Playoff y cuenta nueva

Playoff y cuenta nueva

El Rayo B encaja una goleada (4-0) en casa del CD Móstoles URJC en el último partido liguero. El Filial de la Franja recibirá al Torrejón en los cuartos del playoff de ascenso.

Días tontos en los que no te sale nada y además al rival le sale todo. Lo mejor, que se dé en un partido de relativa trascendencia. El Rayo B llega al playoff tras encajar una goleada en un partido insulso en el campo del CD Móstoles URJC.

Mañana de nubes y claros la que acompañaba en El Soto a la última jornada de la segunda fase del subgrupo VII C de Tercera. Al mítico estadio mostoleño llegaba el Filial de la Franja de Ángel Dongil con la mente puesta en guardar fuerzas para los playoffs de ascenso. Por ello se vio un once plagado de novedades. Quintela se enfundó los guantes; Aguado, Gimeno y Rueda en la línea de 3 atrás; Sergio Sánchez y Aguirre corriendo por las bandas; Arratia, Sánchez y Aitor Álvarez en el medio y Cano y Kevin arriba. Nombres importantes durante el curso como Roberto, Marc y Nacho Fariña descansaban en el banquillo, y otros como Molina y Manu Navarro quedaron fuera de la lista. Los de casa, los de Víctor González, presentaron convocatoria corta, con 6 suplentes, pero con un once que bien podría presentar en 10 días en la semifinal de las eliminatorias de ascenso.

El inicio presentaba un guion esperable. Los rayistas querían tener el balón y elaborar las jugadas con pausa y criterio, mientras que los azulones iban más verticales a buscar el área visitante. Cerca de cumplirse el minuto 10, la segunda opción dio sus frutos. Primer córner del partido para los mostoleños, desde el costado derecho. El centro perfectamente puesto al punto de penal para la llegada desde atrás de Recalde, libre de marca, para saltar y cabecear de manera inapelable. Si alguien parpadeó, al abrir los ojos vio el balón en el fondo de la red. Pronto, y con poco, se adelantaba el Móstoles.

El tanto encajado a balón parado trastocó los planes de inicio del Rayo B. Trató de buscar el empate siguiendo su juego de movimiento de pelota de un lado a otro para tratar de generar huecos. Pero lo hacía bastante lejos del área local y ante un equipo muy habituado a las vicisitudes del campo y con veteranía y garra para robar y salir rápidamente. Solo una falta lejana de Sergio Sánchez que blocó fácil Nando fue todo el peligro generado de lado visitante. Si el cuadro vallecano era incapaz de acercarse a puerta, el mostoleño generaba peligro en cada aproximación. Varios avisos dio de que buscaba el segundo en juego abierto, pero lo logró, en el minuto 27, en otro córner. Esta vez desde el lado izquierdo se puso el cuero. El rematador era Souza, que la esperó totalmente solo en el punto de penal. Sin necesidad de saltar, metió el testarazo para poner el balón, como con un guante, a la escuadra derecha, imposible para Quintela. 2-0 antes de llegar a la media hora, y pinta de no ir a mejor para los intereses del filial.

El peso psicológico del segundo tanto era una losa para el conjunto franjirrojo, a quien ya estaba en ese tormento psicológico en el que no te sale nada. No había continuidad en las jugadas, las bolas largas no llegaban, los controles eran imprecisos… Y a eso hay que sumar que a tu rival le sale todo, especialmente por la banda derecha. Por ahí llegó la jugada de fantasía en el minuto 35, en la que el lateral Emi llegó a la línea de fondo y se inventó un hueco que no existía para zafarse de sus marcadores y dejársela a Portilla en el costado del área pequeña. Fue a achicar abajo Quintela, pero el 11 local salvó el trance con una vaselina que hizo las delicias de la ruidosa hinchada de El Soto. A 10 del final del primer tiempo, lapidario 3-0 para un Rayo B que ya no sabía ni qué hacer. Por si no fuera bastante, Aguirre sufrió un golpe en la cabeza que le hizo abandonar el partido antes del descanso, suplido por Carlos Hernández. Todo lo que podía salir mal, salía mal. Al menos, tienes el consuelo de poder pensar en el playoff, pero aun así a nadie le gusta irse así al intermedio.

A la vuelta de la caseta, Dongil hizo una doble modificación. Barroso y Rubén De Tomás entraron por Aitor Álvarez e Iván Sánchez, para tratar de dar más chispa de medio campo hacia arriba e intentar ponerle picante al marcador. Antes de poder ver el efecto de los cambios, en el 5 de la segunda, otra prueba de que el Móstoles estaba tocado por los dioses del fútbol. Balón que llevaba un rato rondando la frontal y que le cae e Emi cerca de la media luna. Levantó la vista el lateral local, dijo «por qué no» y ensayó el disparo. Le salió flojo y raso, pero colocado en un hueco que dejó la defensa y ajustado a la base del poste. Cuando Quintela pudo verla, ya era tarde para su estirada. Casi sin querer, llegaba el 4-0 de los de casa, dejando por delante 40 minutos de trámite.

Como la derrota parecía estar asumida y daba lo mismo que fuese por 3, 4 o 5, se vino arriba el Filial de la Franja. Las piernas de refresco de Barroso y De Tomás, unidas al hambre de Sergio Sánchez en ataque, hizo tener varios acercamientos peligrosos a los de Vallecas. De los que entraron en el descanso fueron las mejores oportunidades, pero en ninguna el balón fue entre palos, ni en el disparo de Barroso en la frontal a pase de Sergio tras varios toques en el área ni en el tiro cruzado de Rubén desde la frontal. Metió más madera Dongil, con la entrada de Jorge Moreno, que regresaba tras lesión, por Rueda en el 54, y 20 minutos después Juan Carlos ingresó por Cano. Sabia «nueva» que sumaba minutos de cara al playoff.

Mientras, el CD Móstoles URJC, con la victoria en el bolsillo y también con la cabeza en las eliminatorias de ascenso, pasó a tener una actitud más contemplativa. Defendía de manera flotante para evitar sustos, y en ataque, poco salvo alguna anecdótica contra. Así se pasaba los minutos, incluyendo los 3 de descuento, con la gente dentro y fuera del campo ya pensando en otras cosas. Pitido final del partido y de la liga, triunfo y goleada mostoleña ante un Rayo B que no hizo el encuentro que quería, pero relativizándolo, tampoco era tan grave. Así lo vieron los jugadores tras saludar a los aficionados rayistas desplazados a El Soto y escuchar, en el mismo césped, la charla postpartido del míster, con los festejos de plantel y afición locales de ruido de fondo. Toca hacer borrón y cuenta nueva, porque lo que viene ahora es lo que se ha buscado durante el curso: el playoff de ascenso. Tres rondas, a todo o nada, a vencer o morir, separan al Filial de la Franja de la Segunda RFEF. La primera, el próximo fin de semana, en la «City» ante el Torrejón. Crean, porque tienen con qué.

FICHA TÉCNICA

Informó Jorge Morales García. Imagen de Miguel Ángel Mena.