El Rayo Femenino despide la temporada empatando sin goles ante el Logroño en el Estadio de Vallecas.
Lo de esta mañana en el Estadio de Vallecas tenía todos los ingredientes necesarios para ser una gran fiesta rayista de fin de curso, dado que las Guerreras Franjirrojas jugaban en el Estadio de Vallecas su último partido de la temporada liguera, ante el ya descendido EDF Logroño y unos 200 espectadores que querían agradecer el haber logrado, un año más, una permanencia que se antojaba complicado.
Pese a ser la jornada final de liga y no jugarse nada ninguno de los equipos, el once que presentó el Rayo bien podría haberse visto a lo largo del campeonato en un contexto de tener que jugarse la vida. El míster decidió dejar en el banco a piezas importantes como Andújar y Camila Sáez y a gente que podría haber dispuesto de más minutos en un día como este, como las canteranas Bicho y Cris. De esa manera, plantaba en el verde del Estadio una alineación de perfil defensivo que confiaba en la chispa de Shei, Paula Fernández y Tere Morató para lograr marcar.
Y a decir verdad, ocasiones tuvieron para hacerlo, sobre todo en la primera parte. Un par bastante claras además, como el rechace que manda afuera Shei casi sobre la línea de gol o el balón de Tere que se estrelló en el larguero para rebotar en la misma línea y volver rebotado al campo. Varios destellos que hicieron levantar de su asiento del fondo a los aproximadamente 200 rayistas que habían venido a la fiesta de fin de temporada del femenino, en un primer tiempo sin dominador y con rachas de ataques buenos de ambos equipos. El Logroño también tuvo sus acometidas, principalmente en los pies de Rebecca, pero aun siendo hasta más claras que las ocasiones locales, siempre se encontraban con Patricia Larqué, la guardameta maña, que sacaba el mano o el pie de donde no había pra evitar el tanto riojano. El descanso hacía presagiar que el empate sin goles no iba a durar.
Tal vez fuera fruto de jugar ante un sol de justicia en Madrid en pleno junio, tal vez fuera que las piernas pesaban tras 34 jornadas de una temporada larga y dura. Sea como sea, el declive físico en la segunda mitad se notó bastante, manifestándose en forma de bajón de fútbol y ocasiones en ambos conjuntos. Principalmente se vio en el Rayo, que cedió el control total del encuentro al Logroño, pero sin que este pudiera generar un peligro explícito contra el marco local. Solo hubo un minuto en que el balón rondó el gol visitante, y en ese instante Larqué intervino de 3 formas distintas (saliendo a despejar de puños, estirándose para enviarla a córner y quedándosela tras un disparo) para evitarlo. La portera fue una pieza clave para lograr la salvación y lo fue para no acabar con derrota la temporada.
Pese a verse superado física y deportivamente por su rival, Carlos Santiso no quiso mover el banquillo hasta el 81, cuando ingresó Iris por Tere. Sería este el único cambio que haría el Rayo en este partido final del curso liguero, con 10 jugadoras disputando 93 minutos de fútbol bajo un asfixiante calor. Fue después de esa sustitución cuando se vio un poco más de chispa en las locales y tuvieron sus mejores llegadas para tratar de llevarse el triunfo sobre el final, culminadas con disparos de Paula Fernández y Sheila desde más allá de la frontal, el primero sin ver puerta y el segundo palmeado a córner por la guardameta Isabel Longa. Mientras, los minutos pasaban, el tiempo de descuento avanzaba, y el técnico rayista decidió que las jóvenes Bicho y Cris calentaran cuando no quedaba tiempo material ni para realizar la sustitución, algo que no entendía una parte de la afición que reclamó también la entrada al campo de Paula Andújar, con tanto éxito como los disparos del encuentro.
Se llegó al fin del partido. Empate sin goles para despedir la temporada del Rayo Femenino ante el ya descendido EDF Logroño. Aunque realmente, poco importaba el resultado para la afición que se congregó en el Estadio de Vallecas. Lo principal era animar a esas Guerreras que ponían fin a una temporada en la que, una vez más, han desafiado a la lógica y han logrado una salvación que se antojaba como poco menos que milagrosa a principios de temporada. La hinchada cantó la vida pirata, Andújar y Chule tiraron de megáfono para prender los festejos, Auñón le entregaba a la pequeña Iria una camiseta firmada por todas las jugadoras… Esas cosas que hacen que seguir al Rayo Femenino, sea en el Estadio en un día especial o en la «City» cada 15 días, sea algo diferente a cualquier cosa que se vea en la Liga Iberdrola, que pone el telón final al curso 20/21 y se prepara ya para el próximo. Y ahí estará el Rayo para volver a pelear contra los elementos, y sin duda alguna, volver a derrotarlos. ¡Buen verano, Guerreras!
Informó Jorge Morales García. Imagen de Alberto Leva.