Victoria del Rayo Vallecano Juvenil en la primera de las cuatro finales que deberá afrontar de aquí a que finalice el campeonato para ser Campeón de Liga. Que el de ayer no era un partido más se podía palpar desde los prolegómenos del mismo, esperaban los familiares a los muchachos en los aledaños del vestuario para la charla que Ángel Dongil les había preparado antes de salir a competir. Al más puro estilo Paco Jémez, el míster rayista hacía entrar a los familiares al vestuario para hacerles partícipes de ese momento, ya que como el propio Dongil decía «ellos son los que nunca fallan». Puedo dar fe de la emoción reflejada en los rostros de aquellos padres, de los que me declaro fan incondicional de muchos de ellos.
Como no podía ser de otra forma, el Rayo iba a salir a por el partido y el míster franjirrojo salía con dos carrileros largos como Mese y Javi Rubio (jugó el partido con paperas), dejando atrás una línea de tres formada por Martín en el centro, Pascual a la derecha y Luis Aguado en la izquierda.
El partido iba a comenzar bastante trabado, con numerosas faltas por parte del conjunto visitante para cortar el ritmo a los nuestros, sin dejarles elaborar su fútbol habitual y llevando el partido a su terreno. El colegiado se vio obligado a mostrar dos cartulinas amarillas a jugadores del Unión Adarve ya en los primeros 20 minutos de juego. El Rayo no se sentía cómodo en este inicio de partido y aunque intentaba jugar por bandas con Alberto y Solano, apenas contó con ocasiones salvo un par de disparos de Marti y Ángel, que lo intentaron sin éxito desde la frontal del área.
La primera llegada con peligro fue en un buen centro lateral al corazón del área, que Killer libre de marca cabeceó suave a las manos de Luis. Parece ser que esto espoleó a los muchachos de Dongil y apenas dos minutos después, un centro chut desde la izquierda de Mese se envenenó y despejaba de puños el guardameta visitante.
Se llegaba al descanso con empate a cero y con la sensación de tener por delante un partido que había que madurar mucho, tener paciencia y no perder la calma para lograr la victoria, a pesar de saberse superiores al rival.
Tras la reanudación, esa acción que decantaría la balanza del lado rayista llegó desde el costado izquierdo con un gran centro de Solano, que remataría Alberto con la cabeza, el alma y el corazón. Según cabeceaba el capitán rayista se produjo un primer silencio en el que pareció pararse el tiempo ante la incertidumbre de si ese balón entraba o no, segundos que desde la banda se hicieron eternos y que parecían empujar desde el banquillo local hasta los infantiles de Gonzalo Cuenca, que disfrutaban de «sus mayores» desde la banda. Cuando el árbitro señaló el centro del campo se produjo una explosión de locura se apoderó de los allí presentes, entre los que estaban Luis Cembranos (un habitual en los partidos del juvenil), Sergio Benito, Mario y Jean Jules del Rayo B, los hermanos Madrid, Emilio Moreno, Javi Exposito e incluso un ex de la franja como es Carlos Fueyo.
Con 40 minutos por delante y ante un equipo como el Unión Adarve, eso es un mundo y el equipo franjirrojo se mostró contundente en defensa, donde Martín como jefe de operaciones, Pascual yendo por alta a todas y un inconmensurable Luis Aguado desbarataban los balones largos que el conjunto visitante intentaba aprovechar, con la inestimable ayuda del viento que soplaba en la Ciudad Deportiva. En el centro del campo aparecían una y otra vez la dupla Martínez-Algobia, que eran amos y señores de la medular, ya fuera defendiendo o creando juego ofensivo.
Arriba esperaba su oportunidad nuestro particular «llanero solitario», Killer, que se fajó con la defensa del Adarve saliendo victorioso en prácticamente todos los duelos, jugando de espaldas, encarando a la defensa o apareciendo en el área. Es de reseñar el gran trabajo que está haciendo el 9 del juvenil desde la ausencia de Sergio Moreno, cumpliendo con nota muy alta en cada partido.
Mediada la segunda parte entró Migallón al terreno de juego, buscando quizás el míster local mayor control del balón y que el habilidoso jugador zurdo buscará diagonales para entrar entre líneas en la bien plantada zaga local. El propio Migallón estrellaría un balón en el poste poco después de ingresar en el campo.
La mejor ocasión visitante fue un barullo en el área rayista que acabó con un remate que entre Dani Merino y el larguero rechazaron. Poco bagaje ofensivo de un equipo que también tenía mucho en juego ya que marca la zona de salvación con tan solo un punto de ventaja sobre Alcobendas y CD Colegios Diocesanos.
Poco más dio de sí un partido que con mucho trabajo y esfuerzo lograron vencer los chicos de Ángel Dongil. Son conscientes de la enorme dificultad del reto que tienen que afrontar en estas cuatro jornadas, pero el primer escollo ya está salvado y ahora toca afrontar el partido ante el Atlético Casarrubuelos, la próxima semana, con la misma seriedad que éste. Un Atlético Casarrubuelos que esta jornada ha descendido matemáticamente, pero que dejó muy buenas sensaciones en su visita en la primera vuelta y, a buen seguro, no pondrá las cosas nada fáciles.
Texto: Alberto Leva
Imagen: Iván Díaz