El Rayo Vallecano cierra su semana fantástica sumando 6/6 puntos, gracias al triunfo por 3-1 ante el Cádiz CF
El partido de hoy comenzaba con un ambiente festivo de los de Vallecas engalanada como en las grandes ocasiones. La afición «recibiendo» a los jugadores -previa protesta contra la gestión de Presa- y en el terreno de juego un Rayo-Cádiz, los condicionantes perfectos para disfrutar de una gran tarde, como al fin y a la postre así ha sido.
Hasta cuatro cambios introducía Andoni Iraola en el once inicial con respecto a los que jugaron en San Mamés, cambios que se podían barruntar como la vuelta de Trejo (si el Gardel de Santiago del Estero está bien, tiene que jugar siempre hasta las pachangas) o la titularidad de Óscar Valentín tras su gran partido en la Catedral. Además, Saveljich recuperaba su lugar en el centro de la defensa y, quizás, la mayor novedad era la entrada de Falcao desde el inicio del partido.
Dos equipos con dos estilos que, se podría decir, están en las Antípodas futbolísticas. Un Rayo muy vertical con un bloque alto, queriendo presionar muy arriba la salida del balón del contrario y un Cádiz que apuesta por estar replegado, esperando el error del rival y buscar un juego mucho más directo con balones largos de la defensa o el guardameta.
El Rayo de Iraola nos está malacostumbrando a los rayistas y empieza a tener el hábito de perforar la meta rival en los primeros minutos de partido. Si en Bilbao fue en el minuto 4, hoy lo ha hecho en el minuto 9 de partido tras una buena jugada en banda con Trejo llegando en línea de fondo a un balón al más puro estilo jugador del FIFA, lanzándose al suelo y sirviendo al área, donde sabe que existe un letrero que avisa la presencia de felinos suelos en la zona. Allí estaba Radamel Falcao para rematar de primeras, con una gran respuesta del guardameta cadista, pero entre tanto felino se había colado un ratón del área, Álvaro García, que estaba con la caña preparada para aprovechar el rechace y hacer el 1-0. Segundo gol del gaditano esta semana, pero en esta ocasión y por respeto a su pasado en el Cádiz, no tocó celebrarlo.
Pese a marchar por delante en el marcador, este Rayo tiene tan interiorazada la idea de juego de Iraola, que no cambia el chip en ningún momento y sigue presionando arriba y mordiendo en cada balón. Algo similar ha pasado con el Cádiz, pero con un fútbol mucho más arcaico y reservón, que solo podía dar sus frutos en algún balón parado, como así ha sido. Corría el minuto 22 de juego cuando una falta lejana botada por Alarcón era rematada por Jonsson, que le robaba la cartera a Saveljich y Óscar Valentín, cediendo para que su compañero Haroyan -futbolista armenio con aspecto de talonador de cualquier selección nórdica de rugby- rematara de cabeza al fondo de las mallas rayistas. Gol que iba a ser anulado en primera instancia por el asistente de De Burgos Bengoetxea, pero que en la revisión del VAR se veía claramente que Isi habilitaba al defensa cadista. Sin haber propuesto prácticamente nada, el Cádiz se encontraba con el empate en el marcador.
Tras el gol visitante, el Rayo Vallecano entró en una fase de juego de nervios e imprecisiones en la que el Cádiz se mostraba cómodo, no así los de Iraola. Por suerte, este apagón duró bastante menos que el de la nueva iluminación y volvieron a asociarse Trejo, Unai López y Óscar Valentín, haciendo levantarse al respetable de sus asientos para ovacionar a los nuestros. Escucho en las tertulias radiofónicas hablar de las duplas Modric-Kroos o Busquets-De Jong, pero seguramente si Unai se llamara Unai Humberto «el Pajarito» López y fuese uruguayo o si Óscar Valentín en lugar de Ajofrín fuese de Salvador de Bahía y su nombre de guerra fuese Valentinho Junior, valdrían ambos millones de euros. Cuando ya todo apuntaba al empate como resultado con el que nos íbamos a ir al tiempo de descanso, Isi y Balliu -qué lateral, por Dios-, se inventaron un jugadón por banda que iba a terminar donde acaban los pobres ñus en los documentales de National Geographic, dentro del río para ser presa del cocodrilo de turno. En este caso, cambien al cocodrilo por el Tigre y el río por el área del Cádiz y la ecuación resulta tan perfecta, como las llegadas de Radamel Falcao al primer palo de la portería contraria. Efectivamente, no hay dos din tres y llegó el tercer gol de El Tigre en otros tantos partidos. El fútbol había sido justo con el Rayo Vallecano y se marchaba por delante (2-1) al descanso.
En la reanudación más de lo mismo, entre la poca luz que, aparentemente, había en Vallecas y que el Rayo seguía en plan rodillo, no fuimos capaces de ver que el Cádiz había comparecido sobre el césped del Estadio de Vallecas hasta el minuto 15 de la segunda parte, aproximadamente. En esos 15 minutos, Ledesma se puso el traje de superhéroe y mantuvo a los suyos en el partido con tres paradas de mucho mérito ante cabezazos de Isi y Falcao. Mientras, Álvaro Cervera se dedicaba a dejar la delantera del Cádiz como la cocina de Médico de Familia a la hora del desayuno, dando entrada a Negredo, Sobrino, el «Choco» Lozano y Álvaro Jiménez, algo que no cambio el devenir del partido salvo algún detalle de calidad del «Tiburón de Vallecas», poco o nada aportaron al juego ofensivo de su equipo. El único peligro lo puso Espino -que hoy soñará con Isi y Balliu- de cabeza, que estuvo cerca de batir a Dimitrievski.
Andoni Iraola, hizo cambios para dar descanso a jugadores fatigados como Falcao, el capitán Trejo u Oscar Valentín, para el que el partido seguramente sea de algo más de tres puntos. Los cambios otorgaron frescura al equipo y en un nuevo arreón final de buen fútbol, Isi quería poner la guinda a su gran partido -uno más- en forma de gol. El de Cieza emulando a su compañera Pauleta ayer, soltó un zurdazo que limpió las telarañas del marco defendido por Ledesma, que poco pudo hacer en su estirada. Llegaba el 3-1 definitivo que sentenciaba el choque y el delirio en los aficionados de las gradas de Vallecas, que ven como su equipo duerme quinto esta semana. Aficionados que en muchos casos se han perdido tanto el primer gol del Rayo como el del Cádiz, por un nuevo caos a la hora de acceder al Estadio de Vallecas.
La locura se ha instalado en Vallecas con el equipo y soñar es gratis, pero permítanme tener los pies en el suelo y si tengo que celebrar algo, que sea el hecho de tener en solo siete jornadas un tercio de la salvación en el bolsillo.
Estadísticas del partido
Imagen destacada: JUANJO MARTÍN / EFE