“El coraje es descubrir que puede que no ganes e intentarlo cuando sabes que puedes perder”
Tom Gunnar Krause (cita extraída de la entrevista con Paco Jémez en el nº 10 de Líbero).
Domingo, 26 de octubre de 2014. 12 del mediodía. Málaga. La Rosaleda se llena y cuelga el cartel de “No hay entradas”. El rival de los boquerones no es otro que el Rayo Vallecano. Podría entender que nada tiene que ver, claro, que sólo es cuestión de casualidad, de azares incomprensibles. Al final, en esto del fútbol los hay. Muchos. Sin embargo, desde la orilla romántica desde la que observo el fútbol –y por extensión, la vida–, me gusta pensar que algo tiene que ver que sea la franja la que visita el estadio malacitano.
Y lo quiero pensar, además, porque de un tiempo a la actualidad, tengo la sensación de que ya nadie ve el partido del Rayo como una victoria segura; ni siquiera aquellos clubes que sí pueden hablar de un 99% de probabilidades de éxito en los cruces con la franja. Las opiniones de varios de mis amigos, seguidores de otros muchos clubes (Atlético, Sevilla, Barcelona, Real Madrid, Betis…) me lo intentan corroborar. Cada vez más gente se siente atraída por el fútbol del Rayo. Cada vez más personas ajenas al barrio, al sentimiento franjirrojo, quieren ver al equipo en directo. O esa es la sensación que tengo yo desde hace un tiempo.
Quique Peinado lo explica mejor que yo en su artículo de opinión en el nuevo número de la revista Líbero (nº 10): “Por primera vez en la historia el Rayo es conocido por el fútbol que hace, independientemente de si gana o pierde. Y además es que gana, gana y mucho”, escribe. Ese cambio tiene mucho que ver con el concepto de identidad. Y ese florecer de la identidad tiene mucho que ver –nos guste más o menos, que soy consciente de que hay de todo– con la figura de Paco Jémez.
Explica el entrenador cordobés en la entrevista que precede al artículo de Quique Peinado en Líbero que considera que el equipo que juega con el balón es el que tiene la mentalidad ganadora durante el partido; que es el dueño del ritmo y se siente atacante. “Me interesa el cómo”, explica sobre su estilo de juego. El titular de la pieza es revelador al respecto de su filosofía: “Si la gente sale del campo y se ha divertido, ya hemos ganado”. Elogiable, ya que, a menudo, el cómo conduce al qué. Dicho de otra forma, los medios justifican el fin.
Esta idea concuerda con el espíritu combativo de Vallekas. Resistir, no amilanarse ante nada ni nadie por gigante que pueda parecer. Así nació el denominado Matagigantes. Así nació, años después, un estilo que ha llevado al Rayo a situarse como el tercer equipo con más posesión de balón de Europa en el año anterior sólo por detrás de Barcelonay Bayern. Para muchos es una tontería, y como el propio Pacoreconoce tener el balón por sí solo no te hace ganar, es necesario mucho más, pero es un primer paso: el equipo que más balón goza generalmente es el que impone su fútbol sobre el rival. Así nació un estilo que ha sido públicamente admirado por grandes nombres del fútbol como Jorge Valdano, Marcelo Bielsa o Pep Guardiola.
Como todos sabréis, en Vallekas no somos de cantarle canciones a ningún nombre propio, para nada; sólo el equipo, la franja al completo, es digna de ello. Vuelvo a parafrasear al gran Quique Peinado, que otra vez explica esto mucho mejor de lo que yo lo haría en cien artículos: “Somos una afición que, exceptuando un cántico extemporáneo a Larrivey, lleva años sin hacer una canción de ánimo a un solo jugador. Sabemos que somos el apeadero de una ciudad de provincias, una gasolinera con tienda, un novio de verano en el pueblo. Que nuestros jugadores y entrenadores están de paso, para buscarse un lugar mejor o porque no les quedan más cojones.” Y así es; sin embargo, considero que más allá de gustos propios, el trabajo de Paco es reconocible y en tres años ha conseguido darle un empaque al equipo, que los demás lo respeten mucho más de lo que se le respetaba en años anteriores. Y es digno de reconocimiento, aunque algunas veces nos desespere, que también ocurre; más allá de gustos, Jémez se ha convertido en uno de los baluartes del estilo actual del Rayo. Por no hablar de Felipe Miñambres, del que tendremos tiempo y espacio para hablar cualquier otro día.
Jesús Villaverde Sánchez
Fotografía: MundoDeportivo