Llegaba el Rayo Vallecano al estadio El Alcoraz con seis partidos sin conseguir ganar en su mochila, a esto se le unían las dudas que genera este equipo, las bajas de algunos de los teóricos titulares e incluso la escasa intensidad mostrada por el equipo en el último entrenamiento previo al partido, con el consiguiente enfado de Paco Jémez con los suyos. Esto último es lo más normal del mundo cuando un grupo de jugadores no está entrenando bien según el míster y es algo que ha sucedido, sucede y sucederá incluso en las escuelas de fútbol más modestas (todo el que ha pateado alguna vez un balón lo sabe y lo habrá sufrido). Enfrente estaba la SD Huesca de Míchel, nuestro Míchel I de Vallekas, ese cuya cabeza pidieron, semana sí y semana también, muchos aficionados de la Franja que, curiosamente, hoy deseaban al míster vallecano una victoria de su nuevo equipo.
Ante la ausencia de extremos por lesiones varias y la calma con la que se están tomando el relevo de Bebé (no descartemos que se recupere el portugués y el dueño del cortijo aún siga deshojando la margarita), Paco colocaba a Andrés Martín en el costado derecho con Embarba desplazado a la izquierda. En defensa, Tito iba a ocupar el puesto de lateral izquierdo y Advíncula el lateral diestro, con Milic supliendo la baja por sanción de Saveljich. Que Tito fuese el lateral izquierdo hoy en el equipo titular, estando los dos laterales zurdos en el banquillo no habla demasiado bien de la confianza que Paco puede tener en ambos.
En el enganche volvía José Ángel Pozo que sería, al fin y a la postre, el mejor de los 22 protagonistas en el césped del coliseo oscense. Jugador que no acaba de ganarse la confianza absoluta de los entrenadores, primero Michel y ahora Paco, pero que cuando destapa el tarro de las esencias es capaz de inclinar la balanza del lado franjirrojo tal y como ha hecho hoy.
Arrancaba el partido entre maestro y alumno y lo hacía con demasiado respeto por ambas partes, sin llegadas reseñables al área. Teniendo en cuenta que hace una semana ante el Real Oviedo perdíamos ya desde el saque inicial prácticamente, esta ausencia de apuros se podría considerar casi un triunfo. Todo el caudal ofensivo de uno y otro conjunto se basó en disparos lejanos que no inquietaron demasiado a ambos porteros. Ulloa en el aspecto rematador ha estado inédito casi todo el partido, pero ha hecho un buen trabajo, menos visible, a la hora de desgastar a la defensa contraria bajando balones y cayendo a ambas bandas para combinar con Embarba, Pozo o Andrés.
En la mejor jugada de la primera parte, llegaría el primer tanto de Pozo tras una jugada en la que iban a combinar Andrés Martín, Embarba y el propio Pozo que con un potente y ajustado derechazo al palo derecho de la portería defendida por Álvaro Fernández pondría por delante a los franjirrojos. Un gol que sirvió a los de Jémez para confiar en sus posibilidades y, lejos de dar un paso hacia atrás como en otros partidos, el equipo buscó ampliar la renta en el marcador. Esto pudo haber sucedido si Ulloa no hubiese estado en posición adelantada tras un trallazo de Embarba que el portero oscense rechazaba y el argentino empujaba a la red, anulando el colegiado el gol por claro fuera de juego. Lo que no le pareció tan claro al trencilla de turno fue el clarísimo penalti que el lateral diestro del Huesca cometió sobre Embarba.El árbitro mandó seguir y desde la famosa sala VOR, VAR o como quiera que se llame, ni siquiera consultaron ni mandaron al colegiado a revisar. Esto demuestra que la tecnología en manos de incompetentes sigue siendo tan innecesaria como escandalosamente injusta como ha sido hoy en Huesca. Con esta controvertida jugada se llegó al descanso, con gritos de «fuera, fuera» por parte de los aficionados locales al señor colegiado. Sí, estos gritos eran algo tan incongruente como una decisión tomada por Martín Presa.
Con el pitido que dio inicio a la segunda mitad, los de Paco Jémez salieron decididos a sentenciar el choque, supongo que conscientes de todo lo que había en juego esta tarde, lográndolo cuando apenas se cumplía el minuto tres de juego. Balón filtrado por Trejo por encima de los defensores que iba a cortar la zaga del Huesca, pero ante la presión de Advíncula el defensa despejaría mal dejando el balón muerto para que el más listo de la clase hoy, José Pozo, se sacase de la manga un trallazo imparable con la zurda que ponía el 0-2 en el luminoso. Jarro de agua fría para Míchel y los suyos que, a buen seguro, en su pizarra durante el descanso no contemplaban este mazazo en forma de segundo gol rayista.
Michel iba a mover ficha para meter a Okazaki y a Ferreiro buscando más mordiente ofensiva de un equipo oscense que, hasta ese momento, no parecía ni la sombra del equipo que se había visto en jornadas anteriores. Aún así, el que tuvo la ocasión más clara para marcar fue el Rayo Vallecano en las botas de Andrés Martín que tras un pase de Embarba dispararía cruzado y abajo obligando a Álvaro a despejar a córner con la yema de los dedos. Muy buenos minutos de un Rayo Vallecano que controlaba el tempo del partido, actuando de forma muy seria en defensa con un Dimitrievski hoy soberbio cada vez que tenía que intervenir.
En el minuto 72 el deposito de gasolina de José Pozo se puso en rojo y Paco Jémez le sustituyó por Óscar Valentín que se sitúo acompañando a Mario Suárez en la medular, adelantando algunos metros Trejo su posición. Muy buen partido del de Santiago del Estero que pudo culminar con un tanto en el minuto 79 cuando, fruto de su presión a un rival, se encontró solo en el mano a mano con el portero local y, en lugar de finalizar la jugada, decidió regatearle sin éxito, más fruto del desgaste y el cansancio que otra cosa.
En los últimos minutos lo intentó el Huesca con más corazón que cabeza, pero con pocas ideas y menos fútbol. Además, enfrente un Rayo que hoy no concedió en defensa y no tuvo errores de bulto que pudiesen hacer temer por el resultado final.
Tres puntos importantes porque los equipos de abajo han logrado sumar y la intranquilidad podría apoderarse de los (el) que toma decisiones en el Rayo Vallecano. Toca ya pensar en el partido ante el Albacete, próximo rival que visitará Vallecas el domingo 15 de diciembre a las 20.00 horas. Partido que afrontará Paco con la baja de Mario Suárez que, incomprensiblemente, ha visto una más que innecesaria cartulina amarilla en el minuto 95 de partido y que le hace cumplir ciclo de amonestaciones.
ESTADÍSTICAS
Texto: Alberto Leva
Imagen: LaLiga