Contracrónica de la presentación de las nuevas camisetas y del acuerdo con Umbro para ser el nuevo espónsor técnico del Rayo Vallecano.
Ahí estaba, al final de la escalera que conecta la barra del palco con los asientos de «honor». El maniquí de todas las veces con la tan esperada nueva camiseta de la 1ª equipación del Rayo Vallecano. Estrenando marca y equipaciones a dos días de comenzar la competición y con controversias de por medio. Un verano más en el año más raro de nuestras vidas.
Pero permítanme hacer un flashback. Recibo el encargo de la convocatoria para la prensa por la mañana, en plena compra en el mercado de Villa de Vallecas, donde tenderos y clientes no paran de comentarme y preguntarme por lo que acontece en el seno de nuestra Franja querida. Horas después es momento de tomar el metro y bajarse en Portazgo. Al salir por el nuevo ascensor que hay en la esquina del Estadio, lo primero que se ve es que ni se ha retirado la publicidad de Kelme ni de la tienda (donde había clientes, seguramente abonados canjeando el «vale» que se ofrecía como compensación y servía a la vez para liquidar productos) ni de la enorme lona publicitaria que hay sobre la puerta de acceso al fondo Wilfred Agbonavbare.
Claro, que la presentación sería en el palco de honor, así que había que pasar a la puerta 0, la cual estaba al lado de la taquilla central. Hacia allí que voy, Payaso Fofó abajo. Saludo al segurata de la puerta, gel hidroalcohólico y termómetro de muñeca, y a caminar junto a la conocida como «cola de la vergüenza» donde los abonados penantes esperan su turno para reclamar lo que es suyo. Al final, junto a los barriles del bar, están los compañeros de los medios, los mismos de siempre. Saludo desde la distancia y comentarios varios para hacer tiempo hasta que llegue la hora H del día D.
Llega Marian Lucendo, compañera del departamento de comunicación del club. Abre la puerta 0, desaparace tras ella, y al rato la abre y nos invita a pasar. Con el mantra que llevamos escuchando estos meses, «dejad distancia de seguridad, hay gel hidroalcohólico a la entrada, dejad espacio de una butaca al menos al sentaros»… Lo normal en la nueva normalidad. Llegamos a la antesala del palco, con la barra para autoridades, el cuadro con la camiseta de la selección de Luis Cembranos y muchos trofeos, entre ellos el de la Liga Femenina ganado en propiedad, cogiendo polvo junto a la entrada. Mientras subimo, Marian nos dice que el maniquí con la camiseta nos estará esperando al llegar, al final de la escalera, y que éramos libres de hacerle fotos y poner lo que sea.
Y, como dije en el primer párrafo, ahí estaba. El maniquí, con una cinta aislante tapando lo que sea en el cuello, con la camiseta de la primera equipación de este curso que empieza ya. La primera franjirroja de la era Umbro, que si nada se tuerce (todo es posible, recuerden) ha de durar 5 temporadas, incluyendo pues la del centenario. Ahí estaba, como se aprecia en la foto. Blanca y franja roja, diseño clásico, sin grandes alardes, con la bocamanga particular de la nueva marca y el cuello negro con dos detalles rojos asimétricos. Un diseño que al que escribe le ha gustado, más aun viniendo de donde veníamos y sabiendo que se hizo literalmente en dos días. Subíamos todos la imagen deseada por todo el rayismo, comentábamos las primeras reacciones y veíamos el escenario: de fondo, un césped en un estado más que lamentable, con palomas picoteando en la esquina de Albufera y Teniente Muñoz Díaz; la famosa lona de luto cubriendo la grada baja que se ve por televisión, otras lonas negras cubriendo los banquillos, dado que aun tenían la huella de la anterior marca en ellos, y el famoso atril de contrachapado que esperaba por el orador.
Al rato, cuando ya habíamos recibido las primeras reacciones a la camiseta (la gran mayoría en contra), aparecieron los protagonistas. Por parte de Umbro, José David Vizcaíno. Por parte del Rayo, su vicepresidente José María Sardá. Al parecer, a su superior no le gusta ir al Estadio si no es a poner flores, o no quiere enfrentarse a los medios que cubren y conocen el día a día de su club y prefiere hablar con las voces radiofónicas de las tertulias de madrugada. Una de esas dos hipótesis parecen las más probables. O las dos, o ninguna, que sé yo.
