Victoria sobre la bocina del Rayo Vallecano ante la UD Almería.
El partido entre la UD Almería y el Rayo Vallecano no decepcionó a las expectativas creadas por la parroquia rayista. ¿Fue bueno? No, pero es que hace tiempo que las expectativas de la hinchada están a la altura del subsuelo y, por lo tanto, no se sorprendieron de un nuevo partido malo de su equipo.
Si el partido del Rayo Vallecano fue malo, el partido del Almería sería digno de enseñar en las escuelas de fútbol, para que los críos vean todo lo que no deben hacer si quieren lograr el triunfo.
Por parte del Rayo volvía a la portería Dimitrievski tras sus días de goce y disfrute con su selección. Con Santi Comesaña al mando de las operaciones en el centro del campo, con Álvaro e Isi en bandas y arriba Andrés en la media punta enganchando con Antoñín que hoy pasó por el partido sin pena ni gloria.
Los primeros 10 minutos fueron un fondo a campo abierto del Almería, con el Rayo corriendo detrás del balón y sin ser capaces de quitárselo al conjunto local. También es cierto, que fue un fondo infructuoso porque ni se asomaron al área rayista entre tanto toque de balón.
En este inicio de partido solo contabilizamos una ocasión para el Almería, que fue el robo de balón de Morlanes a Santi que finalizó desde muy lejos Sadiq con un golpeó alto. Un Santi que no es ni la sombra del grandísimo jugador que brilló en Vallecas y que espero vuelva por sus fueros por el bien del equipo. Una vez reconocido esto, tampoco me parece justo el linchamiento por redes sociales que hacen ciertos aficionados de la Franja. ¿Ya se nos ha olvidado eso de «te animaré cuando menos lo merezcas?
Tras estos primeros minutos de dominio local, el partido se volvió gris y brusco y se contaron más tarjetas amarillas que ocasiones de peligro. La primera para el Rayo llegó en el minuto 39 y fue en las botas de Fran García, que es el único jugador con desborde, profundidad y un mínimo de clarividencia ofensiva por parte del Rayo. Se sacó un disparo potente desde fuera del área, al que solo pudo repeler Fernando y en el rechace Álvaro la pegó picuda yéndose muy desviada. Apenas unos segundos después, Isi que no tuvo tampoco su tarde, se revolvió en la frontal del área y su derechazo lo detendría abajo Fernando.
Como si se tratase de dos púgiles timoratos que se han pasado todo el asalto bailando sobre el ring, el Rayo soltaba un par de golpes, más a modo de asustar la rival que de noquearlo definitivamente.
Lazo en el minuto 44 se internaba en el área y con el exterior lanzaba flojito para que detuviera Dimitrievski sin problema. Este fue el primer y único acercamiento local a la portería franjirroja. Sadiq pese a buscar el balón, no parar de tirar desmarques y moverse en ataque, no hizo su mejor partido, fruto del buen hacer de Saveljich que firmó su mejor partido con la Franja, algo que tampoco era excesivamente complicado.
La segunda parte fue una continuación del aburrimiento del primer acto, pero con más interrupciones, más juego subterráneo y muchas más tarjetas aún. En apenas 10 minutos, el colegiado mostró cuatro tarjetas amarillas y se antojaba complicado que el partido acabara 11 contra 11 y así fue. El Almería se iba a quedar con 10 tras expulsar el colegiado a Ivanildo Fernandes tras un salto en un balón aéreo en el que el jugador portugués vio la segunda cartulina amarilla. Es posible que con el reglamento en la mano esto sea tarjeta, pero eso no quita para lo absurdo de este reglamento que penaliza más que beneficia al propio fútbol.
El Almería había movido el banquillo poco antes de la expulsión y pareció que, esto unido al hecho de jugar con uno menos, hiciese al equipo mostrar su mejor cara, poniendo en apuros en un par de ocasiones a Dimitrievski.
El Rayo también dio entrada a Guerrero primero y luego a Bebé y a Qasmi. Está más que demostrado que el hecho de acumular gente de ataque, no siempre es sinónimo de éxito y en el Rayo lo vemos semana tras semana. El problema del equipo proviene de la sala de máquinas y es más de creación que de finalización. Es imposible finalizar una jugada si ni siquiera se crean ocasiones para ello. Ante las ausencias de Trejo, Pozo y Joni la responsabilidad recayó en Santi y Óscar. Ya hemos comentado anteriormente lo del primero y el segundo estuvo perfecto en la anticipación, el corte y en funciones defensivas varias, pero no puede multiplicarse y hacer también labores ofensivas.
Todo apuntaba a un empate que se antojaba justo a tenor de lo poquísimo mostrado por ambos equipos, pero si hay alguien que es impredecible ese es Bebé, capaz de lanzar tres faltas consecutivas al Parque Azorín cuando juega en el Estadio de Vallecas o marcarse una jugada personal y sacar un latigazo que dé los tres puntos al equipo, tal y como ha sucedido en Almería.
Tres puntos importantes para mantener esa sexta plaza, tal y como comentaba Iraola tras acabar el partido ante el Sporting. Parece un objetivo conformista siendo el Rayo Vallecano un equipo que debería aspirar a estar muy arriba, pero parece bastante realista viendo el nivel de juego ofrecido por el equipo.
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