El Rayo B pierde en casa ante el Alcorcón B por 2-3 y disputará los cuartos de final del playoff de ascenso a Segunda RFEF.
Perder duele siempre, y por muy bueno o muy grande que sea un equipo, la derrota acaba llegando. Entonces, no importa tanto el «qué», sino el «cómo». Durante esta temporada, cuando hemos visto caer al Rayo B, ha sido siempre peleando hasta el final. Así ha sido también en el duelo de filiales contra el Alcorcón B.
Mañana soleada la del primer domingo de mayo, Día de la Madre, marco perfecto para jugar al fútbol. Sobre el césped artificial de la «City» se citaban dos equipos muy similares. De un lado, el Filial de la Franja, que entre las lesiones de Boigues y Jorge Moreno, la sanción por amonestaciones de Gimeno y Aguirre y la inclusión de Manu Navarro en la lista de Iraola para ir a Sabadell el lunes, estaba plagado de bajas. No tenía otra Ángel Dongil que ponerlo todo de inicio: defensa de 4 clásica con Íker Recio de pareja de Rueda en el centro y Aguado y Sergio Sánchez por la banda, medio campo para Aitor Álvarez, Arratia y Nacho, y trío ultraofensivo arriba, Marc, Molina y Cano. Del otro lado, el cuadro alfarero de Josep Alcácer, que también andaba algo justo y tampoco se dejó nada.
Como es previsible en los duelos de filiales, el partido fue intenso desde el pitido inicial. El famoso meme de los dos Spidermans señalándose sería una perfecta descripción de los primeros 40 minutos de encuentro. Rayo B y Alcor B se alternaban el dominio del balón, presionaban muy arriba en la salida de su rival y adelantaban mucho la línea defensiva, lo que daba pie al contrario a tratar de buscar la velocidad de sus jugadores exteriores para ganarle la espalda a la zaga. El centro de campo se usaba lo justo y necesario. La cosa iba de velocidad y ser el primero en golpear.
Muchos balones rondaron ambas áreas, pero los que llevaban más peligro eran los del ataque rayista. Culpa de ello tienen los «nuevos» Aitor Álvarez y Sergio Sánchez, titulares hoy que no han podido gozar de continuidad desde su llegada en enero. Aitor dominó en el centro del campo, yendo a morder cuando el rival intentaba crear, conduciendo la pelota con criterio y creando ocasiones con sus aperturas. Sergio, por su parte, fue un vendaval por la banda izquierda, recorriéndola de arriba a abajo sin parar, y cuando se iba arriba, tirando a la perfección el desmarque y saliendo casi siempre del regate a su defensor. Por el costado izquierdo llegaron las mejores oportunidades para el Filial de la Franja, siendo una muy clara el centro desde línea de fondo de Cano para Marc en el área chica. Echarri se la quiso acomodar, pero se le fue larga y la acabó pescando el meta Juanpe ante la línea de gol.
También había llegadas del filial alfarero, casi en la misma cantidad que las del Rayo B. Simplemente, no generaban el mismo peligro. A lo sumo, un robo de Cédric en la frontal que acabó tirando al lateral de la red, lo más que habían logrado. Hasta el minuto 40, cuando pugnaron Gallardo y Luis Aguado por un balón cerca del pico del área local. Hubo forcejeo, entraron al área, el de amarillo se dejó caer y el árbitro pitó penalti por agarrón. Lo fue a ejecutar Juancho, el 3 visitante que a criterio de algunos debió ser expulsado por una falta rasante cerca de su área teniendo ya tarjeta. No se puso nervioso el lanzador. La mandó sutilmente al lado derecho de Roberto, a quien le falló el instinto al lanzarse al otro lado. Se adelantaba desde los 11 metros el Alcorcón B en el final del primer tiempo, y así se llegaría al descanso. El Rayo B se veía por debajo en un partido en el que no merecía caer, pero al fútbol no se gana por méritos.