Pero a lo que vamos. Tomó la palabra el señor Sardá para comenzar el evento en sí. El supuesto acto de presentación de las nuevas equipaciones comenzó con un agradecimiento a la nueva firma encargada de la ropa deportiva del club, especialmente por sus «esfuerzos» y «rapidez» para acceder a vestir al Rayo. Siguió con un dardo a la anterior marca, repasando el argumentario oficial que dio el club a los medios al saber que no había contrato con ninguna marca hasta hace dos días: que Kelme rescindió de manera unilateral, que con ello buscó presionar al Rayo para obtener un beneficio extra, que si tenían las equipaciones pedidas desde antes del confinamiento… Nada que no se haya leído ya. Se obvió cualquier alusión a la versión de la marca de la huella ni a una posible acción judicial contra la misma.
¿He dicho que se presentaban «las equipaciones», en plural? Pues disculpen, porque no fue así. Al menos, que nosotros veamos, solo hubo en el palco un maniquí y una camiseta. Luego sabríamos de la segunda y tercera equipación, pero ya con el acto concluido y por las redes del club. Pero aun queda para ello. En el momento de hablar de la segunda equipación vendría el meollo de la cuestión.
Como mucha gente se esperaba (o temía, según como se mire), la camiseta visitante del Rayo, en palabras de Sardá (quien creó confusión entre los asistentes al confundirse él al explicar el diseño de la misma), irían «dedicadas a las víctimas del COVID-19, a las más de 100.000 que ha habido, aunque digan que son 30.000». De pronto, la presentación de camisetas se convirtió en una conferencia sobre el monotema, en la que el vicepresidente del Rayo Vallecano de Madird, S.A.D, cargó contra los políticos por la «indecisión» que se está viviendo, llegando a afirmar, porque «así lo siento, las personas somos más responsables que los políticos». Afirmaciones en primera persona de un directivo de un club que, mientras él hablaba, obligaba a sus abonados a congregarse y desfilar por la taquilla central para pedir su dinero o lo que ellos entendían como «mejor oferta». Palabras del responsable de la principal entidad de un barrio asolado por las casas de apuestas y que, como se apreciaba en la manga izquierda, acababa de firmar un patrocinio con una de ellas, aun cuando puede que de aquí a un mes se lo tengan que comer con papas.
Luego del mitin de Sardá, habló el representante de Umbro Ibérica. José David Vizcaíno se mostró agradecido con el trato recibido por parte de su más reciente cliente y procedió a hablar de los detalles de la camiseta que vestía el maniquí, el porqué de los detalles y demás. Luego de un breve repaso a lo que se había dicho de la segunda, habló de la tercera equipación. Muy breve, eso sí, diciendo que sería una innovación dentro de la línea clásica que sigue la marca y que, sin dejar de lado la Franja, gustaría al aficionado. Afirmó también que Umbro es una marca a la que no le gusta imponer criterios, que prefieren trabajar en consenso con los clubes para el diseño de las camisetas. Y que, pese a ir deprisa y corriendo, tienen las equipaciones ya listas para el debut liguero de dentro de dos días en Mallorca, precisamente ante otro equipo del mismo espónsor técnico.
Tras esas palabras y unos breves posados con la camiseta, acabó el acto como tal. La gran mayoría de los peridistas nos quedamos ahí, pues Marian nos avisa de que se publicaría en redes sociales tanto la segunda equipación como la tercera. Y ahí nos quedamos, a ver qué pasaba. Y ahí las vimos. La segunda, gris con franja negra, escudo ADRV y crespón negro bajo el diamante de la firma deportiva. La tercera, mitad negra y mitad roja, separadas por una Franja casi granate y prácticamente imperceptible, con el escudo de la fundación de la Agrupación Deportiva El Rayo. Tras esto, las publicaciones en redes pertinentes y las primeras reacciones, hora desfilar escaleras abajo y volverse cada mochuelo a su olivo.
Así concluye la presentación de la nueva camiseta y de la nueva marca que viste al Rayo Vallecano. Así se cierra, al menos por ahora, uno de los frentes que tiene abiertos el club. Le quedan otros muchos, y los que están aun por venir. Pero los marrones y los escándalos de uno en uno, que ya van 1.500 palabras solo del cierre de uno, imaginen como está el resto.
Texto de Jorge Morales García.
P.D.: ¿Pantalones? ¿Medias? ¿Camiseta de portero? ¿Creéis que esto es un club de fútbol o algo así?
P.D.2: ¿Que pensará el delegado de Umbro de que el currito del Rayo que les ha traído y quitado el material llevase un polo oficial del club… Marca Kelme?