Punto positivo

Punto positivo

El Rayo B, que acabó con 10, sacó un valioso empate sin goles de su visita al difícil campo del ED Moratalaz.

Sumar lejos de casa siempre está bien. Dejar la portería a 0 garantiza algo de botín. Y si además se hace frente a un rival directo, tiene más valor. Por todo ello y más, el punto sumado por el Rayo B en su visita al ED Moratalaz es más que positivo.

La noche gélida se cernió sobre el viejo campo del Urbis, cuya grada se llenó, dentro de la capacidad reducida por el protocolo COVID, de un público dispuesto a disfrutar de una final entre dos equipos que se jugaban entrar entre los 3 primeros del subgrupo VII A. En el once del Filial de la Franja que saltó a la Dehesa de Moratalaz, Ángel Dongil introdujo variantes en defensa, con el regreso de los centrales Gimeno y Jorge Moreno a la titularidad tras sus lesiones, y en el medio, con Arratia con el brazalete de capitán ayudando a Barroso y Aguirre.

La importancia del encuentro quedó probada en la intensidad con la que comenzaron ambos equipos. El Rayo B salió a tumba abierta a presionar la salida de los locales en su propia área pequeña, provocando a veces errores que la zaga negriverde terminaba por subsanar de mejor o peor manera. Este planteamiento valiente visitante daba la oportunidad al Moratalaz de, si salía de la presión, buscar el balón largo hacia los extremos veloces que tienen y que en más de una ocasión ganaron la espalda a los laterales rayistas, propiciando situaciones que no se concretaban en peligro cierto por una u otra razón. El cuarto de hora inicial fue todo un test a los pulmones de los 22 jugadores, del que salieron con sentimiento positivo, pero extenuados.

El momento valle de intensidad se dio al rondar el ecuador del primer tiempo, pero una vez sobrepasado, tuvieron lugar las mejores ocasiones para ambos clubes, bastante claras a decir verdad, que acabaron por dar crédito a los porteros. Primero la tuvo el Rayo B, en un balón abierto a la esquina derecha de su ataque que bajó de pecho Aguirre para encarar a su marcador y zafarse de él mediante a un caño. Llegó el 7 a la intersección de las líneas de fondo y el borde del área para meter el centro raso al punto de penalti, un caramelito para el remate a Kevin. Cuando se preparaban las gargantas para cantarlo, el portero local Yayo, cuyo apodo no hace justicia a su agilidad, se lanzó como un felino para evitar el tanto. Al rato, en la última vez que los locales ganaron la espalda a los defensas rivales, se quedó Luismi solo frente a Roberto en la frontal. Intentó el 21 del Moratalaz superar al cancerbero rayista con una vaselina, pero Roberto le leyó las intenciones, y como si se tratase de baloncesto, le taponó el disparo, cortando de raíz la mejor ocasión local. Se llegaba al descanso con las espadas en todo lo alto.

En la segunda mitad las piernas ya se resentían de la intensidad. Por eso Jorge Vallejo, entrenador del Moratalaz, hizo 4 cambios apenas llegado el minuto 60. En ese mismo periodo, solo una permuta en los de Dongil, la entrada de Manu Navarro por Barroso. En este tramo inicial del complemento, los hombres de refresco locales se hicieron notar, generando una sensación de ligero dominio y de estar más enteros que su rival. Por otra parte, el dominio no se transformó en ocasiones claras, pues la defensa del Filial de la Franja hizo un trabajo excelente. El sufrimiento por las espaldas de la primera parte quedó atrás. El trío de centrales compuesto por Luis Aguado, Gimeno y Jorge Moreno completó un partido excelente en la zaga, llegando casi siempre al corte y lanzando muchas veces la contra con sprints inusuales en defensores, y más en los casos de Gimeno y Moreno, que salían de lesiones recientes. El trabajo atrás se veía recompensado con el 0 en el casillero local. Lo que quedaba era tratar de sacar algo positivo arriba.

Para los 20 minutos finales, Dongil cambió las piezas de la delantera, retirando a Kevin y Aguirre para dar entrada a Marc Echarri y Rubén De Tomás. La intención era ganar músculo cerca del área visitante y ayudar en sus esfuerzos a un Molina que apenas entraba en juego y un Nacho Fariña convertido en extremo al que casi siempre dejaban en fuera de juego. En el 76 hizo el Rayo B su último cambio con la entrada de Sánchez por Iker Recio, pero el planteamiento que se buscaba quedó trastocado al minuto con la acción que marcaría el partido. En una pelota larga a la banda izquierda, Molina controló y tiró la carrera con el campo visitante casi para él solo. Así lo vio el defensor rival Caloto, que impidió la carrera del 19 agarrándole de la camiseta en evidente falta. De la rabia por la falta recibida, Molina soltó el brazo, y se desencadenó la marabunta entre todos los que estaban en el rectángulo de juego. Trance que el colegiado, señor Gay Vázquez, resolvió de una forma tan esperada como ilógica, amonestando al infractor y expulsando con roja directa al ariete rayista. Se marchó Molina rompiendo todo en el camino a vestuarios de la gran impotencia que da el dejar a tu equipo con un jugador menos cuando queda un cuarto de hora de un partido crucial.

La superioridad numérica del Moratalaz no implicó un esperable asedio al área rayista en el tramo final. Es cierto que el balón se jugaba principalmente en campo visitante, pero lejos de los dominios de Roberto. El Rayo B no acusó el estar con un efectivo menos, se mostró muy sólido atrás y trató de ir hacia adelante con balones largos que no fructificaban. Los de casa tampoco hacían mucho por atacar, en parte por el cansancio, y en parte porque el punto que se estaba logrando también era positivo para sus intereses, pues le hacían empatar en la cima de la clasificación con el Unión Adarve a 32 puntos y dejar al rival de la noche a los 2 de distancia que le habían dado menos de 48 horas antes en los despachos. Los minutos finales, contando los 4 de descuento, fueron como un tratado de paz tras una buena batalla futbolística.

El partido acabó con el mismo marcador que comenzó. Reparto de puntos que se toma como positivo para ambos lados, en el Moratalaz por lo explicado antes, y en el Rayo B porque sirve para superar al Pozuelo y quedarse en solitario con la 3ª y última plaza para la fase por el ascenso directo, amén de sacar un resultado positivo de un campo donde nadie ha conseguido ganar aun y de ganarle el golaveraje particular a un rival directo. El Filial de la Franja, como decíamos, alcanza la 3ª posición del subgrupo VII A sumando 30 puntos en 17 jornadas, aventajando en un punto al Pozuelo y en 2 (con un partido más) a su próximo rival, el Flat Earth. 3 días después de este choque en el Urbis, el Rayo B afronta otra final en Orcasitas.

FICHA TÉCNICA

Texto e imagen de Jorge Morales García.