Derrota del Rayo Vallecano en su visita al estadio de El Alcoraz tras verse remontado en el marcador
Dicen que un Déjà vu es el «fenómeno de tener la fuerte sensación de que un evento o experiencia que se vive en la actualidad se ha experimentado en el pasado». Si este fenómeno lo trasladamos a la franja y a sus visitas a Huesca, la sensación es fiable al 100%. Pese a que se adelantó el equipo franjirrojo en el marcador y parecía que el partido se ponía de cara, los viejos fantasmas rayistas se aparecían de nuevo en forma de fallos defensivos, hasta ver cómo el conjunto local daba la vuelta al marcador y se llevaba el partido por un 2-1 al final, permitiéndose el lujo de fallar un penalti y todo.
Para el encuentro de hoy Míchel alineaba al mismo once que hace una semana vencía a la Cultural Leonesa en casa, algo que deja entrever que al técnico vallecano no le gusta tocar lo que aparentemente funciona, y digo aparentemente porque hoy no ha funcionado para nada.
El primer protagonista del encuentro sería el capitán de la franja en el día de hoy, Alberto García que tendría que emplearse a fondo en el primer minuto de juego para rechazar un centro chut de Cucho Hernández, a la postre gran protagonista del partido de hoy. No tardaría el Rayo en darle la réplica al conjunto oscense y en el minuto ocho de partido Santi Comesaña no aprovechaba una buena dejada de un Raúl de Tomás que poco más haría a lo largo de los 90 minutos.
Cumplido el cuarto de hora, Adrián Embarba iba a probar por primera vez a un grandísimo Álex Remiro que mandaría a córner el disparo del 11 rayista. Tras la salida de dicho córner iba a llegar el penalti cometido a Trejo por parte de Ferreiro y que el propio jugador argentino se encargaría de anotar (a lo panenka) para abrir el marcador. Tras el gol, la SD Huesca pareció espabilar de su pequeño letargo y se hizo con el balón, comandados en el centro del campo por Melero, que pudo empatar el partido si llega a aprovechar un rechace de Alberto tras una buena parada a Pulido, un ex de la franja.
En el 45 se sacó el cartelón de dos minutos más de añadido, debido a las lesiones de Embarba y Brezancic que no pudieron seguir y tuvieron que ser sustituidos. En el primero de esos dos minutos de prolongación, Cucho Hernández iba a poner un balón medido al área, que ante la pasividad de la defensa franjirroja iba a rematar a placer de cabeza Aguilera para empatar el choque.
En la reanudación el partido iba a comenzar con un ritmo alto de juego por parte de ambos equipos y en los primeros minutos tuvieron ocasiones de desnivelar el marcador, Rescaldini por los locales y Trejo y Álex Moreno por el Rayo Vallecano. Remiro se convertiría de nuevo en el particular héroe de su equipo ya que se lución en sendas paradas a Álex Moreno y a Santi Comesaña, tras una gran cabalgada del vigués que en el uno contra uno iba a ver como el guardameta navarro mandaba su disparo a saque de esquina.
En el minuto 59 se iba a dar una circunstancia que al fin y a la postre resultaría bastante decisiva para los intereses del conjunto visitante. Se retiraba del partido Fran Beltrán y le sustituía Trashorras. Aun sin ser el mejor partido del joven jugador franjirrojo, el cambio no mejoró en nada al equipo y el Rayo perdió el centro del campo, desapareciendo Santi que hasta el momento había sido uno de los jugadores más destacados. La última media hora de encuentro fue una reiteración de los errores que se vienen repitiendo semana tras semana y que evidencian por ejemplo que Alex Moreno, pese a su enorme voluntad, no es lateral y en labores defensivas muestra sus nuemerosas carencias, o que a Unai López le ocurre lo mismo que a mí a la hora de empezar a ir al gimnasio, que todo son buenos propósitos pero a la hora de la verdad se queda en nada.
Si a estos errores le unes los aciertos por parte de Álex Gallar o de Cucho Hernández en la parcela ofensiva del conjunto oscense, tiene como resultado el que llegó en el minuto 79 cuando el primero hizo una buena jugada personal y sirvió en bandeja al colombiano un balón de gol para que lo empujara mientras la defensa rayista miraba al balón como lo hace la vaca cuando pasa el tren. En el minuto 88, Cucho Hernández pudo ahondar en la herida si hubiese anotado un penalti que Velázquez cometió sobre él mismo, pero en un alarde de generosidad el joven delantero mandó el balón a Zaragoza.
Con 2-1 se llegaría al final de los 90 minutos y el Rayo Vallecano añade otro año más a su historia de desamor en Huesca. Esperemos que la próxima semana y ante un Pucela en racha podamos ver la mejor versión del Rayo Vallecano.
Texto: Alberto Leva
Imagen: Iván Díaz