Obligado por el marcador, el Filial de la Franja salió fuerte en la segunda parte. Buscaba asentarse en las proximidades del área visitante y encontrar la manera de hacer daño a un equipo que, estando en ventaja, daría un paso atrás para tratar de matar a la contra. Así pasó que se tocaba mucha pelota en el campo de los de amarillo, pero no había disparos certeros. Pensando que hacían falta piernas arriba, quedando media hora de juego, Dongil hizo doble cambio. Retiraba a Cano y a un agotado Sergio Sánchez para dar entrada a Rubén De Tomás y Carlos Hernández. Sí, Carlos, el extremo izquierdo que sufrió una lesión grave en el principio de la temporada, pero a base de trabajo en la recuperación ha vuelto, y tras más de 6 meses alejado de los terrenos, regresaba para ayudar al Filial de la Franja en la lucha por el ascenso.
Al instante de hacerse el doble cambio, llegó lo que se buscaba. Y de la forma más inverosímil. Condujo Nacho Fariña la pelota por la banda derecha hasta posición de centro. Vio a Marc con espacio en el punto de penal, y ahí se la mandó. Se prepara Echarri para fusilar en posición óptima, pero se le anticipó Christian, defensor alfarero, quien en su intento de despeje mandó el balón al fondo de la red. Gol en propia meta, pero gol. Con ese toque de fortuna llegó el empate del Rayo B, faltando media hora larga y dando pie a otro partido.
El jarro de agua fría sirvió para despertar a un Alcorcón B algo aletargado en el inicio de la segunda mitad. Los amarillos dieron un paso al frente, y durante 10 minutos se volvió a ver el ritmo cambiante del primer tiempo. La pérdida de dominio alertó al banquillo rayista, y Dongil metió a Barroso por un Aitor Álvarez extenuado. El cambio se dio en un córner en contra, algo prohibidísimo por las leyes no escritas del fútbol. Y más viendo como acabó. El centro desde la izquierda llegó al segundo palo hasta Barbu, central visitante que, sin saltar y totalmente solo, metió un cabezazo de escuela para cruzar el cuero, ponerlo imposible de alcanzar para Roberto, y alojarlo en la red del poste contrario. Desajuste que le costaba al Rayo B volver a irse por detrás en el marcador al minuto 71.
Con el reloj corriendo, ya había que jugarse el todo por el todo. El Filial de la Franja apretaba en busca del empate, el alfarero aguantaba su ventaja. Y pensando en sus objetivos, ambos entrenadores movieron banquillo antes de entrar en el tramo final. En el Rayo B, entraba Kevin por Rueda, entrando un atacante por un defensor para ya ir con todo. En el Alcor B fue doble cambio, reforzando ataque y zaga. El delantero que entró, Llario, aprovechó ipso facto el hueco que dejaban los locales para recoger un robo en zona de tres cuartos, entrar solo al área y batir a Roberto de tiro cruzado. 1-3 en el 81, todo parecía acabado y decidido en la «City»
Pero con el Rayo B eso no es así. Por el tiempo que quedaba, era difícil no caer, pero al menos había que pelear. Y eso hicieron los franjirrojos. Eso hizo Carlos Hernández, en un balón a la esquina izquierda que parecía ganado por el defensor, pero el 11 lo peleó, se lo acabó llevando y lo puso en centro preciso al segundo palo, donde esperaba Kevin Manzano para meter la cabeza y mandarla a guardar. De suplente a suplente, de extremo a extremo, asistencia de Carlos tras su larga ausencia de los campos, tercer gol de Kevin en el presente curso, y algo de pimienta para el tramo final, con el 2-3 en el marcador en el 86. En los minutos que restaban, incluyendo los 5 de descuento, el partido se rompió y hubo amenazas serias en ambas áreas, pero sin pasar de ahí.
De pie, con la espada en la mano y sucia, peleando hasta el final. Así es como elige caer el Rayo B, y así es como perdió en casa ante el Alcorcón B. En el Filial de la Franja la actitud no se negocia, siempre se va al frente. Pero el rival también juega, y es además muy similar. El acierto en momentos puntuales decantó la balanza para el lado amarillo. Con esta derrota, los de Ángel Dongil quedan en la 6ª posición del subgrupo VII C y saben que tendrá que irse por la vía larga del playoff. En dos semanas, de nuevo en la «City» recibirá a Pozuelo o Torrejón, clasificados del subgrupo D, en unos cuartos de final a todo o nada con el ascenso en el horizonte. Antes, el próximo domingo, hay que visitar al CD Móstoles URJC en El Soto, y tratar de acabar la segunda fase en alto.
FICHA TÉCNICA
Informó Jorge Morales García. Imagen de Miguel Ángel Mena.