se tenía derecho a luchar por la zona noble y al final se acabó haciendo sudar, por poco que fuera, a los gallitos del grupo VII.
Acabó la temporada el Filial de la Franja en el 7º puesto con 59 puntos tras haber obtenido 16 victorias, 11 empates y 11 derrotas. Digno de destacar es la temporada hecha en casa, pues ya sea en el campo 4 o en el 5, el Rayo B hizo de la «City» un fortín casi inexpugnable en el que sumó 12 victorias, 5 empates y 2 derrotas. Y también está el detalle de que el «Pichichi» franjirrojo, Adrián Carrasco, sumase la friolera de 18 goles, siendo el segundo máximo artillero del grupo VII de Tercera, solo superado por el «hombre-gol» del Santa Ana, Álvaro Portero, que anotó 22 dianas.
El principal responsable de estos dos años en los que el Filial de la Franja nos ha hecho disfrutar en la «City» y más allá es Luis Cembranos, quien acompañado de un excelente cuerpo técnico (gracias eternas a Álvaro, Adrián, Jesús, Chema y Manolín) supo transmitir una idea de juego vistoso a chicos con talento que en su gran mayoría se estrenaban en categoría senior, y que de la mano de Luis, dieron un gran paso adelante en su etapa final de formación.
Hoy, apenas 48 horas después de acabar la temporada, con un mensaje en sus redes sociales anunciaba su marcha del banquillo del Rayo B un hombre que es parte del escudo y que sabe lo que es la Franja. Como en su momento se le reconoció su magia en el césped de Vallecas, ahora no queda sino darle las gracias a un gran entrenador y una enorme persona. Allá a donde vayas, Luis, siempre llevarás el Rayo dentro, siempre serás uno di noi. Y de todo corazón, gracias.
Y ya por último, sabemos quien será el sucesor de Luis en el banco del Filial de la Franja. Y no podía ser otro que Ángel Dongil. Vallecano, casi una década dedicada al club como entrenador en distintas categorías de la cantera, y en las últimas 2 temporadas y media técnico del Juvenil A, de donde ha venido la gran mayoría de los jugadores del Rayo B. Ahora, con esos mismos chicos, pasará de luchar por pelearse con las mejores canteras del país en el grupo 5 de División de Honor Juvenil a pelear por los campos más complicados de la región en la Tercera Madrileña. Y no hay duda que lo hará de lujo. ¡Buena suerte!
Infromó Jorge Morales García. Imagen de Iván Díaz.