Este es el camino

13/03/2022
Este es el camino

Rayo y Sevilla empatan en un partido en el que ambos equipos buscaron llevarse los tres puntos.

Rayo Vallecano y Sevilla se citaban sobre el verde de Vallecas con numerosas bajas en ambos conjuntos, con la diferencia de que los hispalenses, aún mermados, contaban con jugadores internaciones en el banquillo.

La tan repetida mala racha de los de Iraola era un hándicap lo suficientemente pesado, como para pensar que el Sevilla podría ser muy favorito para el partido de hoy. Pero si algo ha demostrado el equipo de Andoni Iraola, es que no creen en favoritismos y que van a competir cada partido al 300%, independientemente de que el rival sea un equipo Champions como el de hoy.

Sin Álvaro e Isi, tocaba reinventar los extremos para el choque de hoy, dando entrada a Bebé y a Nteka. Bajo palos había un nuevo cambio de inquilino y esta vez sí dio resultado la entrada de Dimitrievski, que se convertiría en el salvador del equipo en los minutos finales del choque. Mario Suárez suplía al lesionado Saveljich y volvía a hacer un gran encuentro, demostrando que, con el paso de los partidos, se ha terminado acoplando al puesto de defensa central.

Rafa Mir iba a tardar tan solo 10 minutos en enseñar sus credenciales de depredador del área. Un balón desde el costado izquierdo le iba a llegar al ariete del equipo hispalense y tras controlarlo, iba a alojarlo en el fondo de las mallas. Control que era ayudándose del brazo, detalle que pasó inadvertido para un Martínez Munuera que ha estado bastante desafortunado en el día de hoy. Tras consulta al VAR, por el pinganillo le decían que el gol no era legal y no debía subir al marcador.

El juego se reanudó y fue el Rayo el que pudo adelantarse en el marcador, pero la vaselina de Sergi Guardiola ante la salida de Bono se estrelló en el larguero. Toda una declaración de intenciones de un Rayo que quería hacerse fuerte en el partido y marcar el ritmo del mismo, con Trejo y Guardiola apretando muy arriba la salida de balón de Kounde y Gudelj.

El partido no tuvo un claro dominador en los primeros 45 minutos, con un Rayo que se hacía fuerte en la zona ancha del campo, con la figura de Óscar Valentín siendo, una jornada más, el sheriff en esa parcela del terreno de juego. Tanto fue así, que nos deleitó con un regate pasándose el balón por detrás, en lo que podíamos bautizar ya como una «valentinha».  A Óscar se unía la versión algo más reconocible del Santi Comesaña que deleitó a la hinchada vallecana, estando más participativo que de costumbre, tanto en ataque como en defensa.

En estos primeros 45 minutos las ocasiones más claras las tuvieron el propio Santi y Randy Nteka de cabeza, pero fueron ambas tan tímidas que el propio Bono no vio peligrar para nada su portería.

Con el resultado en tablas y sin haber pasado grandes apuros defensivos, salvo el gol anulado a Rafa Mir, se presentaba una segunda parte en la que el Rayo debía mostrar algo más de ambición si quería sumar los tres puntos.

Bebé fue el encargado de romper la igualada nada más comenzar la segunda mitad. Balliu iba a servir un balón en largo a su compañero de banda diestra y este, tras hacer un recorte a su par, ni corto ni perezoso y casi sin ángulo lanzaba un misil que se colaba por el palo corto de Bono, que llegó a rozar sin éxito.

Toda una segunda parte por delante en la que aguantar la ventaja podría parecer misión imposible, atendiendo a los partidos anteriores en los que el Rayo había pegado un bajón físico en los minutos finales de juego. Un Rayo ambicioso, aupado por un público entregado en el partido y en su previa, siguió buscando el gol de la tranquilidad y Bebé volvió a probar a Bono, pero acabando el balón esta vez en saque de esquina.

Lopetegui decidía mover ficha y hacia un triple cambio, poniendo en el campo a Martial y Tecatito, dos de sus fichajes del mercado de invierno -ese gran desconocido en Vallecas-, así como a Acuña, que llegaba tocado al partido y tuvo que ser sustituido minutos después.

Una perdida de balón de Santi, en la que se pidió falta sobre el jugador gallego de la Franja, propicio un ataque del Sevilla que iba a finalizar de manera brillante Delaney para poner el empate en el marcador. Martínez Munuera lo tenía claro y desde el VAR no le dijeron nada, poro que el gol subió al marcador y el partido volvió a estar en tablas.

Los minutos posteriores al gol fueron error tras error de un trencilla que perdonaba tarjetas a ambos equipos y optaba por una ley de la compensación que cabreaba a un equipo y a otro. El punto álgido del despropósito arbitral llegó con un penalti que solo vio Martínez Munuera, con un Catena atónito ante lo señalado por el colegiado. Tuvo que ser el VAR de nuevo el que corrigiera a Munuera y le mandara a la pantalla a ver la jugada y el no penalti. Revisada la acción, el árbitro dio marcha atrás y dejó sin efecto su enésimo error en el partido.

Los minutos finales fueron de dos equipos que no querían renunciar a la victoria, con un Sevilla que metía más dinamita en ataque con la entrada de En-Nesiry en lugar de Oliver Torres. Por su parte, el Rayo había metido a un Sylla al que si hubiera que poner nota, lo correcto sería un «sin calificar», ya que ni chicha ni limoná y sigue muy lejos del jugador que en el Girona destacó. Al partido le quedaba aún la parada estratosférica de Dimitrievski a zurdazo de Martial que enfilaba la escuadra de la portería del Rayo Vallecano.

Reparto de puntos final en un partido en el que el Rayo luchó por sumar una victoria que nos hubiese acercado mucho la permanencia. No obstante y según se han dado los demás resultados, queda una jornada menos y el equipo tiene un punto de colchón más con respecto a los equipos que marcan el descenso.

El sábado llega el Atleti a Vallecas y esperamos ver a ese Rayo combativo que planta cara a los gallitos de la competición. No habría mejor regalo para todos los padres rayistas que celebren su día el próximo día 19 de marzo.